Lo más trascendente de esta escultura es que conserva el texto glífoco en su totalidad, lo cual resulta una joya absoluta de la arqueología
Investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INHA) localizaron en la Zona Arqueológica de Chichén Itzá un disco con jeroglíficos mayas, perteneciente al marcador del juego de pelota.
El INAH informó que sus arqueólogos descubrieron un marcador de piedra de Juego de Pelota en forma circular, el cual presenta en bajorrelieve una banda glífica rodeando a dos personajes ataviados como jugadores de pelota. La relevancia del hallazgo radica en tratarse de un elemento escultórico que conserva su texto glífico completo.
Con 32.5 centímetros de diámetro, 9.5 centímetros de grosor y 40 kilogramos de peso, la pieza fue hallada durante los trabajos arqueológicos que se efectúan como parte del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), a cargo de la Secretaría de Cultura federal.
La pieza, nombrada como Disco de los Jugadores de Pelota, fue encontrada por la arqueóloga Lizbeth Beatriz Mendicuti Pérez, dentro del conjunto arquitectónico Casa Colorada (nombrado así por los restos de pintura roja en su interior) o Chichanchob ─ubicado entre el Osario y el Observatorio─, como parte de la Estructura 3C27, la cual corresponde a un arco de acceso al área, informó el arqueólogo Francisco Pérez Ruiz, quien junto con el arqueólogo José Osorio León coordina la ejecución del Promeza en Chichén Itzá.
“En este sitio maya es raro encontrar escritura jeroglífica y menos un texto completo; desde hace más de 11 años que no ocurría”, destacó el arqueólogo Pérez Ruiz, al explicar que el monumento hallado funcionó como marcador de algún evento importante relacionado con el Juego de Pelota de Casa Colorada, una cancha mucho más pequeña que el Gran Juego de Pelota de Chichén Itzá.
El investigador estima que este marcador de Juego de Pelota debe corresponder al periodo Clásico Terminal o Posclásico Temprano, entre finales de los años 800 y principios de 900 d.C.
A su vez, la arqueóloga Mendicuti Pérez detalló que el monumento se encontró en posición invertida, a 58 centímetros de la superficie, lo que sugiere que formó parte del muro este del arco mencionado, y su posición final se debió al derrumbe del mismo.
Detalló que se trata de un disco compuesto por roca de origen sedimentario, reconocida por la geógrafa Arlette Herver Santamaría.
La banda glífica, presente en la cara frontal, mide aproximadamente seis centímetros de ancho, la cual rodea un registro interior iconográfico de 20 centímetros de diámetro: el estudio iconográfico y epigráfico, encabezado por el arqueólogo responsable, Santiago Alberto Sobrino Fernández, ha identificado a dos personajes ataviados como jugadores de pelota, de pie, frente a una pelota.
Candelario Robles