El secretario de Hacienda se anima a crecer. Al entregar el paquete económico 2023 al Congreso para su aprobación, trae un pronóstico de crecimiento, en promedio, de 2.1% para 2023. Nada mal para un sexenio prácticamente perdido en crecimiento.
¿Lo puede lograr? Veremos si los incentivos están bien alineados para estimular la inversión privada y que ayuden a crecer. Están esperando que, sin nuevos impuestos, con un crecimiento modesto y una menor inflación de 3.2% para fines de 2023, las señales sean para que la inversión se anime. Sobre todo ahora con el tema del nearshoring, donde las inversiones de Asia quieren instalarse cerca de Estados Unidos.
En cuanto a obras icónicas, se mantendrá el Tren Maya y el desarrollo del Istmo de Tehuantepec, que parece tener muchas simpatías por el sector privado. Pero parecen impulsos aislados de un plan nacional.
DEUDA/PIB, LO PRESUME
Además, Rogelio Ramírez de la O envía una señal positiva, la de tener una deuda contenida. La relación Deuda/PIB para 2023 será de 49.4%, un estándar bajo con respecto a muchos otros países, como los europeos, donde varios tienen el 100% de relación Deuda/PIB. Vaya, del doble. Esto no es poca cosa, si bien el presidente López Obrador ha cambiado las reglas del juego provocando desánimo en la inversión, por otro lado, no se ha endeudado y aleja una crisis financiera.
LA INERCIA DE BECAS EN EFECTIVO Y OBRAS
Sin embargo, el sello de la casa se mantuvo y no ha sido lo mejor ni para el gasto social ni para crecer. Vienen programas sociales en efectivo y obras icónicas.
En los programas sociales, desde luego, viene un presupuesto en 2023 para continuar con los Programas para el Bienestar, con un gasto de 1 billón 750.9 mil millones de pesos, superior en 12.7% al del año pasado.
Por ejemplo, seguirán las pensiones para adultos mayores, que crecerán hasta los 6 mil pesos bimestrales para 2024 por adulto mayor. Aparte, estarán las becas del Bienestar.
Pero no viene el aumento en gasto en educación ni en salud, donde se pedía salir del 2% del PIB.
COCA-COLA Y RECICLAJE, LA NUEVA BATALLA
Coca-Cola ha realizado varios cambios. Desde hace mucho tiempo dejó de ser una refresquera para transformarse en una compañía de bebidas. Pero también ha zanjado las críticas de tener bebidas calóricas y ha puesto en el anaquel desde aguas hasta bebidas sin azúcar.
Ahora ataja otro tema, el del reciclaje de sus envases. Al igual que buena parte de la industria, es criticada por los envases PET. Lo interesante es que está haciendo algo al respecto. Hoy ya logra reciclar el 25% del PET del país y acaba de realizar una alianza con Rappi para potencializar ese proceso.
Sergio Londoño, vicepresidente de Asuntos Públicos de Coca-Cola, explica que entran en un plan piloto con Rappi para recolectar PET, vidrio, aluminio y Tetra Pak. Lo harán en tres alcaldías: Benito Juárez, Cuauhtémoc y Miguel Hidalgo, en fin de año. Se trata de elevar el reciclaje en México del 53% a conseguir casi el 100%. La gente de Rappi lo recolectará. Y se suman a la iniciativa FEMSA y Arca Continental. Coca-Cola quiere atajar las críticas de ser la causante de una alimentación alta en calorías, así como de contaminar. Y actúa en consecuencia. Interesante.
José Yuste
