Por Hansel Vargas Aguilar
A sus 150 años de edad el abogado Pedro Rivas Gutiérrez es escritor muy leído y admirable ejemplo de ánimo juvenil por explorar los múltiples, impresionantes recursos que hoy día ofrece la tecnología, rama en la que soy inculto y lego. (Por esa razón lo envidio).
Don Pedro dirigió conocido despacho de consultores, fue presidente del Colegio de Abogados de Yucatán y de la Federación de Colegios de Profesionales. También fue consejero de Coparmex Mérida y Secretario de Gobierno durante la administración del panista Patricio Patrón Laviada.
El abogado Rivas Gutiérrez es, como ya dice, escritor justipreciado, tengo la fortuna de contar con uno de sus libros. Sus narraciones y poesías -las hay ingeniosas, románticas, jocosas, históricas, anecdóticas y reflexivas- son muy gustadas, como muestra la lista de miles de seguidores que él tiene en redes sociales y a los cuales sorprende, alegra y entusiasma con su cromática pluma.
A mí además me causa admiración por su habilidad para crear semanalmente un escrito. No falla. Cada viernes eclosiona un texto suyo, me sorprende su capacidad de engendrar. Debido a esa cronológica puntualidad, todos sus escritos los publica bajo la marquesina Viernes de Vejentud, título que también tiene uno de los libros que ha publicado.
En estos días don Pedro es noticia en el Mayab -y en general el universo cibernético- por el anuncio que acaba de hacer: sus relatos y demás manganas literarias podrán escucharse en un canal de YouTube que él acaba de crear (Hace tiempo que los difunde en facebook, Telegram y WhatsApp).
Yo ignoraba esa habilidad de don pedro como astronauta de la WEB. La descubrí cuando me topé con otro de sus canales en YouTube, bastante antiguo, muy popular y con millones de reproducciones. Es una colección de canciones de Francisco Gabilondo Soler Cri-Cri.
Ignoro con qué más nos sorprenderá el abogado Rivas Gutiérrez. De una cosa estoy seguro, llegará a sus 151 años de edad conservando la juventud que presume los viernes y que sus lectores esperamos ansiosos toda la semana.
(Alguien aquí me dice que don Pedro tiene 149, no ha llegado a los 150. Esperamos que alguien nos resuelva esta duda arqueológica)