Visiblemente emocionado, el hasta hoy cardenal agustino Robert Francis Prevost ha pronunciado sus primeras palabras como Papa León XIV, marcando un momento histórico al convertirse en el primer Pontífice perteneciente a la Orden de San Agustín y el primero originario de los Estados Unidos, con nacionalidad peruana desde 2015.
Desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, el nuevo Papa ha centrado su mensaje inaugural en un llamado profundo a la paz, “una paz que proviene de Dios y que nos ama a todos incondicionalmente”. Con voz firme y serena, aseguró que “el mal no prevalecerá y estamos todos en las manos de Dios. El mundo necesita de la luz de Cristo”.
León XIV ha invitado a todos los fieles, de distintas culturas y latitudes, a “ayudar a construir puentes con el diálogo, el encuentro y uniéndonos para ser un solo pueblo”. En un gesto de gratitud y continuidad, dirigió palabras de agradecimiento al Papa Francisco, reconociendo su legado, y también a los cardenales que lo han elegido como Sucesor de Pedro.
Enfatizando con humildad su pertenencia a la familia agustina, alentó a los creyentes a “caminar todos juntos hacia la patria que Dios nos ha preparado”, recordando así la dimensión peregrina y comunitaria de la fe cristiana.
Dirigiéndose a la Iglesia de Roma, León XIV expresó: “Tenemos que buscar juntos cómo ser una Iglesia misionera que construya puentes de diálogo, siempre abierta a todos aquellos que tienen necesidad de nuestra caridad, presencia, diálogo y amor”.
Con especial afecto, se dirigió en español a su antigua diócesis de Chiclayo, en Perú, mostrando así su cercanía al pueblo latinoamericano. En su mensaje quedó clara su intención de continuar la senda abierta por el Papa Francisco: “Queremos ser una Iglesia sinodal, que camina y busca siempre la paz, la caridad y estar cerca de quienes sufren”.
Finalmente, León XIV invitó a los presentes y al mundo entero a rezar juntos un Ave María, culminando su primer mensaje con la Bendición Apostólica.
