Adentrado en los montes se pudo constatar que se ha descubierto un nuevo cenote en la región oriente de la entidad, el cual se ubica a 8 kilómetros al suroeste de la cabecera municipal de Panabá, rumbo a Sucilá, en el rancho de nombre San Judas Tadeo.
Aunque se ignora la fecha exacta de su aparición, su propietario el señor Edilberto Basto Correa expuso: “este cenote lo encontré el 18 de mayo pasado [próximo inmediato], cuando hacía labores del campo. En ese lugar donde se desfondó para que apareciera el cenote se han realizado dos veces milpas, hace 40 por mi papá y hace 20 años aproximadamente por mi tocayo Edilberto Uc (q.e.p.d). Es un buen lugar debido a que se ubica en un ‘rejoyada’, aquí cerca estuve tumbando el monte en el mes de marzo para hacer mi milpa pero ya no lo seguí por razones de salud”.
De manera literal la tierra, los árboles y todo lo que se encontraba en el sitio, se vino para abajo, al desplomarse el suelo, dejando ver el gran hueco que tiene forma irregular el cual mide de oriente a poniente unos 25 metros de largo y 10 de norte a sur. Se halla a 6 metros sobre el nivel del mar. Se puede observar a los costados la gran capa de tierra que tiene y debajo de esta una de piedra laja. Cabe subrayar que las medidas presentadas son aproximaciones.
Lo verdaderamente sorprendente, es que desde el socavón se puede ver una grieta de hasta 30 centímetros de ancho y la profundidad varía de dos, tres metros y hasta más, el cual recorre unos 30 ó 40 metros a la redonda hacia el norte, que empieza en la parte oriente y finaliza en el poniente. En la exploración se pudo comprobar que hay raíces despedazadas; de un lado y otro de la abertura el nivel es ligeramente más bajo el que se encuentra hacia el centro de la “rejoyada”.
Todo esto indica que en cualquier momento se puede desplomar desde la parte delimitada por la fisura de tierra que es muy visible.
Don Edil como se le conoce al dueño del rancho añadió “esto es obra de Dios, para mí es un milagro. No le tengo miedo, le guardo respeto a estas cosas de la naturaleza. Cuando camino en otras partes del rancho ando con mucha precaución, con el temor de que pueda abrirse la tierra. Me imagino que al derrumbarse esto, debió haber hecho mucho ruido”.
“Cuando encontré este cenote, los árboles que cayeron al agua aún tenía las hojas verdes, lo que me hace pensar que tenía poco tiempo que haberse formado. Le preparé un pequeño altar de piedra y le coloqué una cruz, todo de manera rústica. Aún no he hecho nada pero pronto realizaré un rezo de acción de gracias”.
Otra de las cosas que se pudieron ver es que en los lados no tiene moho, se pueden percibir unos helechos, los árboles que yacen en el agua ya están secos, se aprecian bóvedas que pasan debajo de la tierra en la parte subacuática, no se visualiza el escombro que cayó dentro del cenote y se ignora su profundidad. Existen varias casas de avispas, algunas ranas en una pequeña parte de tierra cercana al agua y no se encontraron peces.
Se espera que con la presente publicación, puedan reconocer el sitio por expertos en la materia para explorar por dentro y por fuera del cenote. El propietario de la estancia ganadera tiene la esperanza de que algún día vengan espeleólogos a investigar el gran pozo que según él se formó en el presente año y que fue descubierto por él hace casi tres meses. De igual modo asegura que el cenote es nuevo, ya que ha recorrido anteriormente la zona donde se ubica exactamente el cenote sin que antes lo haya visto. Todo es realmente impresionante
Por: Alejandro Aguilar