La violencia del crimen organizado aprieta en los municipios de Chicomuselo, Frontera Comalapa y Pantelhó, a causa de la disputa del territorio y del poder político y económico que mantienen los grupos armados, advirtió el obispo de San Cristóbal de las Casas, Rodrigo Aguilar Martínez este fin de semana al término del Congreso diocesano del año Jubilar Tatic Samuel Ruiz.
“Eso lo dicen las personas que viven ahí. Lo hemos escuchado de un grupo de personas de esos lugares, lo están viviendo y lo expresan, y yo temo que se recrudezcan las acciones, pero también anhelo que haya reflexión, valoración de la propia vida y respeto a la vida de los demás”, dijo el prelado al clausurar los trabajos que duraron tres días.
A los delegados y delegadas de las comunidades de los pueblos: Tsotsiles, tseltales, tojolabales, cho’les, k’anjobales y castilla, Aguilar Martínez les dijo: “es necesario fomentar juntos espacios de diálogo, reflexión y acción organizada en favor de la vida, la paz con justicia y dignidad ante el clima de violencia y guerra contra la vida que está dejando territorios sin pueblos para el saqueo de los bienes comunes de nuestra madre tierra”.
Exhortó a las mujeres y hombres de buena voluntad, a la sociedad civil y a otros credos a fomentar juntos espacios de diálogo, reflexión y acción organizada en favor de la vida, la paz con justicia y dignidad, “ante este clima de violencia y guerra contra la vida, que está dejando territorios sin pueblos para el saqueo de los bienes comunes de nuestra Madre Tierra”.
A los delegados y delegadas de los pueblos originarios les pidió, “seguir tejiendo nuestro caminar pastoral con nuestras opciones diocesanas: por las y los pobres, por el cuidado y defensa de nuestra madre tierra y el eje transversal por la paz, hacia los horizontes comunes de vida y de paz, con justicia y dignidad”.
Nueva etapa de colonización
En un documento conjunto con otros directivos de la diócesis, los participantes en el congreso refirieron que en el congreso indígena de 1974 realizado en San Cristóbal de las Casas, “los pueblos juntaron su palabra haciendo común cuatro demandas: tierra, salud, comercio y educación, de los que saldrían 23 acuerdos buscando dar respuesta a sus necesidades que los llevó a organizarse y a generar una iglesia con una clara opción por los pobres y las pobres
El obispo Aguilar Martínez, señaló que los embates del sistema capitalista neoliberal, el actual colonialismo que busca la acumulación mediante el despojo de la Madre Tierra y la explotación de los pueblos, va dejando sombras como la violencia por el crimen organizado, conflictos agrarios, megaproyectos, militarización, crisis climática, alcoholismo, desplazamiento forzado interno, migración y persecución a defensoras y defensores de la vida en su compromiso por el cuidado del territorio.
“Realidad de violencia y muerte que ahora nos impulsa a seguir asumiendo una clara opción por el Cuidado y la Defensa de nuestra Madre Tierra y, como eje transversal, la Construcción de la Paz”.
En el congreso que culminó con una misa se sugieren cinco líneas de acción: “Sentir e involucrarnos en la realidad y actuar en consecuencia desde el Evangelio; recuperar y fortalecer la Espiritualidad de nuestras abuelas y abuelos; vivir la sacralidad de la Madre Tierra; fortalecer el sentido comunitario para la unidad, formación integral comunitaria, y el acompañamiento a las nuevas generaciones”.
En un documento, “los pueblos juntaron su palabra haciendo común cuatro demandas: tierra, salud, comercio y educación, de los que saldrían 23 acuerdos buscando dar respuesta a sus necesidades que los llevó a organizarse y a generar una iglesia con una clara opción por los pobres y las pobres”.
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