lunes, junio 9, 2025

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Las big tech y el Estado policial

Alonso Romero

Donald Trump pareciera encontrarse en una situación muy complicada. En las últimas semanas, ha sufrido una serie de reveses en su política interior. La más evidente, es la totalmente pública ruptura de su relación con Elon Musk, el multimillonario, dueño de X, SpaceX y Starlink. La razón de la ruptura, al menos la razón publica, es la aprobación en la Cámara de Representantes, de la ley de presupuesto (BBB, por sus siglas en inglés) la cual aumentaría el déficit de EU en 2.4 billones de dólares en 2030, y dejaría sin seguro médico a 10.2 millones de habitantes, de acuerdo con la oficina de presupuesto del Congreso de EU. El déficit parece ser cada vez más insostenible. La deuda pública es de 36.2 billones de dólares, es decir, 123 por ciento del PIB. Se tiene proyectado que para 2025, tan sólo los intereses de esa deuda representen 14 por ciento de todo el presupuesto, más que lo que EU gasta en sus fuerzas armadas (12 por ciento) y más que los programas Medicare (12 por ciento) y Medicaid (9 por ciento). 

Derivado de lo anterior, Musk criticó fuertemente a Trump, e incluso llamó a formar un tercer partido, a destituir al presidente, y a que J. D. Vance, el vicepresidente, tomara su lugar. En un inicio, parecería que la relación Trump-Silicon Valley, se había fracturado. Nada más alejado de la realidad. Esa relación es necesaria y fundamental para el proyecto ultraderechista. Este llamado, si bien no es nada menor, pareciera ser más un espectáculo que realidad, recordemos que el padrino político del VP es Peter Thiel, multimillonario de Silicon Valley, miembro fundador de la mafia de PayPal, íntimo y cercano de Musk, y el primer “tecnocapitalista” que apoyó abiertamente a la ultraderecha en 2016, fondeando la campaña de Trump. Este personaje, que ha actuado en un plano secundario, es pieza clave dentro del engranaje represivo y racista que la ultraderecha mundial, con sede en EU, quiere implementar. Desde 2014 bajo la administración Obama, Palantir Technologies, empresa de Thiel, ha desarrollado un software para ayudar a la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) a “eficientar” las deportaciones”, el nada famoso famoso ICM (administración de casos de investigación). 

En 2017, durante el primer mandato de Trump el software fue clave para llevar a cabo la política de deportaciones. Contra lo que se piensa, la administración Biden, continuó su uso aprovechando toda la información que este les brindaba. La cual englobaba, pero no se limitaba a información personal, incluida dirección, llamadas telefónicas, mensajes, publicaciones de redes sociales, datos biométricos y la ubicación tanto del sospechoso, como de sus parientes, familiares y conocidos. En su segundo mandato, Trump ha incrementado el uso del software y, mediante un contrato adjudicado directamente en marzo de este año, con valor de 30 millones de dólares, lo planean expandir para lograr una base de datos sin precedente que pueda ayudar a lograr la meta de un millón de deportados al año. Lo más aterrador es que a través del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) se ha logrado por primera vez tener una base de datos con información compartida entre todas las agencias del gobierno de EU. Información que, una vez recopilada, será minada y explotada por Palantir Technologies con la meta de lograr un estado de vigilancia que permita a la derecha mundial, reprimir, deportar y desaparecer a los disidentes. 

Si esto nos suena raro, los disturbios que ocurren en Los Ángeles son resultado de la aplicación de esta política. El experimento parece que resultó. Desde inicios del año, la administración Trump, a través del ICE ha detenido a activistas, líderes y defensores de migrantes, así como defensores de derechos laborales, con una gran precisión. ICE en marzo llevó a cabo la detención, de Jeanette Vizguerra, en Colorado, y Alfredo Lelo Juárez, en Washington, lo cual, se sospecha, fue llevado a cabo a través de la información obtenida y procesada por el tecnocapitalismo estadunidense. Esto inició las protestas en diversos estados. Sin embargo, los disturbios de Los Ángeles se iniciaron a raíz de que un juez otorgó una orden para llevar a cabo redadas en empresas, porque existía una “duda razonable” de que los trabajadores se encontraban con estatus migratorio erróneo. ¿Cómo ICE obtuvo la información para argumentar y convencer a un juez sobre esa duda razonable? Los tecnocapitalistas, DOGE y Palantir (Musk y Thiel) proveyeron la información. Los disturbios se iniciaron y se intensificaron derivado de que no se supo qué pasó con todos los migrantes detenidos y activistas. Diversos grupos exigieron su ubicación y liberación. Al redactar el presente artículo se desconoce el paradero de 40 migrantes. 

Así es como ahora, las grandes tecnológicas y los grandes capitales, pretenderán combatir la ola de derechos y luchas sociales del siglo XXI. Pretenden reconfigurar el Estado para volverlo un estado policial que los ayude a implementar el proyecto que impulsan y del que forman parte. Recordemos que tanto Musk como Thiel forman parte, financian y participan activamente en la C PAC y Atlas Network, la ultraderecha internacional que apoya a candidatos, personajes y movimientos en todo el mundo. Atlas Network es también la red en que participan los miembros de la ultraderecha mexicana, y cuyo capítulo en México, dirige Roberto Salinas, primo del principal exponente de esa tendencia nacional. La izquierda debe impulsar la creación de alternativas nacionales y públicas, así como legislación que limite y que pueda contrarrestar este poder que las tecnológicas adquieren y pretenden utilizar contra la población, de lo contrario, la represión alcanzará niveles no vistos. 

X: @aloyub

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