A menos de dos meses de las elecciones presidenciales, un tema que ha brillado por su ausencia es el de las pensiones, y es que ninguno de los cinco candidatos ha mostrado una propuesta sólida y concreta para dar solución a un problema que es una bomba de tiempo que puede dañar gravemente a las finanzas públicas del país, aunado a que se prevé que millones de mexicanos lleguen a su vejez sin pensión o con una insuficiente para vivir dignamente.
En plena campaña electoral, los candidatos a la Presidencia de la República de las coaliciones Por México al Frente, Ricardo Anaya; Todos por México, José Antonio Meade, y el independiente Jaime Rodríguez Calderón, se han pronunciado más por el dilema de si quitar o no pensiones a ex presidentes que por este problema, al igual que Andrés Manuel López Obrador, de la coalición Juntos haremos historia, quien se opone a otorgarlas.
Por su parte, la candidata independiente Margarita Zavala ha hecho público en recientes declaraciones que revisará a las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afore), así como al Programa de Pensión para Adultos Mayores que atiende a la población adulta mayor de 65 años.
Según el socio de la consultora PwC de Pensiones y Recursos Humanos, Moisés Pérez Peñaloza, existen tres temas fundamentales que deberían llevarse a cabo para mejorar el panorama para las próximas generaciones, y evitar que quienes lleguen a viejos se conviertan en una población pobre.
En entrevista, el directivo detalló que se requiere un esquema de ahorro a largo plazo con estímulos fiscales y flexibilidad en la movilidad de las pensiones, así como el autoenrolamiento automático.
“Con dichos esquemas, la primera generación que tendría beneficios sería la más joven porque tendría un trayecto muy amplio de ahorro, como a la generación millennial, a la que le quedan entre 20 y 25 años”, consideró.
Y es que el problema real para el sistema de pensiones en el país es el aumento de la población adulta que contrasta con el dinero que se tiene para poder atender sus nuevas demandas.
Por su parte, el presidente de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), Manuel Escobedo, durante la recién 28 Convención de Aseguradores, se pronunció por una reforma en el sector salud y en las pensiones a través de la homologar los sistemas.
“No podemos seguir con un esquema en donde sean los jóvenes los que fondeen el retiro de los viejos por una razón, y es que se está invirtiendo la pirámide demográfica”, agregó.
De acuerdo con la asociación, hacia el 2050, más de 10 millones de personas en México estarán en condición de pobreza, y de ellos, 6.3 millones a pesar de los sistemas asistenciales que hay en el país, no podrán tener una pensión.
También en el mismo año, se estima que más de 5.5 millones de habitantes estarán en condición de pobreza con una enfermedad crónico-degenerativa. Lo cual les consumirá la mayor parte de los recursos de su vejez.
“El aumento o disminución de la vulnerabilidad de la población adulta mayor será el resultado de la gestión de riesgos públicos que se realicen hoy”, expresó por su parte el director general de la AMIS, Recaredo Arias.
Según el Estudio de la Oorganización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (ODCE) sobre los sistemas de pensiones publicado en 2016, el esquema de contribución definida de cuentas individuales de 1997 para los trabajadores del sector privado y en 2007 para los trabajadores del sector público, contó con recursos y rendimientos importantes, así como una regulación y supervisión por parte de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), con mejores prácticas.
No obstante, existen áreas de mejoras como la necesidad de un proceso de transición del sistema “antiguo” al “nuevo”; un nivel de contribuciones obligatorias, el cual busca garantizar beneficios pensionarios superiores a 50 por ciento del salario final; una red de protección social a la vejez (pensiones sociales); y eliminar la fragmentación del sistema de pensiones, que es igual a establecer un sistema nacional de pensiones que sea igual para los trabajadores públicos y privados.
“La cobertura del sistema mexicano de pensiones, así como el nivel de las aportaciones y la duración del periodo de cotización, son los principales factores que explican los posibles problemas respecto al monto de los ingresos de jubilación que el sistema prevé entregar”, refiere el documento.
En el Informe trimestral al Congreso de la Unión sobre la situación del SAR, publicado por la Consar, reveló que al cierre de marzo de 2018, el número de cuentas administradas sumaron 60 millones 224 mil 73, un crecimiento anual promedio de 4.2 por ciento anual desde 2012.
