La expresión del presidente del PRI sobre los periodistas, dada a conocer por una filtración que se asegura fue vía el gobierno de Campeche, evidencia la forma en que se ve el periodismo desde diferentes instancias del poder político.
Lo dicho es burdo e imprudente y se suma a las muchas críticas que se han vertido hacia el gremio periodístico. Es un comentario fuera de lugar por más que haya sido en una conversación privada en tiempos en que el periodismo ha sido agredido y atacado, somos una de las naciones de mayor peligro para ejercer la profesión.
Va prevaleciendo la idea de que el periodismo que se ejerce en el país no merece respeto y sólo se le reconoce cuando es afín o entregado. No insinuamos ni remotamente que no sea sujeto de la crítica lo que sucede es que se han ido creando condiciones adversas que permean entre diferentes sectores, los cuales sin que se analice el estado de las cosas arremeten de manera severa contra las y los periodistas.
El comentario de Alito, “hay que matarlos de hambre”, puede significar la forma en que, desde un partido, por cierto, en franco deterioro, se ve el trabajo periodístico. Hasta ahora la declaración no ha sido desmentida, lo que se ha puesto en cuestionamiento, con toda razón, es el hecho de que haya sido grabado el exgobernador de Campeche y que quien lo haya hecho pudiera ser desde el gobierno del estado. La gobernadora anunció ayer un nuevo misil contra Alito, el cual se dará a conocer a las 20.00 de hoy.
Si bien la grabación es un hecho violatorio de la ley, la paradoja es que no hubiéramos conocido qué piensa de los periodistas el personaje si no se hubiera dado a conocer el audio.
El clima adverso hacia los periodistas viene desde varios frentes. Las mañaneras juegan un papel importante por la forma en que el Presidente se refiere a menudo a los periodistas y lo que esto puede permear entre sus millones de seguidores.
El momento que vivieron un grupo de periodistas que cubrían la gira del Presidente Triángulo Dorado, al ser detenidos en un retén por personas fuertemente armadas no identificadas, fue minimizado por López Obrador.
La situación tiene diferentes formas de verse. La seguridad de los periodistas, el hecho de que hombres armados tengan el control de zonas del estado y la interpretación de que son personas que cuidan los lugares en donde viven. La detención que se hizo ayer de 4 personas que estaban en el retén termina por desmentir estas versiones.
La crítica presidencial a la forma en que los periodistas interpretaron los hechos hace ver como si las y los reporteros estuvieran exagerando el momento que vivieron, siendo que además de lo sucedido todo indica que la delincuencia organizada controla esa parte del territorio. Hace pocos meses se dijo que la declaración del general Van Herck, jefe del Comando Norte de EU, sobre que el 35% del territorio mexicano estaba en manos de grupos criminales, era una exageración; como están las cosas no es tan cuestionable su declaración.
Los escenarios se cruzan y más cuando se vive con tanta intensidad en medio de diferencias sobre el quehacer político del país. El periodismo está en el centro, porque en muchos casos ha sido visto como si fuera la oposición.
A esto agreguemos que en algunos casos el periodismo se ha convertido en un instrumento de la oposición política.
Nadie pide para las y los periodistas un trato de excepción, no ser sujeto de la crítica y del escrutinio público. Como están las cosas lo importante es respetarlo y crear condiciones para su ejercicio, como debe hacerse con todas las actividades en el país.
RESQUICIOS
La suspensión “definitiva” del tramo cinco del Tren Maya significa que por ahora el gobierno no puede continuar con la construcción. La clave estará ahora en la Manifestación de Impacto Ambiental para entrar en una nueva parte del proceso. Como sea, es un gran avance en la causa de la defensa del medio ambiente.
Javier Solórzano