Dicen que ella… «cumplió a los hombres la fantasía de verla desnuda”. ¡Por piedad! Quienes piensan así no han sabido separar la anatomía de la mujer, de la pornografía
La más reciente entrega de los premios Grammy Latinos se llevó a cabo en la ciudad de Las Vegas, en los Estados Unidos. Como siempre, la alfombra roja estuvo llena de estrellas de origen latinoamericano quienes, aprovechan la ocasión para alzarse como protagonistas absolutos de la noche y desfilar con los atuendos más vanguardistas y llamativos. Thalía fue una de las más espectaculares, mientras que Ricky Martin resultó ser la presencia más elegante.
Sin embargo, lo que nadie vio venir fue la protesta visual que hizo la cantante chilena Mon Laferte. Resulta que ella apareció en la alfombra roja, que estaba absolutamente llena de medios de comunicación con sus reporteros y cámaras, portando una gabardina negra y un pañuelo verde atado al cuello, éste último igual al que usan las personas que están a favor de que las mujeres decidan sobre su cuerpo. Sin embargo, esto no fue todo.
Al estar de pie frente a todas las cámaras y dando el frente completamente, Mon Laferte abrió su gabardina y la bajó hasta la altura de su cintura, dejando ver sus pechos desnudos. Sobre tu torso estaba escrita la leyenda “En Chile torturan, violan y matan”, con letras negras sumamente legibles. Desde el primer instante, las fotografías de su anatomía al descubierto inundaron las redes sociales y los medios de comunicación. Algunos portales conservadores censuraron parte de la imagen, pero en redes sociales circuló libremente la fotografía completa.
De inmediato, la cantante logró lo que se había propuesto: llamar la atención sobre la terrible situación que viven los chilenos bajo el régimen del presidente Sebastián Piñera, multimillonario de extrema derecha, quien está abusando de la fuerza pública para reprimir a los ciudadanos en su país. No es la primera vez que Mon Laferte alza la voz. En un homenaje a José José hizo declaraciones al respecto muy fuertes y fue criticada porque “no era el lugar adecuado”.
También hizo una canción de protesta y participó en una tocada callejera, con músicos alternativos para atraer la opinión pública sobre el tema. Recientemente, estuvo en la embajada de Chile en México para protestar, junto a otros chilenos, por el trato inhumano que están enfrentando las personas allá. Es decir, ha estado muy activa apoyando a sus compatriotas. Pero ninguna de sus acciones anteriores había llamado la atención internacional sobre la terrible situación que viven los chilenos. De hecho, para muchos, la protesta silenciosa en la alfombra roja fue la primera noticia que tuvieron sobre la violencia y abusos que sufren la personas de aquel país.
De inmediato, muchas personas de extracción sumamente conservadora, censuraron la acción de Mon Laferte. Tildaron su acción de “machista” y hasta “heteropatriarcal”. Dicen que ella obtuvo esa enorme respuesta por parte de la comunidad internacional porque “cumplió a los hombres la fantasía de verla desnuda”. ¡Por piedad! Quienes piensan así no han sabido separar la anatomía de la mujer de la pornografía. No toda mujer desnuda debe ser vista como sinónimo de deseo carnal e invitación a la cama.7Quienes se ruborizan por los pechos de Mon Laferte, son parte del problema. Ella usó esa estrategia para su protesta porque sabe perfectamente que es la más efectiva de todas. Ahora todos tenemos los ojos sobre la problemática en Chile. Además, arroja luz sobre otro problema más universal que debemos solucionar. La mujer, vestida o desnuda, no debe ser jamás vista como un objeto para ser usado sexualmente. Es la mujer quien debe ser la dueña –siempre y en toda circunstancia– de su cuerpo y de su propio placer.