Hay quienes tienen tres, los más protegidos; a otros les han puesto dos, hay quien no ha querido ni una y hay quien ha desbarrado con afirmaciones como que contenían microchips, y además la situación en cada país es distinta. La solución a este supuesto acertijo es “vacuna”, la palabra del año según ha anunciado este miércoles la Fundación del Español Urgente (FundéuRAE). Esta entidad, integrada por la Agencia Efe y la Real Academia Española (RAE), elige anualmente el término que ha tenido, en su opinión, una mayor repercusión, gran protagonismo entre los hispanohablantes, lo que parece bastante evidente en esta ocasión, sobre todo porque el pasado lunes se cumplió un año desde que Araceli Hidalgo se convirtió con 96 años en la primera persona en España que recibía una dosis de la vacuna contra la covid.
El concepto de vacuna “surgió en el siglo XVIII, a raíz del descubrimiento del médico inglés Edward Jenner de que los infectados por la viruela vacuna o bovina quedaban protegidos frente a la viruela humana”, indica la FundéuRAE en su comunicado. En español, se utilizó durante un tiempo vaccina, palabra creada a partir del latín vaccinus, es decir, “de la vaca”, pero terminó imponiéndose vacuna, “que apareció por primera vez en el Diccionario de la RAE en 1803, aunque no con su significado actual, que se incluyó en 1914”.
Esa acepción de vacuna, la más popular hoy, es la sexta del término: “Preparado de antígenos que, aplicado a un organismo, provoca en él una respuesta de defensa”. Para aclarar más, el antígeno es “la sustancia que, introducida en un organismo animal, da lugar a reacciones de defensa, tales como la formación de anticuerpos”. Vacuna también puede usarse en un sentido figurado: “Los libros son una vacuna contra la ignorancia” (por poner un ejemplo facilón)
La FundéuRAE busca para su palabra del año que haya tenido “gran presencia en el debate social, político, científico y económico y que la seleccionada tenga también interés lingüístico”, ya sea por su origen o uso, sin que deba ser un neologismo. Esta voz y sus derivados, como vacunación o vacunado, “han estado presentes en todo el mundo hispanohablante este año, ya fuera de forma aislada o como parte de construcciones más extensas: vacuna de refuerzo, punto de vacunación masiva, pauta de vacunación…”, añade la Fundación. Se trata, además, de una palabra que “ha motivado la aparición de nuevos conceptos como vacunódromo (formado con la base culta –dromo, que se refiere a un espacio de grandes dimensiones destinado a fines determinados) o vacuagua (acrónonimo de vacunación y guagua)”.
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