A un día de la renuncia de Arturo Zaldívar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), la ministra Margarita Ríos Farjat expresó que la misión de juzgar “no puede se contaminada con ambiciones personales, desviaciones ni trampa alguna”, e hizo un elogio de los esfuerzos y la integridad de los jueces.
Este miércoles, la ministra fue la oradora durante la ceremonia de entrega de la Distinción al Mérito Judicial Ignacio L. Vallarta, en la que se refirió a la labor de los jueces en el país y de los empeños y valores que esa tarea implica.
Así, Ríos Farjat, al lado de Norma Piña, ministra presidenta de la SCJN, y flanqueada por Jorge Mario Pardo Rebolledo y Luis María Aguilar, destacó que la misión de juzgar “no puede ser contaminada con ambiciones personales, desviaciones ni trampa alguna porque nuestra función y nuestra vocación necesitan permanecer luminosas e intactas por lo que representan”.
La ministra dijo que la tarea de juzgar “es de una dimensión incluso espiritual, que nos obliga a elevarnos por encima de nosotros mismos, de estar siempre a la altura de nuestra mejor versión, la más íntegra, la más luminosa”.
Afirmó que la justicia sólo sucede en luminosidad y que lo que más exige la carrera judicial, “además de preparación y pericia técnica, es claridad de visión, temple y determinación para no alejarnos de la pureza que requiere la tarea”.
Mencionó que los galardonados enaltecen el desempeño jurisdiccional al desarrollar su tarea “con excelencia, objetividad, imparcialidad, profesionalismo e independencia, pilares fundamentales que conforman la luminiscencia de la Judicatura”.
La ministra también resaltó a los jueces que han sido personas de bien, quienes han sostenido, “con la suma de sus esfuerzos e integridad, uno de los pilares de la república y la paz social: sin justicia no hay paz”.