Aunque no está generalizada, la violencia escolar está presente en las aulas mexicanas: seis de cada 10 estudiantes de educación básica han observado insultos y golpes entre compañeros.
Según el estudio “Educación obligatoria en México: 2018”, realizado por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), en las escuelas primaria y secundaria los alumnos son blanco de burlas, apodos, nombres ofensivos y hasta amenazas. Mientras que en el bachillerato, las agresiones más comunes son la verbal, insulto o la agresión física, pero también ocurrió el robo y la difamación.
Según los datos, 38.5 por ciento de los alumnos de primaria fueron testigos de insultos y 21.4 por ciento de peleas a golpes, que al sumarlos representan 59.9 por ciento.
En el caso de secundaria, quienes vieron insultos fue el 46.5 por ciento y 15.3 por ciento los que observaron peleas a golpes, lo que significó 61.8 por ciento de los estudiantes.
En el caso del bachillerato, la cifra de agresión verbal y física sumó 38 por ciento. Le siguió el robo, con 15.9 por ciento; la difamación, con 15.3 por ciento; la discriminación o exclusión, con 7.9 por ciento; “presión para hacer las cosas que no quiero”, 5.1 por ciento; extorsión, 4.2 por ciento y 2.1 por ciento la agresión sexual, sin especificar si se presentaron otro tipo de denuncias sobre estos últimos casos.
ANÁLISIS DE VIOLENCIA
Para identificar la magnitud de la violencia en los últimos años, se analizó la información que en 2015 proporcionaron los estudiantes de sexto de primaria y tercero de secundaria en los cuestionarios que acompañan las pruebas del Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (Planea).
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Se les preguntó con qué frecuencia habían sido testigos de actos de violencia escolar. El resultado, dice el INEE, coincide con las cifras que arrojó el Estudio Internacional de Educación Cívica y Ciudadana, en el que también participó el Instituto en noviembre de 2017 y que reportó que la agresión ocupó los porcentajes más altos: 64 por ciento de los estudiantes de segundo grado de secundaria dijo haber sido objeto de burlas y 63 por ciento recibir apodos ofensivos por parte de sus compañeros.
Le siguieron el daño a objetos personales, con 28 por ciento; 20 por ciento fueron atacados físicamente por algún compañero y 19 por ciento recibió amenazas, mientras que 11 por ciento dijo que le publicaron fotografías personales en internet o textos ofensivos.
“Es necesario construir estrategias integrales desde un enfoque amplio para identificar y resolver en conjunto los aspectos que generan comportamientos violentos en la escuela, puesto que su presencia afecta el aprendizaje”, afirma el INEE en los resultados del estudio.
Además concluyó que “las políticas educativas deben considerar la importancia de generar ambientes escolares de convivencia armónica, pacífica e inclusiva, tanto por el papel que esto juega en el aprendizaje, como en la responsabilidad social que tiene la escuela de ofrecer un ambiente seguro y saludable a los estudiantes”.
Sin embargo, el instituto resalta que –debido a que en los diversos estudios se ha preguntado sobre diferentes aspectos de la convivencia escolar– no es posible hacer un comparativo para medir si la violencia se ha incrementado, lo cierto es que plantea que evaluar la convivencia escolar es un tema relevante dentro de la política educativa, entre otros, porque la formación de la ciudadanía requiere que en las escuelas los estudiantes convivan democrática, inclusiva y pacíficamente.
El documento enfatiza que la “la violencia escolar tiene un alto impacto en los aprendizajes y en la formación para la ciudadanía”.
Situación
– Educación básica
38.5% alumnos fueron testigos insultos en las aulas
21.4%) presenció peleas a golpes
– Bachillerato
38% de estudiantes dijeron que han visto agresiones verbales y físicas entre compañeros.
15.9% ha sido testigo de robo
15.3% de difamación