Javier Solís marcó la historia de la música mexicana con éxitos como “Esclavo y amo”, “En tu pelo” o “renunciación”, pero su sueño no siempre fue ser cantante. El 19 de abril de 1966 y con apenas 34 años, falleció quien fuera llamado “El Rey del Bolero Mexicano”. En este su 53 aniversario luctuoso lo recordamos con una historia que pocos conocen del cantante.
De acuerdo con Infobae, Javier Solís no siempre soñó con ser cantante, su meta era ser boxeador profesional. Pero el hambre y su voz privilegiada lo llevaron por un camino distinto, el de convertirse en uno de los ídolos de la música mexicana. Javier Solís fue admirado no solo en América Latina, a Frank Sinatra -el legendario intérprete- también le gustaba escucharlo.
Entre ambos existió una admiración mutua y aunque no cantaron juntos, sí pudieron conocerse, según las fotografías que constatan el encuentro que tuvieron apenas un año antes de que Solís muriera.
Sinatra y Solís eran dos de las grandes voces de su época. El encuentro ocurrió en 1965 en Nueva York, a donde Javier viajó para grabar un disco, precisamente titulado Javier Solís en Nueva York, y que tenía boleros clásicos como Solamente una vez, Bésame mucho, Vereda Tropical y Cuando vuelva a tu lado.
Frank lució sonriente un sombrero de mariachi y Solís no ocultó su alegría al posar junto al ídolo internacional. Se dice que había planes para convertir a Javier en el «Frank Sinatra latinoamericano».
Los sueños que se tenían para él no llegaron a cumplirse, pues Javier Solís murió de manera repentina el 19 de abril de 1966.
Fuertes dolores en el estómago lo llevaron al Hospital Santa Elena. Tenía apenas 34 años y se había sometido a una operación de la vesícula. El mito popular ha alimentado durante décadas la teoría de que Solís falleció porque tomó agua después de la cirugía. La causa oficial de la muerte se asentó en el acta de defunción como infección de los canales biliares.