La Amafore se atrevió a lanzar una propuesta de Reforma de Pensiones. Es audaz. Se trata de reducir los años de trabajo para pensionarse.
Bernardo González, presidente de la Amafore, al ver que los trabajadores mexicanos, por la falta de una economía generadora de empleos, muy difícilmente van a completar las mil 250 semanas de cotización, busca reducir ese plazo.
Hoy en día, un trabajador, para pensionarse, debió haber trabajado 24 años dentro del mercado formal, para completar las mil 250 semanas de cotización.
Pero en una economía donde la informalidad permea en todas las actividades, se antoja complicado lograr esos 24 años de cotización.
El planteamiento de la Amafore es reducir la pensión a 750 semanas de cotización, que representan 13 años de haber trabajado en la economía formal.
HABRÁ PENSIÓN UNIVERSAL
Se viene la crisis de pensiones. La primera generación de pensionados por las afores podrá retirarse en 2021, pero con un problemón: las pensiones sólo serán de 30% del salario de los trabajadores. No podrán vivir con su pensión, y eso que trabajaron en el mercado formal. No hay incentivos para irse al mercado formal. Si bien es cierto lo difícil que es pensionarse con una tasa de reposición (salario) del 100%, en otros países las pensiones llegan a ser de 70%-80% del salario del trabajador.
Por su parte, las autoridades vienen cocinando una reforma de pensiones. La han afinado el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, junto con Carlos Noriega, titular de la Unidad de Seguros y Pensiones de Hacienda, y el presidente de la Consar, Abraham Vela.
La reforma no podría esperar hasta mediados del sexenio, como se pensaba.
El gobierno de la 4T está planeando completar la pensión de las afores con la pensión universal garantizada, es decir, con la ayuda del gobierno de López Obrador de 3,696.6 pesos mensuales.
Cualquiera de las modalidades para completar una pensión mínima universal decorosa necesitará de cuantiosos y cada vez más elevados recursos. ¿De dónde vendrán? Ahí el rompecabezas a resolver.
GRACIELA MÁRQUEZ, EN DAVOS
La 4T entendió que el Foro Económico de Davos no sirve sólo para discutir las tendencias internacionales, sino para presentarse como un país receptor de inversión. Es la guerra por las inversiones. Y ahí México tiene cosas por presumir: tratado con EU, y muy seguramente con Canadá, así como por sus finanzas sanas. De hecho, Graciela Márquez, secretaria de Economía, va a Davos. La acompañan la subsecretaria de Comercio Exterior, Luz María de la Mora, y Sergio Silva, titular de la Unidad de Inteligencia Económica Global. Márquez participará en cinco foros de reflexión. Pero tiene reuniones bilaterales interesantes, que van desde el presidente de Dubai Ports, el sultán Ahmed bin Sulayem, hasta el CEO de Nestlé o Michael Evans, presidente de Alibabá. Se reunirá con Robert Lighthizer, representante comercial de la Casa Blanca, para ir definiendo la concreción del T-MEC.
Un acierto haber ido a Davos con una agenda de crecimiento económico.
José Yuste