jueves, diciembre 7, 2023

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El rescate de los cenotes y la voracidad de particulares que los transforma rompiendo el equilibrio ecologico

Por Sergio Grosjean

La labor de restaurar un cenote no es algo que se deba hacerse por ocurrencia o al azar, ya que sin el análisis y estudio minucioso de lo que se pretende realizar, las consecuencias pueden ser negativas, por no decir desastrosas y lo vemos ahora más seguido, ya que muchos, debido a la voracidad, se dedican a ampliar el cenote que se ubica en su propiedad incluso utilizando maquinaria pesada con la finalidad de recibir más y más turismo y con ello rompiendo el equilibrio ecológico, y de allá que el agua se descomponga y por consiguiente el color se torne en verdoso y es allá cuando toman la estúpida decisión de clorarlos y con ello matar a la flora y fauna que allá cohabitó desde tiempos inmemoriales. Cuando vayan a un cenote y no vean peces tengan mucho pero mucho cuidado pues los cloran o utilizan productos nocivos para mantenerla clara.


Las imágenes que observan, son del cenote Wolpoch, ubicado en el eco parque Homúnja´, en el municipio de Homún, Yucatán, tomadas en nuestra primera expedición hace muchos años. Este sitio como observan, se encontraba en deplorables condiciones, pues había sido convertido en el basurero de una hacienda que así lo mantuvo por décadas.
Cuando decidimos rescatarlo, analizamos cada espacio durante semanas y así logramos proyectar los resultados que hoy disfrutamos. No fue nada fácil pues todo el trabajo en el interior fue a mano, sin una sola maquinaria, y del cual extrajimos más de 200 metros cúbicos entre escombro y basura, siendo que esta labor nos llevó año y medio, gracias al gran trabajo que realzó todo el equipo a quienes les agradezco infinitamente su invaluable apoyo y lidereados por Benito y «Seven».
Algo muy pero muy gratificante, es que luego de liberar las venas de escombro y lodo, llegaron al cenote por esa vía peces provenientes de algún otro cuerpo de agua que no hemos descubierto. Esta especie llamados comúnmente bagres y nombrados entre los mayas aluh o ahlu, los asociaban a la muerte, al renacimiento y también a la fertilidad, posiblemente porque este animal tiene la capacidad de mantenerse por largo tiempo vivo en condiciones donde otras especies no sobrevivirían horas, tal y como los charcos de lodo, pues con el simple hecho que permanezca húmeda su piel, este pez se mantiene vivo.
De igual forma, al sitio ya acceden golondrinas no solo para abastecerse del vital líquido, sino que por épocas anidan en el techo de la bóveda. Las imágenes superiores fueron las primeras que logramos captar hace más de una década y las inferiores como luce ahora. Ambas en los mismos ángulos. Feliz domingo.

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