Por Rubén Aguilar Valenzuela
Desde hace semanas atrás me pregunto cómo voy a incorporar a mis clases la Inteligencia Artificial (IA) a través de ChatGPT, ya para el próximo semestre. Por eso mismo me ha resultado interesante el artículo de Jordi Pérez Colomé referido a ese tema (El País, 21.02.23).
No hay duda de que la educación es uno de los usos más obvios y con mayor potencial que tiene ChatGPT. Ya ahora ofrece la posibilidad de respuesta a todo tipo de preguntas, aunque todavía, por lo que he probado, con ciertas limitaciones que muy pronto se van a superar.
Pérez Colomé, filólogo y reportero de tecnología, en conversaciones con profesores y estudiantes ha visto que a solo semanas de aparecer la IA ya estos se han enterado de su existencia y empiezan a ver como ésta les puede facilitar la enseñanza, de un lado, y el aprendizaje, del otro.
El periodista entrevista a estudiantes que le dice les habían encargado un plan de negocio, pero al grupo no se le ocurría proponer las debilidades, las fortalezas y los clientes posibles. Entonces “pedimos a ChatGPT que lo elaborara y la verdad es que copiamos todo, aunque quitamos algunos ejemplos que nos parecían demasiado elaborados para ser nuestros”.
Otro estudiante le contó “que en el curso está bastante extendido utilizarlo para hacer resúmenes de historia y lengua para la selectividad. Nos dan el tema, que suelen ser 3-5 hojas, se lo copias a ChatGPT y le dices que lo resuma en 50 líneas, te quitas todo el trabajo de resumirlo tú y son resúmenes muy buenos”.
Uno de los profesores ha dicho al periodista que ve dos opciones de uso: como sustituto o como colaboración. A sus alumnos ha planteado que el ChatGPT les puede llevar más rápido a los resultados, pero que si lo utilizan para sustituir su trabajo este anula su “capacidad de pensamiento independiente, de análisis, de búsqueda”, pero si se acompañan de él en el marco de un “pensamiento crítico, de reflexión, podrás poner en una dimensión superior a su capacidad de análisis”.
No hay duda que el uso de aplicaciones como ChatGPT se va a extender con rapidez, sobre todo en la educación media superior y superior, y los profesores debemos de ver cuál es la manera que puede resultar más adecuada para apoyar y mejorar el aprendizaje de nuestros alumnos.
Estamos obligados a incorporar las posibilidades de esta nueva tecnología, como ya lo hacemos con las que ahora existen, a las cuales recurrimos permanentemente en clase. Estas permiten ampliar y profundizar en el conocimiento.
Como las otras tecnologías que facilitan el acceso a información y conocimiento, su aplicación depende en buena medida del tipo de materia que se imparte y también del trabajo que se pide a los alumnos.
Doy Teoría de la Sociedad Civil y la Ciudadanía, en Ciencia Política, y Comunicación Gubernamental, en Comunicación, ambas en la Universidad Iberoamericana – Campus Santa Fe, y voy a incorporar, en el próximo semestre, el uso de esta herramienta. En los próximos meses, en estas mismas páginas, les comento de la experiencia y sus resultados.
