El país se enfrenta a dos brotes de enfermedades prevenibles por vacunación: tosferina y sarampión. De la primera, el número de casos aumentó en más de mil por ciento en las primeras nueve semanas del año, en comparación con el mismo periodo de 2024. Es un brote activo, pues sólo en las últimas dos semanas de febrero, el registro pasó de 120 a 288 enfermos y los más afectados son los niños menores de 6 meses de edad.

En conferencia organizada por el laboratorio Sanofi, Denisse Vaquera, infectóloga pediatra explicó que la bacteria de tosferina se ha caracterizado por generar brotes periódicamente, a veces cada cuatro o cinco años y eso podría explicar el aumento del padecimiento, pero también señaló que la cobertura de vacunación todavía no está en el nivel ideal. Se ubicó en 84 por ciento en 2023 cuando debería estar por arriba de 95 por ciento.
De sarampión, del 14 de febrero a la fecha se han confirmado 22 personas con la infección, de las cuales 18 están en Chihuahua y 4 en Oaxaca. La mitad tiene entre 5 y 9 años de edad. De acuerdo con el aviso epidemiológico emitido por la Secretaría de Salud (SSa), dos fueron casos importados y 20 están asociados a aquellos.
Este brote se presenta luego de cuatro años en los que no se confirmó ningún caso de la enfermedad y actualmente coincide con la diseminación que se reporta en Estados Unidos. Hasta el 11 de marzo se confirmaron 223 casos en Texas y 33 en Nuevo México para un total de 256, de las cuales, dos corresponden a personas que fallecieron por esta causa.
El informe oficial destaca que 89 por ciento de los afectados no habían sido vacunados contra sarampión. Al respecto, Martha Avilés, infectóloga pediatra del Hospital Infantil de México Federico Gómez, comentó que el brote en Chihuahua se registra en una comunidad que no acepta la vacunación.
Dijo que una persona con sarampión puede contagiar a entre 15 y 18 más, mientras que el mayor riesgo lo representan las complicaciones que van desde neumonía, otitis, alteraciones neurológicas y a largo plazo, encefalopatía secundaria a la infección viral.
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El Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia (Censia) determinó que se intensifique la vacunación en el entorno de cada caso confirmado, los municipios de alto riesgo, las zonas turísticas, corredores de población migrante y en la zona fronteriza del país, durante al menos dos periodos de 21 días.
Sobre la tosferina, el pasado 26 de febrero, la SSa difundió un aviso epidemiológico y ayer las especialistas Avilés y Vaquera, subrayaron la necesidad de que ante el incremento de los casos, también se fortalezca la vacunación, sobre todo en los menores de seis meses y las mujeres embarazadas.
La tosferina es una infección respiratoria, altamente contagiosa que puede complicarse con neumonía, convulsiones, deshidratación y pérdida de peso porque la tos impide a los pacientes consumir alimentos. También pueden presentar daño cerebral y en los casos más graves, la muerte, sobre todo en menores de dos meses de edad.
Avilés subrayó que en adolescentes y adultos, el padecimiento puede pasar desapercibido como un resfriado común, pero lo pueden transmitir si están en contacto con los sectores vulnerables.
La doctora Vaquera advirtió que las personas con secuelas pulmonares por covid-19 tienen mayor riesgo de cuadros severos de tosferina y cualquier otro mal respiratorio.