lunes, octubre 21, 2024

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Taiwán y el coronavirus

 

María Cristina Rosas

mcrosas@unam.mx

Profesora e investigadora en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

 

Dedicado a mi entrañable amigo,

el Embajador Walter Astié-Burgos

La República de China, también conocida como Taiwán es un territorio asiático con una población de 23 568 378 habitantes. Tiene un producto interno bruto (PIB) de 1. 4 billones (trillions) de dólares y posee un ingreso per cápita de 56 959 dólares -medidos ambos en términos del poder adquisitivo. Taiwán ocupa el 23° lugar en los índices de desarrollo humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) con un desarrollo muy alto. Figura en el 12° lugar -en un listado de 141 países- en el índice de competitividad global del Foro Económico Mundial correspondiente a 2019.[1] En el índice de libertad económica de la Fundación Heritage, Taiwán se encuentra en la 6ª posición.[2] En el índice de percepción de la corrupción de Transparency International, el país asiático se ubicó en el 28° lugar entre 198 naciones en 2020.[3] En el índice de paz global de 2020, Taiwán está en el 34° lugar en un listado de 163 países.[4]

Taiwán tiene una extensión territorial de 36 197 kilómetros cuadrados, que equivalen a las dimensiones del estado de Yucatán o bien al 2 por ciento de la superficie de la República Mexicana. Conforme a este parámetro y su demografía, tiene una densidad de 650 personas por kilómetro cuadrado.

Especialistas como Jonathan Manthorpe refieren que desde el siglo XVII Taiwán ha venido luchando por su independencia. En la década de 1680, mientras gobernaban los manchúes, fue que el movimiento a favor de la independencia comenzó a manifestarse. El territorio fue ocupado en distintos momentos por los holandeses, las dinastías Ming y Qing, los Koxinga y los realistas Ming, además, claro está, de los japoneses. En 1895 los japoneses invadieron la isla de Formosa y parte de Corea.

Desde el punto de vista de los grupos proindependentistas de Taiwán, el territorio se encuentra actualmente ocupado por los nacionalistas, con todo y que ese gobierno fue electo en comicios democráticos. En los años 30 del siglo XX, Mao Tse-tung apoyó el movimiento pro-independencia de Taiwán, que se encontraba bajo el yugo japonés. Una vez que concluyó la segunda guerra mundial, los aliados hicieron un pronunciamiento respecto a la situación de la isla, señalando que el ejército de la República de China bajo el Kuomitang ocuparía temporalmente Taiwán.

Este hecho potenció el descontento de los residentes de Taiwán contra los chinos continentales y en 1947 se produjo un incidente muy grave que tuvo como contexto la mala administración y corrupción del Kuomitang. El gobernador general de la isla, Chen Yi confiscó una serie de empresas japonesas y casas privadas; amplió el sistema de monopolios que ya habían instaurado los japoneses en productos como el tabaco, el azúcar, el té, el papel, los productos químicos, la refinación de petróleo y el cemento. Los errores económicos de Chen llevaron a que prosperara el mercado negro y a que hubiera escasez de alimentos, además de una inflación exacerbada. Por si fuera poco, numerosos administradores chinos, procedentes de la China continental donde se libraba la guerra civil, arribaron a Taiwán con el recuerdo reciente de las atrocidades perpetradas por los japoneses en la guerra y dado que Formosa había sido gobernada por los nipones, los taiwaneses eran vistos por los recién llegados como poseedores de una educación «enemiga» y como traidores. Los taiwaneses, por su parte, percibían a los chinos continentales recién llegados como corruptos, de manera que las tensiones sociales se exacerbaron.

El 27 de febrero de 1947, cuando un policía intentó confiscar cigarros a una mujer taiwanesa y ésta se negó a entregarlos, las personas que se encontraban cerca comenzaron a rodearlos y en medio de los reclamos, el policía disparó su revólver y mató a una de las personas que se encontraban en el lugar. La gente, furiosa, persiguió al agente de la ley hasta la estación de policía, rodeando el edificio y exigiendo que el agente les fuera entregado, cosa a la que la policía se negó. La multitud se enojó aún más al descubrir, luego de mucho tiempo de reclamar, que todos los policías habían escapado por una puerta trasera. Al día siguiente, las fuerzas de seguridad del gobernador general dispararon sus ametralladores contra manifestantes civiles que protestaban de manera pacífica, provocando la muerte de siete personas. A continuación, los taiwaneses tomaron el control de la administración y de las bases militares y el 4 de marzo recomendaron por medio de la radio tomar precauciones ante la violencia en curso. En la noche, las autoridades decretaron la ley marcial y para el 7 de marzo, tropas procedentes de la China continental ingresaron a Taiwán asesinando indiscriminadamente a cuanta persona encontraban, además de perpetrar actos de rapiña. Los inconformes, que inicialmente se habían manifestado de manera pacífica, comenzaron a organizarse de mejor manera, si bien el Kuomitang, apoyado en las tropas que llegaban de la China continental, logró imponerse tras una masacre que a la postre sería recordada como el incidente 228 (es decir, del día 28 del mes de febrero), o bien, como la masacre 228.[5]  

