El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, trató de distanciarse de su frase “países de mierda”, expresada el jueves en una reunión bipartidista en el despacho Oval de la Casa Blanca, mientras en el mundo y la propia política estadounidense comenzó a gestarse una enfurecida reacción ante el exabrupto racista.
“Nunca dije nada despectivo sobre los haitianos fuera de que Haití, obviamente, es un país muy pobre y tiene muchos problemas. Nunca dije “que los sacáramos”. Es un invento de los Dem(ócrata)s. Yo tengo una relación maravillosa con los haitianos. Probablemente debería grabar mis reuniones próximas. ¡Desafortunadamente, no hay confianza!”, tuiteó desconsolado.
En un encuentro en el que diversos senadores le presentaban una propuesta de acuerdo bipartidista sobre migración, Trump dijo: “¿Para qué queremos gente de Haití aquí? ¿Por qué queremos gente de todos estos países de mierda aquí? Deberíamos tener más gente de lugares como Noruega”.
La conversación fue divulgada en un primer momento por The Washingrton Post citando a asistentes del encuentro, y portavoces de la Casa Blanca no negaron que el presidente hubiera usado esa expresión; en lugar de ello (y hasta disculparse, que tal vez hubiera mitigado el escándalo) se mostraron convencidos de que ese mensaje sería bueno para llegar a su base electoral.
Pero el insulto racista, además de ser confirmado por Los Angeles Time, comenzó a ser duramente criticado por legisladores republicanos y demócratas, y por diversos personajes de la política, dentro y fuera de Estados Unidos.
La representante demócrata Kathleen Rice publicó la palabra “racista” en su cuenta de Twitter luego de que se dieran a conocer los comentarios. La representante republicana Mia Love, hija de inmigrantes haitianos, dijo que los comentarios de Trump eran “insensibles, divisivos, elitistas y van en contra de los valores de nuestra nación”.
El senado demócrata Bernie Sanders rescató el origen de su padre, quien dijo provenía de uno de esos países que Trump llama “de mierda”: Mi padre vino de lo que supongo que Trump llamaría un ‘país de mierda’. Pudo migrar a Estados Unidos y se convirtió en un estadounidense muy orgulloso”.
Las palabras de Trump fueron igualmente criticadas por los congresistas republicanos Ileanna Ros-Lehtinen y Carlos Curbelo. Tim Scott, el único senador afroestadounidense del Partido Republicano, dijo en una declaración: “Si estos comentarios son las palabras del presidente, son decepcionantes por decir lo menos… Nuestra fuerza radica en nuestra diversidad, incluidos los que vinieron de África, el Caribe y cada país. otro rincón del mundo “.
El ex director de la CIA, John Brennan, dijo que la estatua de la libertad “lloraba” por el “atroz” comentario de Trump, y James Comey, el ex director del FBI despedido por el presidente, respondió con la inscripción en la Estatua de la Libertad:
El reverendo Al Sharpton criticó a Trump por construir una “presidencia completa sobre racismo”.
“¿Se tiene que pintar con spray la ‘palabra ene’ en la Oficina Oval o tener una capucha en el Dormitorio Lincoln para ser racista? Si abogas por todo lo que sea blanco solo y en cada oportunidad menosprecias a las personas de color, estás siendo racista e intolerante. Y el peligro es que ahora está poniendo eso en la máxima política de Estados Unidos “.
La NAACP acusó a Trump de caer “cada vez más en la madriguera del racismo y la xenofobia” y calificó los comentarios del jueves como una “nueva bajeza” dentro del “racismo continuo, insensible y desmesurado que repetidamente ha propugnado el presidente Trump”.
“Vicente Fox, expresidente de México y persistente troll de Trump, dijo que la boca del presidente era “la peor mierda del mundo”. Luego recordó que la ‘grandeza’ de Estados Unidos se basaba en la diversidad”, reporta la revista Time en su artículo: “‘Una nueva bajeza’. El mundo furioso con Trump por su frase ‘países de mierda’”.
El expresidente haitiano Laurent Lamothe se indignó y dijo que el comentario despectivo de Trump revelaba ignorancia.
Algunos residentes de Haití mostraron imágenes de la costa radiante de la isla, mientras le disparaban a Trump: “¡Hola, #PresidentDeMierda! Así luce mi #mierda”
La ofensa opacó el resultado de los avances en la negociación para resolver el limbo en el que se encuentran los casi 700 mil dreamers. Seis senadores, tres republicanos y tres demócratas, anunciaron ayer un principio de acuerdo bipartidista para dar protección a los jóvenes indocumentados, pero la propuesta fue rechazada por Trump en el encuentro donde realizó su fatídico comentario.
El plan incluía un camino a la ciudadanía para los dreamers, además de unos dos mil 800 millones de dólares para seguridad fronteriza (de ellos, poco más de mil millones serían para el muro fronterizo y el resto para la aplicación de tecnología y contratación de más agentes fronterizos), protección temporal a los padres y familiares de los soñadores y modificaciones en el sistema de lotería de visados.
Pero de nada sirvieron los cuatro meses de trabajo: la negativa del presidente, auspiciada por los legisladores republicanos más antiinmigrantes, deja todavía más dudas de que se pueda alcanzar una resolución en el tema DACA. “El presidente no está preparado [para esta ley] en este momento”, dijo el senador demócrata Dick Durbin, pese a que la propuesta incluye los puntos que Trump había exigido para este tema.
La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, señaló que “todavía no hay un acuerdo, aunque aún pensamos que se puede llegar a él y estamos muy centrados en intentar asegurarnos que eso suceda”.
Por su parte, Marc Short, encargado de las relaciones entre la Casa Blanca y el Congreso, dijo: “Estamos contentos de que miembros bipartidistas estén hablando (…) pero todavía queda mucho camino”.
Está pendiente la conclusión que pueda salir del trabajo que está haciendo otro equipo de congresistas (dos demócratas, dos republicanos) conjuntamente con el jefe de gabinete de Trump, el ex secretario de Seguridad Nacional, John Kelly.
El acuerdo debería llegar antes del 19 de enero no sólo por la negociación sobre el gasto del gobierno federal y para evitar que se quede sin fondos, sino porque esa fecha es el límite para que, según los expertos, se pueda aplicar el resultado de las negociaciones con éxito antes de que se finiquite el programa DACA el próximo 5 de marzo.
El martes un juez federal bloqueó la derogación del programa DACA, que otorga estatus legal temporal a miles de jóvenes indocumentados, en su mayoría mexicanos, lo que fue criticado por la Casa Blanca.