Por Jorge Triana
La Ley de Ingresos propuesta por el presidente para el 2024, contempla que la SHCP incremente la retención a los ahorros por el orden de 900% más que este año, pasando de 0.15% al 1.48%.
La propuesta castiga brutalmente al ahorrador. El ahorro siempre debe estimularse, la formación de capital para impulsar la inversión siempre será algo positivo para la economía de cualquier país.
Esta medida propuesta al Congreso, tiene un claro fin recaudatorio, así el gobierno pretende paliar los efectos del enorme déficit que contempla su proyecto de Presupuesto de Egresos para el 2024, el cual prevé un incremento en el monto del recurso destinado a programas sociales, el sobre costo en la construcción de la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya, una enorme cantidad de dinero para la SEDENA, y las gigantescas e irresponsables transferencias a PEMEX y a CFE.
Lo anterior, sin tomar en cuenta la enorme deuda que López Obrador heredará a su sucesor. El monto contratado durante su sexenio asciende ya al triple de la de Vicente Fox, casi el doble de la de Felipe Calderón y 53% más que la que dejó Peña Nieto.
Aunque el gobierno no esté incrementando impuestos como tal, el aumento tan grande en la retención, será un golpe durísimo para los ahorradores e inversionistas financieros, particularmente los de menores ingresos que no hacen declaración anual y no pueden compensar las retenciones. Esto equivale a un nuevo impuesto para estos ahorradores.
En una economía abierta y dinámica, es muy importante que el dinero permanezca en manos de la gente y no en las del gobierno. Si el Estado se queda con grandes porcentajes de los réditos que generan los ahorros, se llega la ineficiencia y a la inoperancia de la economía.
Durante ‘periodo neoliberal’, no se cobró impuesto al ahorro en México. Se consideraba tóxico que el gobierno ataque al ahorro, porque eso equivale a desincentivarlo.
Por años, se partió de la premisa de que lo justo y correcto para el país es promover el ahorro, pero hoy tenemos una política que lo golpea.
La medida deja muy mal parado al gobierno y lo exhibe como mentiroso; ya que se comprometió a no crear nuevos impuestos, y en la práctica si lo está haciendo.
Castigar al ahorrador es una pésima idea que puede propiciar en México la fuga de capitales y el debilitamiento de nuestro sistema bancario.
Recargar en el ahorrador las terribles consecuencias del mal manejo económico del gobierno, no sólo es injusto, es irresponsable y hasta criminal.
No hay duda, para Andres Manuel López Obrador, el largo plazo no dura más de 30 o 40 minutos. Para él, lo importante es obtener beneficios políticos en lo inmediato para asegurar su sucesión y pasar a la historia (dice él) como gran transformador, no importa que con eso tire a la basura el futuro de México.
AHORROS PÚBLICOSAMLO