miércoles, febrero 12, 2025

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Xok k’iin. Cabanuelas,conocimiento aún vigente en territorio maya

Nuevamente en el año 2017, el pronóstico del Xok k’iin, concepto maya que se relaciona con las cabañuelas, se acercó al 70%, señaló Bernardo Caamal Itzá, coordinador del colectivo que lleva el mismo nombre, egresado de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh).

-Del pronóstico al estado del tiempo al terreno de los hechos de lo que aconteció en el territorio bajo observación en torno al Xok k’iin, nos sorprenden la vigencia de estos conocimientos ancestrales en pleno siglo 21, indicó.

En este año pronóstico no solo el adelanto de las lluvias con respecto a los años anteriores sino a la presencia activa de ciclones en la cercanía del territorio, incluso las intensas lluvias que se registró a mediados del mes de diciembre, se cumplió.

-Año de cosechas de varios productos milperos, incluyendo a los diversos tipos de frijoles, aunque hay que reconocer que las intensas lluvias afectaron los terrenos mecanizados –dado que al aplanar los suelos taponeo los xuchees o lugares naturales de desagüe en el territorio- o las que se encuentran cerca del manto freático hizo que se perdiera en parte la producción de picantes en la región norte de Quintana Roo, explicó.

El Xok k’iin, concepto maya que se relaciona con las cabañuelas, y que en español significa leer al sol o la vida, es posible interpretarlo  como el estudio de la vida y del pronóstico del estado del tiempo de acuerdo a la ancestral cultura maya,

Caamal Itzá, indicó que a más de 11 años de trabajo en la región sur de Yucatán, hemos generado un modelo de observación en donde hemos afinado la metodología de la observación e involucramos a los  bio indicadores, cuyos resultados con considerados como de “ajuste” al primer pronóstico mejor conocido como las cabañuelas que se realiza en el mes de enero.

-Aparte del pronóstico general que realizamos en el mes de enero, con la observación de los bio indicadores, sus resultados terminan por ajustar el pronóstico general en referencia a la cercanía de la humedad o de las sequías en el territorio bajo observación- señaló el experto- y con los avances de este modelo de observación, registro e interpretación de los resultados podemos concluir, que la cultura maya desarrolló una agricultura acorde a un sistema sofisticado de pronóstico del estado del tiempo, en la cual se encuentra una gran gama de semillas nativas adaptadas a un sistema de manejo en la milpa, y de la misma forma desarrolló no solo los k’aanches para contar con alimentos básicos para la dieta familiar, sino los chultunes para el almacenamiento de agua, y si le agregamos el conocimiento del manejo de los tipos de suelos que existen en el territorio peninsular, permitió desarrollar un modelo de producción intensiva de agricultura misma que alimentó y permitió el desarrollo cultural del pueblo maya en todos los ecosistemas donde asentó sus ciudades.

Quienes integran nuestro colectivo no solo observan y registran las expresiones de los bio indicadores incluye no solo a los que trabajan la tierra, sino a los hijos de los campesinos milperos que han logrado formarse en las aulas agronómicas o en lingüísticas, en donde todos al trabajar en coordinación en estos años, han logrado reencontrar las huellas del sistema ancestral de predicción, recalcó Bernardo.

Finalmente el profesional agradeció “Gracias a todos los que se han sumado a esta labor que hacemos desde hace 11 años con nuestros escasos recursos económicos, y sabemos de su valía para continuar acompañando a más del 90% de los campesinos que dependen del temporal lluvioso y que cultivan en suelos no ideales para la agricultura moderna, a la par la promoción de la cultura maya.

Registro del Xok k’iin y su metodología

Xok k’íin o cabañuelas mayas,  conocimientos  ancestrales mayas y europeos y que combinados entre sí,  aún vigentes y aplicados en más del 90% de quienes practican la milpa, y quienes lo han dejado de practicar, incide en gran parte en la perdida de sus cosechas  y a la par, las semillas que heredaron de sus padres y abuelos. De esa forma van abandonado esa forma de cultivar el xe’ek – el uso de una gran diversidad de semillas en el mismo espacio de cultivo-, y por consiguiente, no solo se pierden las semillas nativas, sino el aporte nutrimental de quienes lo cultivan, el aprovechamiento del espacio y la pérdida de los conocimientos que se aplican en el mayab y que van acordes a las características de suelo y clima de estos lugares.

De tal forma que el  Xok k’iin está estrechamente relacionado con la planeación agrícola y vinculado a la observación del clima y sus resultados, el campesino los usa para adaptar los procesos en la producción milpera y por otro el diseño de los cultivos a realizar en estos espacios, y de tal forma, su conocimiento y su práctica es de sumo interés sobre todo en estos tiempos en que se reportan los terribles efectos que tiene el cambio climático con respecto a la agricultura y a las formas de vida que existen en el planeta.

Metodología del registro de la observación

El xok k’íin se realiza en el mes de enero de cada año, en donde  consta de cuatro vueltas y comprende todo lo que pasa durante el mes de enero, no sólo durante la primera semana o vuelta, informa Bernardo Caamal Itzá, coordinador del Colectivo que lleva el mismo nombre.

En la primera -del 1 al 12 de enero- se registra cuáles fueron las condiciones del clima día a día y a cada uno de éstos se les asocia con un mes: el día 1 con enero, el 2 con febrero, así hasta llegar al día 12 o diciembre. Luego, el conteo se da a la inversa -del 13 al 24 de enero- para cerrar un ciclo completo. A su vez, del 25 al 30 cada día se asocia a un bimestre -el día 25 a enero y febrero; el día 26 a marzo y abril, así de manera consecutiva, después el día 31 corresponderá cada hora a un mes del año, y todo los resultados obtenidos en esta observación, son procesados por quienes participan la primera semana del mes de febrero.

Actualmente los participantes han desarrollado una metodología, incluso una propuesta más sólida en la observación del estado del tiempo, de tal forma que los resultados observados en enero, lo llamamos, como Pronóstico de Largo Plazo para un Año (PLPA). Independiente a los resultados de éste pronóstico general, los registros continua en cuanto a la observación de los bio indicadores como la yuya o la calandria, el beek (roble) jabín), entre otros, cuyos resultados los hemos catalogado como Pronóstico del Mediano Plazo para un Año (PMPA),  y en éstos últimos meses, las yuyas construyeron sus nidos con una longitud menor a los 50 centímetros, y de acuerdo al tamaño y la forma en fue elaborada, coincidió con el pronóstico del PMPA, mientras que en el caso de las cigarras (y en éstos últimos días  “continua con sus cantos” lo que aclara que serán meses de ligeras lluvias y  entrecortada con breves periodos de sequía), su actuación está catalogada en otra fase de los bio indicadores considerados como Pronosticadores de Corto Plazo para un Año (PCPA). En sí, esto significa que nuestras observaciones y registros no termina en el mes de enero, sino que seguimos trabajando observando los resultados de los otros bio indicadores restantes, cuyos datos permiten realizar el pronóstico, lo que aclara que éste sistema de observación milenaria sigue generando resultados interesantes para los productores de la región.

Al final, el resultado del xok k’íin en sus 3 etapas, serán contundentes en el pronóstico de cómo se presentarán las lluvias o las sequías en el lugar donde vivimos, con éstas evidencias, es posible señalar que a pesar del cambio climático, este tipo de saberes aún son vigentes.

 

 

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