la extrema derecha israelí presiona para que el objetivo final de la ofensiva sea expulsar a los más de dos millones de habitantes de la franja a Egipto y quedarse con el territorio.
Por Témoris Grecko
Perioista
En participaciones ayer y hoy, que he hecho desde Hebrón (Cisjordania), comenté algo que ha escapado de la atención internacional: entre las ciudades bajo la Autoridad Palestina, la mayor acaba de ser borrada del mapa.
En el lugar de Ciudad de Gaza, la que le dio nombre a la franja, solo queda una cicatriz gigante.
Y la segunda urbe, Hebrón, de menos de la mitad de tamaño, ha sido, de esta forma terrible y súbita, ascendida al primer sitio.
La mayor parte de los 700 mil habitantes fue forzada a escapar. Los que quedan -personas incapaces de moverse- sobreviven entre inmensas pilas de escombros, sin agua, alimentos ni electricidad, impotentes ante el avance de la invasión y en espera del último minuto de sus vidas.
El gobierno israelí no quiere permitir que regrese nadie. Aunque lo hiciera, pasarían décadas antes de que Gaza recuperara su vida cotidiana.
Les hicieron lo mismo a las ciudades en 5º (Jabaliya) y 9º (Beit Lahia) lugares, y están en camino de hacerlo con la 4ª (Khan Yunis) y la 6ª (Rafah).
¿Ustedes recuerdan que haya ocurrido una destrucción de estas dimensiones a lo largo de sus vidas?
Tendrían que haber nacido durante o antes de la segunda guerra mundial.
Marquen estas fechas porque son un hito en la historia.
Y más porque las grandes potencias, que sí deben haberlo notado, han querido disfrazar este castigo ya no colectivo, sino súper-masivo, de legítima defensa.
Con todos sus discursos sobre derechos humanos y legalidad internacional.
Foto: alhaq.org
(Chequen este breve video del antes y después en Gaza https://www.youtube.com/watch?v=grKsZU2T3Oc .)
