La creación de puestos de trabajo con mejores salarios debe ser el objetivo de cualquier sociedad justa y equitativa. Para ello, la atracción de nuevas inversiones que incrementen la calidad del empleo y aprovechen el capital humano debe ser la principal herramienta para la consecución de esta gran meta.
Cuando las condiciones de seguridad, capital humano y competitividad existen, es cuestión de tiempo y voluntad para que las inversiones lleguen. Ese es el caso de Yucatán, que ha visto un alza histórica en los sectores inmobiliario e industrial en los recientes tres años.
En particular, los últimos 10 meses han sido probablemente los mejores para la industria yucateca desde la época de oro del henequén. Para muestra, teniendo como invitado de honor al Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, el 8 de mayo de 2017 se inauguró la Cervecería Yucateca, resultado de una apuesta monetaria cercana a los nueve mil millones de pesos.
Dos meses después, en julio, abrió sus puertas la planta de latas de aluminio de Envases Universales, con una producción anual de dos mil millones de estos recipientes. La mitad de dicho volumen será para la Cervecería Yucateca, mientras que la otra parte tiene como objetivo el mercado de bebidas locales (refresqueras y cerveceras artesanales), así como para exportación a Cuba, Estados Unidos y Centroamérica.
Asimismo, en noviembre de 2017 fue inaugurada la planta de Leoni, firma alemana campeona mundial en la producción de autopartes electrónicas, y a ésta se suma la de la empresa yucateca Empaques Nova, puesta en marcha hace apenas una semana.
Sobre la última, en menos de dos décadas se ha posicionado como referente peninsular en el sector. Su nueva fábrica de papel y cartón corrugado elaborará los contenedores que transportarán algunos de los productos en los que Yucatán es líder en manufactura y exportación, como carne de cerdo, huevo y galletas, entre otros.
Cada una de estas compañías requiere de ingenieros, técnicos, administradores, contadores y otros profesionistas capacitados para su operación. Por ello, vemos un incremento tanto en el número de puestos como en la calidad de los mismos.
La relación entre inversiones y generación de empleo es clara: entre 2012 y 2017, se han creado cerca de 67 mil trabajos en Yucatán, 15 mil más de los conseguidos entre 2001 y 2012.
De éstos, alrededor del 30 por ciento se ha registrado en el sector de la industria manufacturera. Es decir, este rubro que representa menos del 20 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del estado ha generado una de cada tres nuevas plazas.
Esa es la nueva realidad, la de un Yucatán reindustrializado, con seguridad, capital humano y buenas oportunidades laborales.