Este domingo, mientras se realizan elecciones en seis estados de la República, el presidente Andrés Manuel López Obrador dio inicio a los trabajos de la refinería de Dos Bocas, un proyecto que aún no cuenta con los permisos y estudios completos y que sólo es respaldado por los integrantes de la llamada Cuarta Transformación.
Desde su natal Tabasco, el Ejecutivo federal alegó que no fue lógico que en los últimos 40 años no se haya construido una nueva refinería en el país y que se optara por vender petróleo crudo y comprar gasolina.
Agregó que, como es muy “perseverante y nos gustan los desafíos”, la vamos a construir en tres años y va a costar, según promete, sólo 150 mil millones de pesos.
Mientras eso ocurre y rehabilitan las seis refinerías que hay en el país, López Obrador dijo que no se van aumentar “en términos reales los precios de las gasolinas, del diésel, del gas y de la luz”.
Previo al arranque, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, ONG dedicada a impulsar el cumplimiento de la legislación en materia de medio ambiente, insistió en que Dos Bocas “NO cuenta con la autorización en materia de impacto ambiental que requiere para iniciar las obras”.
“En ella NUNCA se contempló o se consideró la construcción de una refinería”, destaca.
De hecho, durante la arranque de obras la propia secretaria de Energía, Rocío Nahle,aceptó que el estudio técnico que se ha trabajado con Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) sólo está “preaprobado” y hasta esta semana se entregará el resolutivo final.
“Para el acondicionamiento del sitio que arranca hoy, ya se cuenta con la manifestación de impacto ambiental para el dragado y ampliación bajo el resolutivo SGPA/DGIRA/DG07172, que emite Semarnat”, declaró.
“Pemex, el IMP y la Secretaría de Energía han trabajado constantemente con ASEA y Semarnat para cumplir con lo que marca el estudio técnico justificativo para el cambio de uso de suelo; ya está preaprobado y esta semana se entregará el resolutivo final”, agregó.