Un tema poco revisado es el que tiene que ver con el comportamiento, en el ámbito informativo específicamente, de los medios públicos en México. Si bien cuentan con un marco legal que dirige sus actividades, en el actual sexenio se han presentado algunas situaciones que nos hacen preguntar si en verdad hablamos de medios de Estado o simples voceros del gobierno en turno.
Medios de Estado o de gobierno
La polémica se ha dado a lo largo de décadas, pero sin que se llegue a una definición clara que trascienda los sexenios.
Y es que los medios estatales –Canal 11, Canal 22, Canal 14 del SPR, IMER, Notimex, Radio Educación, por mencionar algunos–, han estado no en pocas ocasiones en el ojo del huracán por sus contenidos y los sesgos que presentan en sus programas.
Algunos botones de muestra nos enseñan como John Ackerman en Canal 11 o los caricaturistas El Fisgón y Helguera con un programa en Canal 22, actúan más como propagandistas del régimen que como comunicadores que consideran la pluralidad que convive en nuestra sociedad.
Una primera pregunta es si se responde a la vocación que debe tener un canal de televisión o estación de radio, como medio público estatal, el transmitir las conferencias de prensa mañaneras, considerando las acusaciones que se emiten a diario en este espacio y a análisis que hacen organismos como Spin Taller de Comunicación, en los que se detallan las “afirmaciones no verdaderas” que cada ocasión dice el presidente.
Javier Esteinou Madrid, en una colaboración en la revista Siempre, alude a uno de los objetivos que se aprecian en la actual estrategia de comunicación del ejecutivo federal: “Los intentos de subordinación de la expresión diferente, alternativa, disidente, contestataria, discrepante, divergente surgieron desde principios de la nueva administración de la izquierda nacionalista en la República, evolucionando de manera atropellada, fragmentada, desordenada e inconstante, pero que en conjunto revelaron el objetivo claro de alcanzar a mediano plazo el control de la opinión pública para gobernar con mayor éxito masivo”.
Así, los medios públicos no reflejan esa riqueza de pensamiento –certero o equivocado, afín al actual gobierno o no–, que tenemos como país, en el que se dan múltiples expresiones no sólo en lo político, sino también en lo académico, lo artístico, cultural y en otros terrenos de nuestra vida.
Urge retomar el debate acerca de si los que tenemos son realmente medios públicos al servicio del país, o si son simples voceros del gobierno en turno, además de incluir lo relativo a su financiamiento y si se necesitan tantos canales de televisión o hacen falta más.
Notimex, la agencia en peligro de desaparecer
Otro caso llamativo es el que tiene que ver con la agencia de noticias Notimex. Tras el nombramiento de Sanjuana Martínez, veterana periodista más conocida por su trabajo en Proceso –de donde salió en no buenos términos–, como directora del organismo y su declaración de que limpiaría a la entidad de corrupción –muy a la usanza lopezobradorista–, estalló una huelga que tiene en vilo el futuro de la agencia.
Enfrentada con el sindicato, la actual directora no ha cedido en sus acusaciones de corrupción, algo que ha provocado disputas con otros miembros del gabinete, sin que se resuelva el conflicto, incluso pese a las sentencias de los tribunales laborales.
Notimex no ha podido darnos una oferta informativa que demuestre que los deseos de cambio del actual gobierno se están convirtiendo en realidad y, muy por el contrario, la huelga y las acusaciones de despidos injustificados –incluso de quienes denunciaron acoso laboral al interior de la agencia– han sido los hechos que marcan a la actual administración.
Armando Reyes Vigueras
armando.reyesvigueras@gmail.com
Periodista