En los años 20, Sun Yat-sen estableció su base de operaciones en el sur de China con miras a unir a un país fragmentado. Contando con el apoyo de la recién nacida Unión Soviética estableció una alianza con el aun en pañales partido comunista chino (PCCh), creado en 1921 -y que justamente ahora celebra sus 100 años. Sin embargo, Sun Yat-sen murió en 1925 y uno de sus discípulos, Chiang Kai-shek tomó el control del Partido Nacionalista Chino o Kuomitang y logró unificar al norte y al sur del país a través de la expedición del norte habiendo vencido a los señores de la guerra en el centro y el sur del territorio chino, lo que le permitió hacer una alianza con los señores de la guerra del norte. Hacia 1927, Chiang Kai-shek comenzó a perseguir al PCCh en el sur y este del país. Esto contribuyó a que el PCCh estableciera su base de operaciones en el noroeste, en Yan’an, provincia de Shaanxi.

Este repliegue es conocido como la larga marcha, etapa en la que los comunistas chinos se reorganizaron bajo el liderazgo de Mao Tse-tung. Este enfrentamiento entre el Kuomitang y el PCCh continuó inclusive durante la invasión de Japón (1931-1945), aun cuando ambos contendientes se unieron para enfrentar a los nipones en la segunda guerra sino-japonesa de 1937. El conflicto entre los dos se reanudó cuando los japoneses fueron derrotados en 1945. Cuatro años más tarde, el PCCh ocupaba la mayor parte del país.

El 1º de octubre de 1949 fue proclamada la República Popular China (RP China) y Chian Kai-shek se replegó a Taiwán, fijando a Taipei como la “capital provisional” de China mientras se producía la reconquista de la parte continental del país. Así, China se encontraría dividida, con cada gobierno afirmando que el otro era ilegítimo.

Debido a que los taiwaneses se han acostumbrado a una situación de independencia de facto respecto a la China continental, es inevitable que surjan tensiones entre Beijing y Estados Unidos alrededor de esta situación. Ciertamente Washington se apega a la política de una sola China como quedó de manifiesto en el proceso de normalización de las relaciones bilaterales con Beijing, pero dado que en Taiwán las autoridades insisten en hablar de la política de las dos Chinas, a la República Popular no le queda más que reaccionar, a menudo con amenazas y pronunciamientos, muchos de los cuales parecerían sugerir el uso de la fuerza. Estados Unidos, por su parte, debido a los compromisos asumidos en el Acta de relaciones con Taiwán aprobada por el Congreso en 1979, debería responder ante los embates de Beijing en contra de la isla de Formosa. El acta especifica que cualquier acción emprendida para determinar el futuro de Taiwán por medio de actos no pacíficos constituye una amenaza a la paz y la seguridad del Pacífico Occidental, por lo que ello “preocuparía” a Estados Unidos. Con todo, cabe destacar que no hay mención explícita a que Washington haga uso de la fuerza en el caso de que la RP China decida atacar a Taiwán. Lo que sí contiene el acta, es el compromiso de la cooperación militar, por parte de Washington, a favor de la isla de Formosa, así como el mantenimiento, de parte de EEUU, de las capacidades necesarias para resistir cualquier forma de coerción o uso de la fuerza que amenace la seguridad, y/o el sistema económico y social de Taiwán.[6]

Mapa 1

 

Debido al contexto de guerra fría en que se produjo el triunfo de la revolución china, Taiwán mantuvo el asiento como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que correspondía a China. La incorporación de la RP China a Naciones Unidas se concretó gracias a la resolución 2758 del 25 de octubre de 1971 en el marco de la 26ª Asamblea General. Uno de los argumentos centrales para apoyar su membresía en el organismo multilateral más importante del mundo, fue que sólo a través de su participación en organismos internacionales podría Beijing “socializar” –o bien, cumplir con la normatividad internacional en diversos ámbitos, incluido, por supuesto, el de los derechos humanos.[7]

Lo anterior desencadenó una airada protesta de parte de Taiwán, por considerar que la resolución 2758 no resolvió el problema de la representación del pueblo de Taiwán en Naciones Unidas una vez que la comunidad internacional apoyó el reconocimiento de la RP China en la ONU. Taipei también afirma que la RP China jamás ha tenido jurisdicción sobre Taiwán y que Naciones Unidas nunca definió una postura en torno a la soberanía taiwanesa. Las críticas también se exacerbaron contra el entonces Secretario General de la institución, Ban Ki-moon por no haber sometido a la consideración del Consejo de Seguridad la solicitud de membresía de Taiwán presentada en julio de 2007, y además rechazándola a priori, en violación de los procedimientos existentes en el seno de la institución.

