La desaparición de programas de coberturas de precios y de la agricultura por contrato ha ocasionado una “crisis muy seria” a los productores de maíz, trigo y sorgo, y si se destinarían 2 mil millones de pesos en esas acciones, ahora se requieren 20 mil millones. Hay cero apoyos del gobierno y los precios actuales de las cosechas están por abajo de los costos de producción, señaló Juan Cortina, presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA).
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Agregó que se quitó la experiencia que había y se pensó que los precios seguirían altos, como ocurrió durante los últimos cuatro años, pero el precio del maíz, que se cotiza a nivel internacional y en dólares, ha ido a la baja y también afecta a los productores el tipo de cambio, lo cual les ocasiona una pérdida de alrededor de mil pesos por tonelada.
Durante la presentación del libro Nuestro campo, el CNA y la evolución agroalimentaria de México sostuvo que se sabía que los cambios presupuestales a la Secretaría de Agricultura, y el retiro de todos los apoyos, ocasionarían problemas en el campo y no se habían reflejado porque hubo factores que llevaron los precios a niveles históricos.
“Ahora entramos a un escenario donde el sector primario está en una situación en la que no logran recuperar lo que cuesta las siembras, si tuviéramos los programas de cobertura de precios se hubieran podido cerrar los precios y estaríamos en una situación diferente”, situación que ya se ha presentado anteriormente. precisó.
Sostuvo que todos los consumidores de maíz están en un mercado abierto de competencia global, “el sector pecuario que consume el 77 por ciento del maíz que se produce cómo va a competir con los productores de Estados Unidos si la materia prima es más cara. Es un problema que el gobierno se creó por haber quitado programas que estaban ahí, pero no lo entendieron. No sólo es Sinaloa, es Baja California, Sonora, Chihuahua y Tamaulipas, son productores de maíz, trigo y sorgo”.
Sostuvo que en el CNA se hace una planeación a diez años y la política pública que se requiere, “a los agricultores no se les deben quitar las herramientas, como el glifosato o usar semillas de última generación, más productivas, se debe usar la ciencia y tecnología”.