Nueva York. Aura Hernandez, inmigrante guatemalteca, públicamente se declaró en santuario físico en una iglesia en Nueva York aclarando que este acto no es para esconderse de las autoridades, sino para enfrentarlas abiertamente en busca de justicia para ella y los millones de inmigrantes en su situación.
Hernandez, de 37 años de edad, acompañada por dos de sus hijos y rodeada por curas, reverendos, rabinos y líderes comunitarios -entre ellos el padre Alejandro Solalinde que se encuentra en gira de trabajo aquí- declaró dentro de la iglesia de la Cuarta Sociedad Universalista a un lado de Central Park que esto no es un acto solitario, sino que es con el apoyo de muchos que logró tomar esta “difícil decisión”, y subrayó que “no soy la única, somos muchos los que estamos en esta situación”.
Ante el coro de “no estás sola, no estás sola” de religiosos, defensores de inmigrantes y activistas comunitarios, Hernandez declaró: “yo no me quedaré callada, esto es para los derechos de nuestros hijos.… Lo que les quiero pedir a todos es que tampoco se queden callados”. Insistió en que “no estoy pidiendo piedad, estoy pidiendo justicia”.
Jeanette Vizguerra, inmigrante mexicana que pasó 86 días en santuario en Colorado, acompañó a Hernandez y declaró que “estar en santuario es un acto de resistencia, de valor” e informó que hay mas de 100 personas en el país tomando santuario en iglesias en contra de la división de las familias.
Hernandez cruzó la frontera en 2005 huyendo del abuso doméstico y fue detenida por la Patrulla Fronteriza, y acusa que fue sexualmente abusada por un oficial. Otro oficial de la Patrulla Fronteriza la liberó y logró llegar hasta Nueva York donde vivía su hermana. Encontró trabajo y se casó con un mexicano.
En 2013, después de una infracción menor de trafico, un policía la reportó a las autoridades de migración, y descubrió que existía una orden de deportación. Su solicitud para una visa especial, a raíz del abuso sexual que sufrió, fue negada. Ahora busca reabrir ese caso bajo protección del santuario.
Los religiosos y solidarios iniciaron el día con una procesión alrededor del Hotel Trump en Columbus Circle, antes de proceder a la iglesia para denunciar las politicas de persecución de familias inmigrantes impulsadas por el presidente.
El reverendo Juan Carlos Ruiz de la Coalición Nuevo Santuario declaró que este acto de Hernandez “no es para esconderse de la justicia, sino justo para buscarla”.
Solalinde recordó que “Jesús es el migrante más famoso de la historia” y que “todos somos migrantes existenciales”.
Un rabino recordó que la Pascuas judía que inicia este mismo Viernes Santo es el “día esencial de liberación” marcando el éxodo no solo de los israelitas, sino todo pueblo oprimido por el faraón, y afirmó que “los inmigrantes indocumentados son los israelitas de hoy, y estamos con ellos”.
El reverendo Schuyler Vogel, al frente de la congregación que ofrece el santuario a Hernandez, recordó que “estamos aquí para demostrar que ningún ser humano debería ser visto como otros, estamos aquí como gente de consciencia para ofrecer santuario y demostrar que Aura es querida, es parte de nosotros”.
El acto concluyó, por ser Jueves Santo, con los líderes religiosos lavando los pies de Hernandez y otras dos mujeres que han luchado contra las politicas antimigrantes -el rito de Jesús con sus discípulos que expresa que “el poder debe estar al servicio del pueblo y de los más vulnerables”, explicaron Ruiz y Vogel.
Hernandez es el segundo caso de santuario publico en esta ciudad. La primera fue Amanda Morales Guerra, otra guatemalteca, quien ha estado viviendo en santuario durante 8 meses en otra iglesia al norte de la ciudad. Hay otros casos no públicos de santuario en la ciudad, según la Coalición Nuevo Santuario.
Por otro lado, las autoridades estadunidenses anunciaron que ya no ofrecerán la posibilidad de que inmigrantes indocumentadas embarazadas permanezcan en libertad mientras proceden sus casos en los tribunales, informó Ap.
La Jornada