En 2017 y 2018 el gobierno de Tamaulipas otorgó contratos por 39 millones de pesos a Grupo Publicitario Adar, una empresa fantasma, señala una investigación de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI). Se trata de una nueva irregularidad hallada en la administración de Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
En la investigación “Cabeza de Vaca desvió 39 millones destinados para educación y salud a empresa fantasma”, de Valeria Durán, se muestra que la administración de García Cabeza de Vaca contrató diversos servicios con Adar por 14 millones de pesos en 2017, y al año siguiente por 25 millones.
Las transacciones, que fueron hechas en mayor medida con fondos federales, fueron hechas a una cuenta del banco Afirme, según lo demuestran diversos documentos como facturas, órdenes de pago y cheques.
Algunas de las transferencias de fondos federales hechas por el gobierno tamaulipeco fueron hechas desde una cuenta de banco Santander, en la que se depositaban los recursos del Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa.
Los servicios que ofreció la empresa fantasma al gobierno tamaulipeco fueron desde gastos de orden social y cultural, renta de equipos y enseres para diversos eventos, hasta la colocación de mantas publicitarias.
Sin embargo, una auditoría del Servicio de Administración Tributaria (SAT) determinó que los servicios comprometidos no fueron realizados. Además, en 2019 esta dependencia incluyó a Adar en su lista de empresas fantasma.
El SAT encontró que Adar no tenía ni personal ni activos fijos para prestar los servicios que facturaba, además de que en 2017 declaró pérdidas en el Impuesto Sobre la Renta, aunque ya había recibido los recursos del gobierno de Tamaulipas. En 2018 el SAT emplazó a Adar a comprobar que las actividades que desarrollaba eran legales; ante la falta de respuesta, la declaró empresa fantasma en junio de 2019.
Además, en el domicilio fiscal de Grupo Publicitario Adar el equipo de MCCI sólo encontró lo que describe como “una humilde casa ubicada en las orillas de Temixco, Morelos”. La dueña de la casa dijo que allí nunca ha habido una empresa.