En México aumentaron tanto el número de personas que reportaron haber sido víctimas de un ilícito como el número de delitos ocurridos por cada 100 mil habitantes, liderados éstos por el fraude, durante 2023, lo que generó una alza en el costo del delito en los hogares mexicanos por hasta 282 mil millones de pesos, la cifra más alta desde 2018, reveló el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
A través de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe) 2024, que se presentó este jueves, el Inegi estimó que la prevalencia delictiva en el país; es decir, el número de personas que reportaron haber sido víctimas de un delito, creció de 2012 a 2017; y desde 2017 en adelante se ha reportado una disminución que se ha ralentizado. No obstante, en 2023 se reportaron 23 mil 323 personas víctimas por cada 100 mil habitantes, cambio significativo con respecto a 2022 de 22 mil 587 por cada 100 mil personas.
Por su parte, la incidencia delictiva; es decir, el número de delitos ocurridos por cada 100 mil habitantes, llegó a un pico en 2014 (41 mil 655) y disminuyó en 2015 (35 mil 497) y volvió a encontrar un pico en 2017. Después de ello, la tendencia fue de disminución, pero a partir de 2022 se revirtió la tendencia y en 2023 se alcanzó una tasa de 33 mil 267 delitos por cada 100 mil habitantes, el segundo valor más alto en los últimos cinco años.
Durante la presentación de la Envipe 2024, Dwight Dyer Leal, director general de Estadísticas de Gobierno, Seguridad Pública y Justicia del Inegi, explicó que en el ámbito urbano se reporta el mayor número de víctimas de delito; es decir, el fenómeno se concentra principalmente en el ámbito urbano, aunque no deja de ser preocupante en el ámbito rural.
Los hombres son víctimas de delito en una mayor proporción que las mujeres, y se han ido cerrando las brechas porque se ha incrementado significativamente el número de mujeres que han sido víctimas en un delito.
Fraude: del cuarto al primer lugar
De 2012 a 2017 hubo un incremento en el costo del delito en México, después de 2017 a 2021 hubo un decremento; esta tendencia se rompió en 2022 y continuó a la alza en 2023 cuando se registraron 282 mil millones de pesos como el costo del delito en los hogares, lo que representa 1.15 por ciento del PIB nacional; esta cifra es cuatro veces el presupuesto ejercido por las instituciones de seguridad pública en los estados.
Por su parte, el costo en medidas preventivas; es decir, lo que gastan los hogares para protegerse de la victimización y del delito, se observó un incremento de 2012 a 2018 y a partir de 2018 hay una tendencia leve disminución, pero 2023 se registró un gasto de los hogares en medidas preventivas de 91.7 miles de millones de pesos. Este gasto es 1.4 veces el presupuesto ejercido por las instituciones de seguridad pública estatales del país.
En 2023, los delitos más frecuentes fueron el fraude, el robo o asalto en calle, extorsión, robo total o parcial de vehículo y amenazas verbales. Para todos hubo un incremento significativo entre 2022 y 2023. Tan sólo el fraude aumentó 20.5 por ciento; el robo y asalto en la calle más de 14 por ciento; la extorsión creció 3 por ciento y el robo parcial de vehículos también incrementó 20 por ciento y las amenazas verbales 14 por ciento anual.
Adrián Franco, vicepresidente de la Junta de Gobierno del Inegi, explicó que dos fenómenos están ocurriendo en la actividad criminal del país. El primero, es la concentración en algunos estados de la victimización y de la actividad delincuencial y el segundo fenómeno es la configuración del delito, pues el fraude se instaló como la primera actividad criminal.
“El fraude es una actividad muy compleja, al igual que los demás delitos, pero es una actividad que crece a una velocidad muy rápida y entre más actividad electrónica tengamos en la compra y adquisición de bienes, en las transacciones comerciales y financieras, evidentemente el fraude va a aumentar a esa velocidad.
“El fraude se instaló en 19 estados como la principal actividad criminal muy por encima de la extorsión en seis entidades; o del robo en el transporte público en otras seis entidades. Estos dos fenómenos nos pueden ayudar a explicar los cambios entre un año a otro. El robo en la calle o transporte público o la extorsión eran los principales delitos en 2020; el fraude era el cuarto lugar, ahora se han invertido los roles en los tipos de delitos”, describió franco.
Cifra oculta
En 2023, de los 31.3 millones de delitos ocurridos, sólo 10.4 por ciento se denunciaron. Esta cifra es estadísticamente equivalente a la de 2022. El Ministerio Público (MP), o fiscalía estatal, abrió una carpeta de investigación en 68 por ciento de estas denuncias. Lo anterior implica que 92.9 por ciento de delitos no se investigó: esto se conoce como cifra oculta. En 2023, su porcentaje resultó estadísticamente equivalente al de 2022 (92.4 por ciento).
Los delitos fraude y extorsión registraron los porcentajes más elevados de cifra oculta, con 97 y 96.7 por ciento, respectivamente. En contraste, el robo total de vehículo presentó la menor cifra, con 39.7 por ciento.
Entre las razones atribuibles a la autoridad para no denunciar delitos ante estas por parte de las víctimas, destaca la pérdida de tiempo, con 34.4 por ciento y la desconfianza en la autoridad, con 12.7 por ciento. Asimismo, un 3 por ciento por la actitud hostil de la autoridad.
Por su parte, siete de cada 10 ciudadanos en el país no se siente seguro en la ciudad en la que vive.