La CNTE le tomó ya la medida al Presidente. Más aún, los únicos que se le ponen al tú por tú, a los únicos que no les asusta ni su popularidad ni su poder son los maestros organizados en torno a la Coordinadora. Derrotaron al Gobierno en Michoacán con el bloqueo de las vías férreas y hoy tienen al secretario de Educación y al Congreso contra las cuerdas en la discusión de las leyes secundarias, donde se definirán los detalles sobre, por ejemplo, los mecanismos para la obtención de una plaza y la promoción. La obtención de plazas “será el punto fino a definir”, reconoce el secretario Esteban Moctezuma. Y sí, pues la ambigüedad con la que quedó redactado el texto Constitucional, merced de las prisas para aprobar la reforma, lo que hizo fue posponer la discusión y llevarla a un terreno donde el grupo mayoritario de Morena, PES, PT no necesita de los votos de la oposición que, paradójicamente, era la única defensa que tenían los políticos morenistas.
Lo que quiere la CNTE es que quede claro que en materia laboral se aplique el Artículo 123 y no se imponga ninguna otra restricción. Este artículo contempla designaciones “mediante sistemas que permitan apreciar los conocimientos y aptitudes de los aspirantes”, pero también dice que “los trabajadores gozarán de derechos de escalafón”. En la práctica la Coordinadora lo que busca es que el sistema regrese a donde estaba hace seis años, donde los sindicatos disponían de un cierto número de plazas y de un mayor control sobre los ascensos.
El otro gran tema es el de la plaza automática para egresados de las normales rurales, de acuerdo con el decreto emitido por Lázaro Cárdenas. El círculo vicioso con estas escuelas, pensadas para que hijos de campesinos fueran los educadores en el campo, comienza con el cardenismo que los convirtió en una espacie de apóstoles del socialismo. En los sesenta algunas de ellas se radicalizaron y se convirtieron en la base de la guerrilla rural, principalmente en Guerrero y Chihuahua. La estrategia de los sucesivos gobiernos, desde Miguel Alemán a la fecha, ha sido ahogarlas presupuestalmente, lo que ha provocado que sean organizaciones que aprendieron a vivir en las calles en búsqueda de recursos y que los niveles de aprovechamiento sean muy bajos, particularmente en matemáticas. De acuerdo con estudios de la propia SEP, son maestros muy mal calificados para la enseñanza, lo que repercute en un bajísimo nivel de aprendizaje de sus alumnos.
Así como el gran error de la reforma de Peña fue satanizarlos, el de López Obrador puede ser santificarlos
Romper el círculo parte de reconocer que el derecho fundamental es del niño, y por entender esta historia que está llena de contradicciones e injusticias, pero también de cochupos e intereses creados a lo largo de los años. Lo que mejor saben hacer los maestros de Oaxaca, Guerrero y Michoacán, es cierto, es protestar, porque esa ha sido su experiencia. Pero, así como el gran error de la reforma de Peña fue satanizarlos, el de López Obrador puede ser santificarlos: atar la reforma a cumplir la palabra del Presidente, empeñada con la CNTE, convertiría al Gobierno en rehén permanente de sus demandas, algunas legítimas y muchas otras que no lo son.
Diego Petersen