Peto, Yucuejido de nuestro perro debido a los efectos del veneno, nos recuerda, la importancia de luchar por la vida y enfrentar las terribles realidades en que vivimos en la comunidad.
“Beyli” u tuul chan pek’ tal como se dice en el idioma maya, al perro, ahora a 8 días en que sufrió los efectos del veneno, poco a poco va superándolo debido a su fortaleza física.
A nuestro can, lo intentaron matar y el veneno que le fue suministrado por la reja principal, entre sus efectos directos, de inicio le ocasionó la inmovilidad y aullidos de dolor durante estos días.
Fueron muchos días sin poder comer, y el agua le dábamos por medio de jeringas, y en este tiempo, se le administró la medicina recomendada por el veterinario, así como el suero y carbón activado para contrarrestar los efectos del veneno.
Con este hecho, Beyli sufrió los efectos directos de la maldad humana, y lo peor, esos dolores sufridos, en realidad su gran pecado, es cuidar la casa.
Hoy por la tarde, ya con cierto dominio de la cabeza, pudo consumir sus alimentos, aunque en días pasados, solo acepto líquidos.
Ahora, el pelo se le cae por manchones, sus ojos aun llenos de lagaña, y que en días pasados, a pesar de su dolor, solo al hablarle por su nombre, intentó por lo menos, mover la cola, con eso indicarnos que nos escucha y está consciente.
Cuanta cobardía hay en quienes recurren a estos hechos, como el envenenar a nuestros animales, no es la primera vez que pasa; en el año 2018, cinco de nuestros perros, murieron por el veneno, y no por parvovirus, y quienes lo hicieron se ocultaron bajo las sombras de la noche, y sin importarles lo que significa la vida.
En nuestro caso, esta venganza obedece a ciertos actores políticos que les incomodan a que la misma ciudadanía recurra a nosotros para denunciar sus arbitrariedades. Ocasionar daños a nuestros animales, el mensaje es claro “O te callas o te va pasar algo similar” y mucho de estos actores ocupan cargos públicos, y su temor es que la comunidad se entere de lo que hacen.
Muchos de ellos, al escudarse en los cargos públicos, mal usan los recursos públicos, por ejemplo, recurrir al personal oficial del Ayuntamiento, desde los que administran la justicia; los que graban para informar a través de su andamiaje de comunicación social, y con ello desde el palacio municipal, mal informar. Tan solo la administración anterior (2018 a 2021), dejó huellas de ese hostigamiento directo a nuestra labor informativa y del mal uso de los recursos públicos para “callar a la prensa”
De tal forma, que dejan en claro hasta el momento, las administraciones locales, para “callar” no dudan en recurrir a todas las artimañas posibles y con ello asegurar que nadie sepa.
¿Habrá Derechos Humanos?
Todo mundo sabe que las instancias de derechos humanos, solo es un andamiaje burocrático más y sin resultados tangibles; lo peor del asunto, es que muchos comunicadores “tienen precio” y se callan ante las realidades que se vive en sus pueblos, porque lo único que les interesa, cuanto van a cobrar por ocultar la información.
En pleno siglo 21, y conste, a pesar del auge de las redes sociales, y del enorme papel que tienen los ciudadanos para denunciar esos atropellos a sus derechos, o de las noticias de sus realidades locales, la realidad es que aún estamos en pañales.
Ante esos delitos, como el negar los servicios públicos a los ciudadanos no afines a sus partidos políticos, y cuando hay denuncia, las autoridades, recurren al viejo método de “maicear a quien denunció” y curiosamente quienes denuncian, a los pocos días, son los mismos quienes terminan señalando que no fue así, lo curioso del caso es que gran parte de estos mensajes son articulados desde las direcciones de comunicación social, lo que significa, que desde la administración publica se articula acciones que atentan contra el desarrollo de la sociedad.
Hay que estar atentos al mal ejercicio de los recursos públicos, y por otro que la sociedad tenga conocimiento de la ley que protege aún sus derechos ante los atropellos de las autoridades en turno, independientemente a que los que trabajan en esas instituciones, mantengan una línea de defensa a su jefe y al de su comunidad.
Hoy le tocó a nuestro amigo Beyli, ante esos dolores que hoy lo aqueja, deja patente esa denuncia que urge como comunidad urge que nos organicemos para velar por nuestros derechos, y como sociedad, nuestra luz, será siempre por la justicia y no por nuestros intereses personales.