En tanto, los activos del SAR en dicho periodo ascendieron a 69 mil 259 millones de pesos respecto al cierre del año 2017, para alcanzar 3 billones 220 mil 749 millones de pesos, equivalentes al 14.8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Moisés Pérez Peñaloza detalló que al no contar con estímulos fiscales al ahorro de largo plazo para el trabajador es una gran limitante, por lo que se requiere de este instrumento para sumar más recursos.
Además, precisó que se requiere de esa flexibilidad en los esquemas de ahorro para el retiro en caso de tener mejores alternativas de servicio y de rendimiento de comisiones.
“Hoy en día si participas en un plan de pensiones empresariales y si te quieres mover o cambias de trabajo, no es tan sencillo tomar tu dinero que ahorraste para el retiro y llevarlo a la nueva empresa donde trabajas y con el administrador que tu prefieras, lo que conlleva a una mala práctica en el mercado donde a las personas se les entrega el ciento por ciento de su ahorro para el retiro, pero tiene que tributar porque no cumple el plazo”, dijo Pérez.
El especialista se pronunció por el enrolamiento automático, pues ante un bajo nivel de educación financiera es difícil crear hábitos de ahorro, por lo que sería importante que nuevas generaciones de trabajadores entren de manera obligatoria en un ahorro real importante, donde incluso puedan decidir si ingresan o no.
“Con un esquema de un autoenrolamiento la tasa de reemplazo —pensión— en el mejor de los casos es de 30 a 35 por ciento, con contribución de 6.5 por ciento que se tiene de manera obligatoria, pero si pudiéramos tener esto se elevaría a más de 50 por ciento”, consideró.
En este contexto, Manuel Escobedo, presidente de la AMIS, advirtió que con una contribución de 6.5 por ciento, la pensión de un trabajador será de apenas 25 por ciento de su último sueldo.
“Una cuarta parte desafortunadamente no va a alcanzar para mucho y si encima pensamos que la gente vivirá cada vez más, hacía 2050 habrá más personas enfermas y en situación de pobreza”, advirtió.
Por ello, la AMIS se pronunció por la prevención de estos hechos, y a favor de buscar ahorro público y privado, es decir, tener pensiones asistenciales, pero complementarlas, tanto por los patrones, como con ahorro voluntario.
“Proponemos como aseguradoras homologar los sistemas de pensiones, ampliar el acceso de toda la población a una renta vitalicia y sobre todo, promover mucho el acceso a rentas vitalicias voluntarias, no solo aquellas derivadas de la seguridad social, el incentivar el ahorro voluntario, gestionar el riesgo de longevidad a través, sobre todo de la prevención, proteger y potenciar el ahorro provisional y previsional y complementar los seguros públicos de seguridad social, y de la atención de desastres, con aseguramiento privado”, finalizó.
En abril pasado, la Consar públicó el quinto volumen del estudio “El Tsunami Demográfico que se avecina”, en el que concluyó que se deben promover políticas para incrementar la participación de adultos mayores dentro de la fuerza laboral, así como destinar recursos para financiar programas sociales para esa población.
“América Latina y particularmente México, que enfrentan un proceso sostenido y acelerado de envejecimiento y que, por tanto, cuentan con menos tiempo y menor margen de error para realizar ajustes, establezcan medidas para mitigar el impacto adverso que dicho proceso pudiera tener sobre los sistemas de pensiones ya sea en términos de sostenibilidad financiera, cobertura o suficiencia de las mismas”.
Tamaño
Según la Comisión Nacional del Ahorro para el Retiro, las Afore administran más de 60 millones de cuentas de trabajadores.
Monto
El ahorro de los trabajadores mexicanos asciende a aproximadamente 3 billones 220 mil millones de pesos.
Destino
El ahorro es equivalente a 14.8 por ciento del PIB y es utilizado para impulsar proyectos.
10 Millones de personas en México vivirán en condición de pobreza hacía 2050.
5.5 Millones de habitantes, aparte de estar en pobreza, tendrá alguna enfermedad crónico-degenerativa.