Ya no hay nada de retórica sobre política integral en el Ayuntamiento de Mérida
Por Jorge Franco Editoriales
En las colonias populares y las periferias marginales, donde hay altos niveles de densidad urbana a pesar es de la insuficiencia de servicios y equipamientos, la ocupación y el tráfico de tierras sometidas a diferentes tipos de presiones, el predominio de la pobreza familiar y la exclusión social, etc., ahora se agrega la negación de las autoridades emeritenses y la ignorancia de las dependencias municipales para la planificación integral del desarrollo sostenible.
No podemos decir que todo eso sea ahora obra exclusiva de Cecilia Patrón y recientemente de Renán Barrera Concha, porque ya sucedía por todo Mérida cuando el PRI se mantenía en la presidencia municipal mediante fraudes electorales. Sin embargo, sí nos corresponde señalar que esta incapacidad municipal siguió ocurriendo sin modificaciones favorables al desarrollo sostenible, desde Ana Rosa Payán hasta Mauricio Vila pasando por Angélica Araujo, cada vez que el PAN consiguió arrinconar los influjos priístas mediante el voto clientelar y acarreado del panismo en la circunscripción capitalina.
¿Realmente, ahora deseamos que este asunto cambie con el respaldo del Gobierno Federal bajo la Cuarta Transformación Republicana»
Administraciones municipales y políticas integrales de desarrollo sostenible
Las administraciones municipales de ambos partidos han autorizado la construcción de todo tipo de proyectos diferenciales (edificios, plazas, privadas, etc.) en las áreas más perjudicadas en cuestiones patrimoniales y también más comprometidas o maltratadas en términos sociales. Este fenómeno desintegrador por todos los rumbos de nuestra ciudad, ha ocurrido repudiando cualquier tipo de planes integrales para el desarrollo de la vivienda social y los servicios básicos para la población vulnerable que no es sujeto de ningún tipo de créditos y que menos tiene acceso al mercado inmobiliario especulativo.
El problema político de abandono de la vivienda social y los servicios básicos desde la carencia de políticas integrales para el desarrollo sostenible, ha sucedido también durante décadas en Mérida. Se ha impuesto cual omisión o negligencia municipales a pesar de que hay muchas zonas urbanas en la capital yucateca que pueden ofrecer espacios-ambientes recuperables, porque ya tienen algunos servicios e infraestructuras útiles para alojar a las personas de escasos recursos en lugar de forzarlas a asentarse como sea en las áreas periféricas no urbanizadas.
Las repercusiones de la carencia de políticas integrales sobre la población vulnerable de la capital yucateca, han obligando a los presidentes municipales y los cabildos emeritenses a exagerar sobre sus objetivos de desarrollo urbano y también a mentir sobre sus prioridades de inversión hacia la reconstrucción y la rehabilitación de los segmentos urbanos. No ha consistido en otra cosa el trabajo de los asesores y las dependencias a cargo de los planes municipales que en trapalear sobre sus objetivos y sus prioridades de desarrollo urbano.
En consecuencia con esa inadmisible postura municipal, la relación entre el desarrollo sostenible y la planificación integral para la atención de los deterioros patrimoniales y los riesgos sociales en las colonias populares y las periferias marginales, se ha extraviado en la gobernanza demagógica y las consultas simulatorias del Ayuntamiento de Mérida, tal como vemos que procede también Cecilia Patrón. Lamentable ha sido ver a sucesivos gobiernos municipales, como el actual, siempre incapaces certificados para la planificación integral del desarrollo sostenible pero regodeándose de la gobernanza y las consultas que no han servido para cambiar nada en beneficio de la población vulnerable de nuestra ciudad. Inclusive, la pandemia de COVID-19 solo les sirvió de pretexto público para continuar con sus posturas demagógicas y sus respuestas simulatorias.
Conviene ahora recordar a las autoridades emeritenses y las dependencias municipales que, a nivel internacional, en la Conferencia de Estambul organizada por las Naciones Unidas sobre los Asentamientos Humanos en junio 1996 en Turquía, numerosos países firmaron los compromisos y el Plan de Acción Mundial. Tanto en la Declaración de Estambul como en la Agenda Hábitat, los ejes centrales fueron «Vivienda adecuada para todos» y «Asentamientos Humanos en un mundo en urbanización». Inclusive, en la conferencia de Estambul – HABITAT II -, se puso en evidencia que los problemas de los asentamientos humanos tienen y requieren soluciones para asegurar una vida digna a todos los seres humanos.
Desde la primera conferencia de las Naciones Unidas sobre los Asentamientos Humanos de Vancouver en 1976, y después la conferencia de Estambul en 1996, la comunidad internacional se comprometió a apoyar los planes integrales de acción mundiales. A pesar de todo, las políticas sectoriales del Ayuntamiento de Mérida acaso han utilizado la Agenda 2030 de modo publicitario al mismo tiempo que han rechazado el financiamiento externo al cabildo emeritense al respecto, preservando así la incapacidad de coordinación de las dependencias municipales que, en conjunción, han proscrito toda política integral de desarrollo sostenible en Mérida., Sin embargo, ya ni eso pregona en forma retórica baho del cabildo que encabeza Cecicilia Patron, a pear de la agenda de proyectos urbanos del Gobierno Federal y la Cuarta Transformación Republicana.
Conclusiones
Como podemos ver en este artículo, las autoridades y las dependencias del Ayuntamiento de Mérida estuvieron en lo mismo durante décadas, pero hoy ya ni eso intentan. Antes ignoraban los aspectos sustantivos vinculados a las condiciones realmente prevalecientes en las colonias populares y las periferias marginales, ahora ya no se ocupan ni siqueira del recuento de estas condiciones. Peor aún es que la gente de Cecilia Patrón ahora ignora los respaldos externos y niega políticas integrales así como rechaza las repercusiones fatales de sus políticas populistas en la vulnerabilidad de las comunidades urbanas en los aspectos patrimoniales y sociales.