La política de comunicación del próximo gobierno no comprende solamente la reducción de la publicidad oficial en un 50%, sino que ésta deje de utilizarse como un instrumento de control político y un cambio radical en el modelo empleado en las últimas administraciones, aseguró Jesús Ramírez Cuevas, propuesto por Andrés Manuel López Obrador como Coordinador General de Comunicación Social.
En entrevista con el semanario Proceso, sostuvo que la eliminación de las coordinaciones de comunicación social en las dependencias gubernamentales tiene dos objetivos: evitar la duplicidad de funciones y frenar el derroche de recursos públicos; precisó que el personal sindicalizado que actualmente labora en dichas oficinas será reasignado, pero no perderán sus empleos.
Ramírez Cuevas negó que la decisión de concentrar toda la comunicación del próximo gobierno en una sola oficina desde la Presidencia, tenga propósitos de concentración de poder o de censura. La idea, insistió, es optimizar recursos financieros y humanos, además de generar un nuevo modelo en donde la información sea un servicio a la sociedad y no al lucimiento de los servidores públicos.
Adelantó que además de reducir el gasto en la publicidad gubernamental, que en los últimos sexenios se ha multiplicado discrecionalmente, también habrá nuevos criterios para su asignación. Esto significa que no se empleará para castigar o premiar a medios y periodistas, sino que se buscará establecer parámetros justos en donde no sólo se considere el tamaño o alcance del medio, sino el periodismo que realicen, su dimensión social.
Expuso que en los últimos años se ha castigado al periodismo crítico y en cambio, se ha alentado a medios, principalmente digitales, de los que no hay suficiente información sobre su origen y función. Es en este contexto, dijo, donde surge la expresión del presidente electo Andrés Manuel López Obrador de su deseo de que Carmen Aristegui o José Gutiérrez Vivó vuelvan a los medios, pero no porque pretenda extralimitarse en sus facultades como mandatario.
Rechazó que desde el gobierno se vaya a “dar línea” a los medios privados sobre sus contenidos o sus colaboradores. Serán las audiencias, indicó, quienes les harán saber a las empresas su sentir sobre el trabajo que realizan, y en función de ello, cada medio estará en libertad de tomar sus decisiones. No obstante, advirtió que cuando surja información imprecisa o con “mala fe”, desde el gobierno habrá una respuesta, pero no con la intención de censurar, sino de “generar debate”.
En torno a los medios públicos, Ramírez Cuevas señaló que se planea que en éstos no haya políticos para su conducción, sino especialistas en comunicación comprometidos con la función social que deben tener y éstos sean, fundamentalmente, promotores de la cultura, la pluralidad y la participación de la ciudadanía.
El próximo portavoz presidencial fue cuestionado respecto a las polémicas en las que se vio envuelto López Obrador, la primera, por decir a los periodistas que se “portaron bien” y la segunda, por decirles “corazoncitos” a dos reporteras que le hicieron preguntas. Respecto al primer caso, aseguró que no quiso “enmendarles la plana”, sino reconocer su profesionalismo y en el segundo, fue una expresión “de cariño” que se malentendió. “Andrés Manuel no es misógino y mucho menos machista”, aseveró.
Por último, dio a conocer que en breve se reunirá con la próxima secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, a fin de delinear mecanismos y protocolos eficaces de protección a los periodistas, a fin de que cesen las agresiones y los crímenes en su contra.
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