El Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) publicó ayer en el Diario Oficial el Programa Anual de Uso y Aprovechamiento de Bandas de Frecuencias 2018, donde se incluyen los canales del espectro radioeléctrico en posibilidad de ser concesionados el próximo año para los servicios de telecomunicaciones y radiodifusión.
Nuevas concesiones
En el caso de la radio abierta el número de frecuencias que el Ifetel se propone concesionar durante 2018 es de 110 (54 de FM y 56 de AM). En el caso de las correspondientes a FM, 24 serán para uso comercial; 21 para uso social (comunitarias, indígenas u operadas por universidades privadas) y nueve para ser operadas por organismos públicos. En el de AM, siete frecuencias serán para uso comercial y 49 para uso social. Como puede observarse, el número de frecuencias destinadas para uso social o público rebasa a las de uso comercial.
El número de frecuencias disponibles en México para transmitir radio abierta va en descenso y probablemente también es menor el “apetito” (así dicen en el Ifetel) de los grandes grupos radiofónicos por crecer en gran escala. El interés por obtener nuevas frecuencias para uso comercial se está concentrando en empresarios radiofónicos locales o regionales; lo interesante será ver cuántas organizaciones sociales se interesarán por operar una radiodifusora.
Licitación exitosa
El número de frecuencias incluido en el Programa correspondiente a 2018 contrasta con el de años anteriores, que permitieron al Ifetel realizar en 2017 una gran licitación de frecuencias (la llamada licitación “IFT-4”). Como se recuerda, el Ifetel puso inicialmente a concurso 257 frecuencias; sin embargo, debido a que algunos de los participantes “se echaron para atrás” y abandonaron el concurso (recuérdese el caso escandaloso de Tecnoradio), solo pudo otorgar 141 concesiones (114 de FM y 27 de AM).
A pesar de ello, el Ifetel consideró que la licitación fue “exitosa” debido a que entre el pago de contraprestaciones por el otorgamiento de frecuencias y el cobro de la “garantía de seriedad” a las empresas que abandonaron la licitación, el organismo regulador recaudó mil 10 millones de pesos, según informó el pasado 26 de noviembre. Veremos si el año entrante, con el remanente de frecuencias de la licitación IFT-4 y las frecuencias incluidas en el Programa de 2018, el Ifetel arma una nueva licitación que sea atractiva para empresarios radiofónicos nuevos o viejos.
Todavía atractiva
¿La radio abierta sigue siendo atractiva para hacer negocio o para expresarse a través de ella? Sí, pero ya no entendida como un medio aislado, sino ubicado en el contexto de la convergencia tecnológica.
En el consumo de radio está ocurriendo el siguiente fenómeno: los audios realizados con “lenguaje radiofónico” (combinación creativa de voz, música, efectos y silencio) no dejan de generar interés entre un gran número de personas; sin embargo, su consumo está migrando del espectro radioeléctrico al entorno digital. De acuerdo con una encuesta muy reciente elaborada por Iab México (levantada en septiembre de este año y publicada en noviembre), el consumo de “programas de radio” es alto en nuestro país; según la encuesta, 90 por ciento de los mexicanos consume habitualmente esa clase de producto auditivo en la siguiente proporción: 46 por ciento lo realiza a través de “aparatos de recepción tradicionales” (radios portátiles, “modulares”, radios de mesa, “radio grabadoras”, “celular convencional”, etcétera); 31 por ciento a través de la red mediante diferentes dispositivos (laptop, iPod, iPad, PC); y 13 por ciento combina las dos plataformas.
Abierta y en línea
Es decir, el lenguaje radiofónico —expresado en “programas de radio”— sigue teniendo adeptos, pero unos prefieren escucharlo a través de la recepción radiofónica tradicional y otros en internet.
Por ello, poseer una frecuencia de radio sigue siendo atractivo. Todavía la recepción vía espectro radioeléctrico es mayoritaria con respecto a la que se hace por internet; quizá en algunos años esa relación se invierta a favor de la red, pero ello no significará que a corto plazo la radio abierta desaparezca; seguirá existiendo dentro de la convergencia. El lenguaje radiofónico se transmite por aire y en línea; los radiodifusores —“comerciales”, “sociales” públicos— deberán entender esa realidad.
Fernando Mejía Barquera