De Ronit Guttman:
Ni antisemita,
ni resentida,
ni traidora,
ni desinformada,
ni tonta,
ni pendeja,
ni ignorante,
ni loca,
ni moda;
soy una judía
en contra
de la masacre,
el culto a lo militar,
el racismo,
la islamofobia,
el antisemitismo,
el orientalismo,
el supremacismo,
la anexión,
la limpieza étnica,
el apartheid,
la colonización,
el genocidio
y la ocupación.
No es complicado: ¡el Estado de Israel ha bombardeado casas, escuelas, ambulancias, hospitales, campos de refugiados, teatros! ¡El Estado de Israel ha asesinado a +18000 palestines en menos de tres meses! ¡El Estado de Israel ha asesinado periodistas! ¡El Estado de Israel ha asesinado a rehenes israelíes! Lo anterior no cambia ni la responsabilidad de Israel se diluye, se justifica ni se desplaza por lo que ocurrió el 7 de octubre. Tampoco se se diluye ni se justifica la responsabilidad de Hamás, por si hace falta aclararlo.
Siento mucho temor de las consecuencias por disentir públicamente: la censura, el estigma y los castigos al interior de las comunidades judías alineadas al sionismo alrededor del mundo son respuestas de sometimiento brutales y sistemáticas ante el disenso; pero nada me horroriza más que atestiguar, a través de la pantalla, un genocidio en curso y no seguir alzando la voz por los medios a los que tengo acceso (pronunciarse en redes sociales no es, ni cerca, la única ni la más importante forma de alzar la voz). Nada me horroriza más que llevar la sangre de civiles inocentes, entre elles miles de niñes, en mis manos, ¡no en mi nombre y no en mis manos! ¡La Nakba, el apartheid, la limpieza étnica y el genocidio del pueblo palestino que viene cometiendo el estado de Israel tienen que parar ya! Sobra evidencia de que la vía militar no conduce a nada excepto a más violencia, a más destrucción y a más muerte.
Me pronuncio por la libertad y la autodeterminación del pueblo palestino. Me pronuncio por la liberación de todes les rehenes y les preses polítiques. Me pronuncio por la memoria de todas las víctimas: las del 7 de octubre, las de antes y las de después. Me pronuncio por la justicia, que no tendrá lugar sin reparación. Me pronuncio por la vida digna de todes. Nadie es libre hasta que todes seamos libres. ¡Otro mundo tiene que ser posible!
