C omo en la década de lo 90, Elba Esther Gordillo salió al escenario político en Puebla, en el Segundo Encuentro Nacional de Jóvenes y repartió uno que otro mensaje para el gobierno Federal, en especial sobre la “Reformita Educativa“ de AMLO, a la que sólo la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) se ha opuesto para defender los intereses de los profesores, según la exlíder del Sindicato.
El fin de semana pasado, Gordillo declaró sus intenciones para presidir —de nueva cuenta— la dirigencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Y en el camino, se ha dado tiempo de soltar declaraciones políticas como en los viejos tiempos.
“No es la reforma que esperábamos”, dijo en el evento organizado por Maestros por México (MXM), a quien señaló por NO pronunciarse en contra de la propuesta de AMLO. ¿La razón? La expriista consideró que la desaparición del INEE (Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación) y el hecho de que el Sindicato no podrá mediar por las plazas de los maestros es un golpe de la Cuarta Transformación contra el magisterio.
“Mis respetos para el señor presidente, pero zapatero a sus zapatos. Respeto a la autonomía e independencia sindical”, sentenció. Además —ya para no hacerles el cuento largo— Gordillo aprovechó para reforzar su intensión de regresar al SNTE, una vez exonerada de los delitos de lavado de dinero y delincuencia organizada.
