El Presidente retó ayer a buscar un plan para extraer gas en México en la era neoliberal. Apostó a que no encontrarían nada porque, dijo, el negocio está en la compra del hidrocarburo a Estados Unidos. Es su modo de culpar al pasado del apagón provocado por la interrupción en el suministro de gas texano a las plantas eléctricas en México, por la tremenda helada que afectó a los oleoductos.
Cortes de luz afectaron anoche a 17 estados, seis de los cuales no estaban en la alerta crítica que emitió el Centro Nacional de Control de Energía.
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Nos pusimos a buscar si nunca hubo planes de incrementar la producción de gas en México, antes de la 4T.
Necesitábamos a alguien que conociera lo ocurrido en la CFE en tiempos de Peña o antes.
Encontramos al diputado del PRI, Enrique Ochoa Reza, secretario de la comisión de Energía, director de la CFE de 2012 a 2014. Nos dijo: “En agosto del 2018 estaba calendarizada una ronda petrolera que incluía campos de gas en Burgos, pero el equipo de transición (de AMLO) pidió que se recalendarizara para febrero del 2019. El nuevo gobierno canceló esa ronda y otras más…”. Lo que afirma es correcto. Hay constancia que en enero del 2019 el gobierno federal canceló las famosas rondas petroleras, con el argumento de que no había inversión privada.
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Pemex sólo produce una tercera parte del gas natural que México consume. El resto lo importamos de EU.
Un reporte del Grupo Eurasia, con sede en Nueva York, dice que las importaciones de gas a México han aumentado un 275% en los últimos 10 años.
En ese lapso, la producción de gas de Pemex se redujo en un 50%. La mayoría de sus inversiones recientes se ha centrado en exploración y producción, señala Eurasia.
Ni así se ha logrado aumentar la producción de petróleo. Desde que López Obrador asumió el cargo, en 2018, esa producción ha disminuido más del seis por ciento.
“Esto sugiere que, incluso si hay un cambio y la extracción de gas natural se convierte en una nueva prioridad, esta administración no podrá aumentar la producción de manera significativa”, remata el reporte.
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De nuevo con Enrique Ochoa. Además de la diversificación en el mercado energético que promueve, dice que se requiere una política de almacenamiento de gas natural.
“La Comisión Reguladora de Energía tenía una normatividad para promover la participación privada en nuevas terminales de almacenamiento, pero no se avanzó en el tema”, subrayó. El uso de gasoductos para abastecer petróleo es resultado de que no tengas otras políticas para incrementar la producción de gas o capacidad de almacenamiento.
La CFE tiene una alternativa. Incorporar gas natural licuado por las terminales de Altamira y Manzanillo. Otra salida es ampliar los campos de energías limpias. Parques solares y eólicos que pueden ser públicos o privados.
“Lamentablemente, la iniciativa preferente va en el sentido opuesto, al limitar el desarrollo de nuevos parques renovables”, remató el diputado.
Según Ochoa, valdría la pena que en la discusión legislativa se tomara en consideración que el sistema energético nacional se tiene que seguir diversificando con la participación de los sectores público, social y privado, en lugar de cerrarle la puerta, como lo establece la iniciativa preferente.
Esto último lo vemos difícil. El Presidente ya dio línea a los diputados de Morena. “No le muevan una coma”, ordenó.
Como él controla la mayoría en ambas cámaras, es apuesta segura adelantar que no habrá cambios en la iniciativa.
Francisco Garfias
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