Después de realizar una evaluación a 33 programas públicos del sector, la Secretaría de Salud determinó desaparecer o hacer cambios en 20 de ellos por tratarse de una “simulación” y de “proyectos en papel” destinados a absorber recursos públicos, pero carentes de un impacto real para el bienestar de los mexicanos.
Entre estos se encuentran programas para la anticoncepción de emergencia, la interrupción legal del embarazo y la estrategia contra la obesidad y diabetes.
Hugo López-Gatell, subsecretaria de Prevención y Promoción a la Salud, explicó que se determinó que el Centro Nacional de Equidad y Género pasara de tener seis programas a uno solo, pero eficaz. “Reducir no significa eliminar, sino integrar porque las acciones estaban fragmentadas», indicó el funcionario.
“Había omisión por parte de las unidades de los servicios de salud para proveer anticoncepción de emergencia, tamizajes de infecciones de trasmisión sexual, para vincularse con servicios de salud mental, contención emocional y tampoco para vincularse con procuración de justicia, para interrumpir legalmente un embarazos y de forma segura”, aclaró en entrevista tras referir que están efectuado aun la evaluación de qué unidades no aplicaron dicha norma.
Sobre la Estrategia Nacional para la Prevención y Control del Sobrepeso, Obesidad y Diabetes, comentó que aunque tiene una base técnica y científica “impecable” por estar sustentadas en un trabajo de la Academia Nacional de Medicina, del Instituto Nacional de Salud Pública y de la Universidad Nacional Autónoma de México, “a los 10 minutos se enchueca porque el enfoque de las intervenciones sumamente reduccionista”.
«Mídete, Muévete y Chécate»
La citada Estrategia Nacional, que operó de 2012 a 2018, “se encerró en el sector público, con una débil y vaga formulación multisectorial” y se redujo a un “mecanismo de comunicación social, que seguramente fue muy costoso y del cual no hay documentación de evaluación de su impacto en la famosa campaña “Mídete, Muévete y Chécate” frente la oferta desmedida de productos chatarra, con baja valor nutricional, altamente calóricos.
“Fue un programa bien financiado pero radicalmente desviado al sustento científico. Continuó absorbiendo, en esta nueva administración, alrededor de 500 millones de pesos”, precisó tras referir que se instaló el Grupo Intersectorial de Salud y Alimentación, para sustituir esa estrategia e impulsar verdaderamente un programa que ponga en la mesa de los mexicanos alimentos sanos y se atiendan las causas de obesidad y diabetes.
Otro de los falsos programas, abundó, fue el de “Picadura de alacrán”, que en realidad “se trata de un libro y el 80 por ciento de su contenido es antecedentes y líneas de acción desdibujadas. En la vida real no tiene un significado, lo único que provocaba es darle un cuerpo programático para la adquisición de anti-sueros contra la picadura de dicho veneno”.
Con la reforma a la Ley General de Salud para desaparecer el Seguro Popular, el gobierno federal efectuó una reingeniería en la que se contempla desaparecer cargos directivos.
INSABI no desaparece
La Secretaría de Salud, detalló, “no desaparece” con el Instituto Nacional de la Salud para el Bienestar (INSABI).
En el 2020, la Secretaría de Salud contará con un presupuesto base similar al de 2018 y 2017, que oscila en alrededor de 124 mil millones de pesos, “esto en términos reales, considerando la inflación y aclarando que no hay disminución”.
El INSABI, abundó, contará con los recursos del Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos, que contienen 95 mil millones de pesos en su fideicomiso.
Para el funcionario federal ese recurso contenido en el fideicomiso tenía poca efectividad en atender enfermedades graves, de alto costo, cuando se carece de médicos especialistas, de hospitales dotados con equipo diagnóstico actualizado y funcional, y muchas de las instalaciones se encuentran deterioradas.
López-Gatell refirió que de los 95 mil millones de pesos del fideicomiso se disponían, año con año, del 10 por ciento –cerca de 10 mil millones de pesos– para pagar los costos de intervenciones del tratamiento de padecimientos complejos.
“De qué sirve que lleguen las medicinas si no hay quién las use apropiadamente o no se usan porque se carece de un diagnóstico oportuno. Se daba dinero sin considerar el entorno, la deficiencias, y con un impacto de beneficio a la salud mínimo”.
Por ello, dijo, se creó el Programa U013 Servicios de Salud y Medicamentos Gratuitos, que depende de la subsecretaria de Integración y Desarrollo del Sector Salud, Asa Christina Laurell, que carece de presupuesto, pero que en el 2020 será dotado con recursos que contribuyan a sanar el déficit de personal, que se estima en 200 mil plazas, mejorar la infraestructura y en adquirir equipos de diagnóstico.
Centro Nacional de Inteligencia en la Salud
Se creará el Centro Nacional de Inteligencia en Salud, que corregirá la “ultra fragmentación” de los centros de información y básicamente son base de datos. “Desaparece la Dirección General de Epidemiología” y se operarán diversos protocolos de respuesta, preparación y reparación, en caso de desastres naturales, pandemias, incendios.
Se mantiene “casi intocado” la estructura del Centro Nacional para la Prevención del VIH/sida (Censida) pero contará con un enfoque de respeto a los derechos humanos, de diversidad sexual y de género, finalizó.