Por José Iván Borges Castillo
Yucatán pueblo lleno de historia, tradición y fe.
Alguna vez fue Ixchel o Xkanleox figuras antiguas de amor materna y protección, luego llegó la Maria de Nazareth y entre los abuelos la invocaron como la Xki’ich pam ko’ olebil María, osea la toda hermosa, la toda bella, mujer santa y toda vestida de gloria y divinidad.
En la tierra de los bravos Cocom se llamó su Reina y Señora, su Virgen de Natividad, anunciando en su nombre el inicio de una nueva época al calor de su manto y bajo la condición de su mirada.
Hoy todo el pueblo bailara jarana en su honor y ella se ha vestido como su pueblo, como su gente, porque ella no limita su leguaje y se hace un más entre el pueblo, así ella entiende a los que la rodean cuándo sufren y cuando rien, esta noche todos ríen sosteniendo la algarabía de su fiesta.
¡Hermosa Señora de Sotu-ha!