La caravana de migrantes centroamericanos, en su mayoría hondureños, que atraviesa México desde hace varias semanas, se dividió en dos contingentes para agilizar su avance hacia Ciudad de México. Una de las columnas –cerca de 800 personas a bordo de nueve autobuses– llegó en el curso de la mañana de ayer a Puebla, y otra, de cerca de 150 personas en tres autobuses, arribó en horas de la noche a la capital del país.
Una de las columnas que partió desde el jueves en la noche de la localidad oaxaqueña de Matías Romero, colindante con Veracruz, fue hostigada ayer por la tarde por la policía municipal de Orizaba cuando hizo una parada técnica en una gasolinera. El presidente de la organización binacional Pueblos sin Fronteras, Irineo Mújica, y otros migrantes fueron golpeados. Finalmente el grupo pudo seguir su camino y anoche arribó a la capital.
Mientras, otro grupo más numeroso, de cerca de 800 personas a bordo de nueve autobuses, llegó a Puebla. En este contingente viajan principalmente niños y mujeres, así como algunos jefes de familia. Ahí reciben orientación y asesoría legal de abogados mexicanos y estadunidenses, integrantes de la organización Al otro lado, y juristas aliados de Pueblos sin Fronteras del área de California.
Rodrigo Abeja, también de Pueblos sin Fronteras, explicó que ahí recibirán talleres sobre las vías para obtener asilo o refugio en México o en Estados Unidos, según sean sus necesidades y decisiones. El domingo 8 de abril se trasladarán también a Ciudad de México y el lunes 9 realizarán varias actividades, marchas y reuniones con organizaciones civiles y autoridades, así como manifestaciones frente a las embajadas de Estados Unidos y Honduras, el Ángel de la Independencia y la sede de la Organización de Naciones Unidas.
El pasado martes el canciller Luis Videgaray afirmó en su cuenta de Twitter que la caravana se dispersó gradualmente por decisión de sus participantes, después de los mensajes que el presidente de Estados Unidos Donald Trump lanzó contra los migrantes en marcha y contra la supuesta debilidad del gobierno mexicano para detenerlos.
Sin embargo, la caravana permaneció tres días en Matías Romero y sus integrantes decidieron continuar su camino. La cantidad de centroamericanos que arribó a Puebla y a la capital ayer se mantiene prácticamente igual a la que salió de Tapachula hace dos semanas: alrededor de mil.
La Jornada