La comunidad artística y cultural de Yucatán se encuentra de luto tras el fallecimiento de la destacada mezzo-soprano Conchita de Antuñano, una artista cuyo talento y entrega dejaron una huella imborrable en la música de nuestra tierra. Su partida deja un hondo pesar, sobre todo entre los amantes del bel canto, quienes la recordarán no solo por su voz privilegiada, sino por su incansable labor en la promoción y preservación del arte lírico.
Conchita de Antuñano dedicó su vida a la música, destacándose como una de las voces más representativas de Yucatán. Su formación en Estados Unidos y Europa y su indiscutible talento la llevaron a interpretar un vasto repertorio que abarcaba desde la ópera hasta la música tradicional. Grabó varios discos, entre ellos “Romance en México” con la Orquesta Típica Yukalpetén, destacando siempre su técnica impecable.

Tuve el enorme privilegio de tratarla y también de organizar dos importantes recitales para el público vallisoletano, ambos en la Casa de los Venados. Nos compartía, con imperecedero orgullo, ser sobrina -por el lado materno- del poeta don Alfredo Aguilar Alfaro.
El fallecimiento de Conchita de Antuñano representa una pérdida irreparable para la cultura yucateca. Sin embargo, su voz y su arte seguirán vivos en cada interpretación que dejó como testimonio de su grandeza. La comunidad artística, sus seres queridos y el público que la admiró se unen en un profundo agradecimiento por todo lo que compartió y aportó al patrimonio musical de Yucatán.
Yucatán despide a una de sus grandes voces, pero su canto y su espíritu permanecerán en el corazón de quienes la conocieron y en cada nota que alguna vez interpretó con amor y pasión. Descanse en paz.