La partida de medicamentos contra cáncer infantil que fue robada el 4 de octubre de 2020, de una bodega en Iztapalapa, llevaba 4 meses almacenada ahí de manera indebida, ya que debió ser entregada al gobierno federal, quien era el comprador por medio de la Cofepris, instancia que además reportó números de lotes que no coinciden con los que reporta la empresa importadora.
De acuerdo con una investigación realizada por el semanario Proceso, publicada en su más reciente edición impresa, en el caso del robo de una gran cantidad de medicamentos oncológicos existen numerosas irregularidades no explicadas por la autoridad.
El reportaje destaca los siguientes elementos:
1.- Los medicamentos fueron fabricados por el laboratorio argentino Kemex, y fueron importados por la empresa mexicana Novag Infancia, contratada como proveedor por el gobierno mexicano, por medio de Cofepris.
2.- Los medicamentos empezaron a llegar en junio de 2020, pero en octubre de 2020 fueron robados de una bodega de Iztapalapa, según la denuncia interpuesta por Novag, por medio de su apoderado legal, José Martínez Villela.
3.- La guía de importación, esto es, el documento que avala la entrada a México de los medicamentos, establece que éstos debían ser entregados en un domicilio de la Alcaldía Tlalpan. Sin embargo, fueron almacenados en Iztapalapa y nunca fueron entregados al comprador, esto es, al gobierno federal. Esto, mientras padres de niños con cáncer denunciaban desabasto.
4.- La guía de importación indica que los medicamentos ingresaron al país el 18 de junio de 2020 y fueron robado el 4 de octubre de 2020. Nadie ha explicado el motivo de esos meses en almacenamiento.
5.- El reportaje señala una serie de contradicciones entre las declaraciones de los testigos, las declaraciones del apoderado legal de Novag y la propia Cofepris. Hay contradicciones en el relato de cómo supuestamente se dio el robo y también en los números de lotes que da Novag y los que da Cofepris.
6.- “En el expediente al que tuvo acceso este semanario, no existe constancia de que Novag rinda un informe sobre la razón por la que movió el producto a la bodega de Iztapalapa, siendo que según las guías de importación, fueron entregadas en la bodega de Tlalpan”.
7.- Los lotes de medicamentos robados tienen un valor de 7 millones 262 mil 816 pesos.
8.- No hay evidencia de que el gobierno mexicano haya reclamado a la empresa la reposición del medicamento, ni en especie, ni en dinero.
9.- A pesar de que el “robo” fue denunciado por Novag el 4 de octubre, Cofepris emitió una alerta sanitaria hasta el 10 de octubre.
10.- A pesar de que el producto ingresó en junio de 2020, no existe evidencia de que Cofepris se hubiera inconformado por los 4 meses que Novag tuvo el producto en su poder, sin entregárselo al gobierno federal.
11.- Las indagatorias hechas por la Fiscalía General de la República en torno al caso se iniciaron hasta marzo de 2021, es decir, cinco meses después de ocurrido el robo.
12.-Los relatos de los empleados de la bodega sobre el robo tienen contradicciones con las del abogado. El expediente del caso, citado por Proceso, refiere que mientras el abogado dijo que eran tres empleados quienes laboraban ese día, dichos empleados (que fueron los testigos, ya que el abogado no estaba) aseguraron que había otros dos. De esos dos empleados más no hay declaraciones recogidas en el expediente, pues no fueron interrogados.
13.- De los tres empleados que el abogado mencionó, solo uno tenía tiempo en la empresa. Los otros dos fueron contratados para trabajar únicamente de septiembre a octubre de 2020.
14.- Los número de lotes “que la autoridad reportó no coinciden con los del fabricante y con los de Novag”.
15.- El contrato firmado entre Novag y el gobierno federal obliga a la empresa a reponer los medicamentos, ya que cuando fueron “robados” estaban en su poder, pero no hay evidencia ni de que el gobierno los haya reclamado, ni que la empresa los haya repuesto.
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