Antes del derrame de hidrocarburos en un ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex) reportado en julio, hay evidencia de que un mes antes hubo otro que pudo haber otro que duró unos ocho días que generó una mancha de unos 211 kilómetros cuadrados en el Golfo de México, según información obtenida por El País. Las autoridades no ha brindado información al respecto.
En medio del escándalo por el derrame de crudo del presente mes, reportado por organizaciones ambientalistas, sobre el que Pemex no había dado información, después minimizó y, finalmente, lo atribuyó a “emanaciones naturales”, además del incendio en la plataforma Nohoch-A, ahora se revela que antes hubo otro derrame cuyas consecuencias aún están por verse.
Según refiere El País, académicos le compartieron imágenes satelitales que fueron captadas con un radar de la Agencia Espacial Europea los días 5 y 6 de junio, en las que se puede observar una mancha de unos 211 kilómetros cuadrados, que puede ser de crudo pesado, según comentaron especialistas.
Una veintena de agrupaciones dedicadas al tema ambiental, como Greenpeace, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, la Alianza Mexicana contra el Fracking e Iniciativa Climática de México, entre otras, señaló que el derrame de junio ocurrió en Balam Tango Bravo, en los campos petroleros de Cantarell, frente a las costas de Campeche, como deja ver la mancha compacta y oscura que fue captada por el radar. Pero aclaran que una parte del vertido puede estar bajo superficie.
Sin embargo, sobre ese derrame todavía no se conocen sus características, la manera en que se gestionó y los impactos que ha provocado. En un comunicado, las organizaciones declaran que ni Pemex ni la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente han ofrecido sobre el derrame de junio.
Científicos consultados por El País comentaron sobre ese derrame que la mancha referida se degradó rápidamente, pero que el material más pesado se fue al fondo marino, cuyas consecuencias aún son inciertas.
