viernes, julio 26, 2024

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El País echa a Savater; el diario, portavoz del peor gobierno de la democracia española, dice el filósofo

Después de colaborar durante ya casi cerca de medio siglo en el periódico, el filósofo Fernando Savater fue despedido de El País tras expresar varias críticas frente a las posiciones políticas actuales del medio, muy cercano al gobierno de Pedro Sánchez, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

El anuncio de la baja del escritor de las páginas de El País fue dada después de una entrevista que publicó el periódico El Mundo y de la publicación de un fragmento de su más reciente libro, Carne gobernada, en El Confidencial, en las que vertió severas críticas contra el periódico en el que colaboraba.

Por la tarde El Mundo publicó que la directora de El País, Pepa Bueno, fue quien le informó a Savater de la decisión de su despido. Después, en breves declaraciones para El Confidencial, lo ratificó: “Sí, me han echado”, comentó el escritor, y dijo que Bueno y él hablaron en tono amistoso.

Sé que había razones para que me despidieran, lo sé. Pero no creí que ocurriera. Siempre esperaba que hubiera un giro”, dijo Savater, quien agregó que “son 50 años de mi vida que dejo atrás. Pero hay que asumir que cuando uno se hace viejo está cerrando puertas constantemente, y esta es una puerta que se cierra”.

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El Mundo publicó una entrevista que Maite Rico hizo al filósofo con el título “Fernando Savater: ‘Hoy todo el mundo quiere ser víctima y tener su escaparate’”, en ocasión de la publicación de Carne gobernada. En esa conversación el académico refiere que El País pasó de ser “un periódico crítico, plural” a ser un “medio gubernamental abiertamente”, aunque señala que también él ha cambiado.

Asimismo, el escritor critica que el diario haya perdido independencia y haya pasado a defender posiciones nacionalistas, como en el caso de Cataluña y la entrada al medio de socialistas catalanes que han ocupado sitios importantes. Al respecto, acusa de Pedro Sánchez: “Es simplemente una antena parabólica que capta lo que hay por ahí, lo que le conviene. Como no tiene unos principios, donde ha visto fuerza, que es en Cataluña y en el sector radical de izquierda, ahí se ha apuntado. Miguel Barroso, que Dios tenga en su gloria, escribía el editorial que quería Pedro Sánchez. Lo que Pedro Sánchez tiene todavía confuso, ellos se lo ponen en claro en el editorial, se lo argumentan, para que sepa lo que tiene que decir”.

Acerca de las respuestas que en la sección de correo se publican contra su columna, varias veces de la autoría de otros colaboradores del diario, Savater respondió: “A mí escribir a la contra no me importa. Me hace más gracia escribir en contra de prejuicios que tienen mis lectores que pasarles la mano por el lomo. Las cartas no me molestan. Hombre, si acaso, lo que me molesta es que el propio periódico se convierta en una réplica de mi columna. Pero he hecho mío el lema de Jean Cocteau: la reprobación me exalta. Yo he perdido las referencias personales más queridas que tenía en el periódico, como Javier Pradera. Pero conozco a todo el mundo. En este momento no hay nadie que escriba en El País más antiguo que yo. Por eso cuando me dicen: ‘Es que lo que escribes molesta’, yo lo comprendo, pero si alguien se siente molesto, que se vaya, porque yo llegué antes seguro (risas). Yo he dedicado muchas horas de mi vida a ese periódico. Ese periódico lo he hecho yo. O sea, la gente compraba el periódico entre otras cosas porque escribía yo, no porque estaba Miguel Barroso”.

Por otra parte, en El Confidencial se publicó un adelanto de su libro, en el que Savater se refiere con dureza a El País. Tras denunciar el ascenso de la izquierda de Podemos “y su comunismo bolivariano”, indica que “hubo un vuelco en el partido socialista”, que se sometió al “liderazgo caudillista de Sánchez”.

Entonces en el periódico, que se había mantenido socialdemócrata, publicó un editorial contra Sánchez, lo que les costó el cargo al entonces director, Antonio Caño, y su equipo de trabajo, “gente tolerante y muy profesional” que “desapareció por el sumidero del nuevo régimen de un día para otro, sin explicaciones”.

Así, considera Savater, “de ser un diario progresista, de centro izquierda, con las virtudes y defectos propios del caso, pasó a convertirse en un portavoz gubernamental y del peor Gobierno que ha tenido la democracia española desde la muerte del dictador”.

Ese hecho, explica el filósofo, “socavó el prestigio del periódico, que de ser el diario de referencia pasó a convertirse en un risible epítome de la prensa al servicio de la política”.

Savater refiere cómo antes se leía El País con su concepción global, pero que ya ha dejado de serlo también, por lo cual ha perdido muchos lectores que habitualmente lo eran.

Entre los aspectos que han llevado a la decadencia de El País Savater destaca la colonización de sus cargos por los miembros del Partido Socialista de Cataluña, que “también ha roído al PSOE”, a lo que denomina como “elemento cancerígeno” con todo su nacionalismo.

Otro aspecto es las que llama “desafortunada invasión femenina”, de la que en El País “nos ha tocado el lote menos lucido: tanto las de casa como las importadas, salvo las honrosas y escasas excepciones de rigor, son tan sectarias y aburridas como los varones con quienes se codean. Así no hay manera de remontar el partido”.

El escritor también recuerda la publicación de su libro Solo integral, una recopilación de sus columnas en El País, al que el diario prácticamente no mencionó siquiera.

Después, cuenta el autor de Ética para Amador, acentuó “el tono heterodoxo” de sus colaboraciones, en contraste con casi el resto de los demás comentaristas del diario, lo que ocasionó cartas de “lectores dolidos” porque él “ya no pensaba como era debido”.

Además, contra lo que había sido costumbre en el periódico, no se criticaba por nombre a otros colaboradores, lo que cambió en su caso, que casi inmediatamente era respondido. De ello anota Savater: “Puedo asegurar sin vanagloria que nunca he disfrutado tanto con mis columnas como en estos últimos tiempos, sabiendo a cuántos molestan”.

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