La RP China ha intentado acercamientos con Taiwán. En 2005, por ejemplo, propuso el envío de una pareja de panditas como embajadores de buena voluntad, oferta rechazada por las autoridades de Taipei. Fue en 2008 cuando se concretó el envío de dos carismáticos mamíferos al zoológico de la capital taiwanesa. Los nombres de los panditas abonaron a la controversia: Yuan Yuan y Tuan Tuan -Tuan Yuan combinado significa “reunión” en mandarín.[8] La estrategia de la diplomacia del panda parece haber funcionado toda vez que allanó el camino para que Taiwán pudiera tener un estatus como observador en la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el plácet de Beijing. Este acuerdo se mantuvo hasta 2016, cuando se produjo un cambio de gobierno en Taiwán y de nueva cuenta se incrementaron las tensiones con Beijing, lo que llevó a que desde 2017 la ínsula de Formosa ya no pudiera participar como observador en el principal organismo sanitario del mundo.[9] Como se puede observar en el mapa 1, cada vez menos países mantienen relaciones diplomáticas con Taiwán debido a las presiones que ejerce la RP China. La mayor parte de las naciones que tiene vínculos formales con Taipei, se encuentran en América Latina y el Caribe.

Situación demográfica y epidemiológica

Como se explicaba, la población de Taiwán asciende a 23 568 378 habitantes. La pirámide demográfica muestra una sociedad que envejece de manera creciente como se puede observar en el gráfico 1. Se estima que para 2025 una quinta parte de los habitantes será mayor a 65 años.[10] En 2020, por ejemplo, el número de defunciones superó al de nacimientos. El desarrollo profesional de las mujeres ha hecho su parte para retardar o evitar la procreación. Un factor adicional es que, en Taiwán, como en gran parte de los países de la región, el peso del cuidado de los hijos recae en las mujeres, algo a lo que las nuevas generaciones no parecen dispuestas. A ello se suma el costo de vida, puesto que los salarios no crecen a la par.[11]

Como se puede observar en el gráfico 2, mientras que en 1951 el promedio de hijos por mujer era de 7. 04, en siete décadas se llegó a la cifra de 0. 99, la más baja tasa de fertilidad del planeta. En 2020 solamente se produjeron 165 249 nacimientos en el país. De mantenerse esta tendencia el impacto en el crecimiento económico y en el sistema de seguridad social será enorme.[12] A ello súmese la esperanza de vida al nacer, una de las más altas del mundo que como se muestra en el gráfico 4 era de 80. 61 años en 2020.

La población es mayoritariamente urbana de manera que casi ocho de cada 10 habitantes residen en las ciudades, como se observa en el gráfico 3. La municipalidad de la nueva Taipei alberga a cuatro millones de habitantes. Le sigue el municipio de Tachung, con dos millones 800 mil. En tercer lugar se encuentra Kaosiung con dos millones 277 mil habitantes.

Gráfico 1

Taiwán: pirámide demográfica

Fuente: Organización de las Naciones Unidas.

En Taiwán existen 16 pueblos indígenas que ascienden a 571 816 personas, o bien el 2. 42 por ciento de la población del país. Como ocurre en otros países, las comunidades indígenas enfrentan la rápida desaparición de sus culturas, identidades y lenguas; la pérdida de territorios ante actividades económicas como la minería; etcétera. Si bien se han creado diversas leyes para la protección de los pueblos indígenas, muchas de sus disposiciones son contradictorias e incluso existen importantes discrepancias entre ellas. Puesto que Taiwán no pertenece a Naciones Unidas, no ha suscrito los instrumentos de derechos humanos de la institución.[13]

Gráfico 2

Fuente: Ministerio del Interior de la República de China.

Taiwán es un país que recibe migrantes de los países del sureste de Asia y que también enfrenta la fuga de cerebros. La Agencia Nacional de Inmigración del Ministerio del Interior estima que hay unos 770 mil extranjeros residentes en Taiwán que proceden sobre todo de Indonesia, Vietnam y las Filipinas. Muchos de ellos son personas con baja calificación y que son empleados en actividades intensivas en mano de obra y mal remuneradas. Ello ha llevado a diversos escándalos sobre explotación y también tráfico de personas. Las autoridades debaten cómo fomentar una inmigración de mano de obra calificada.[14]

Taiwán ha sido el país más aquejado por la llamada fuga de cerebros a nivel mundial en 2021. Se estima que alrededor del 7. 2 por ciento abandonará el país en busca de mejores oportunidades, especialmente en la RP China. Las razones de este fenómeno son múltiples: los egresados de universidades reciben salarios bajos que no se han modificado desde 1999. A ello hay que sumar que, si bien Taiwán se ha enfocado en la exportación de tecnología y productos agrícolas, su crecimiento económico se ha mantenido en un 2 por ciento anual desde 2016 con un ligero repunte en 2020 -lo que, comparado con el 7 por ciento de la RP China (véase el gráfico 5), hace más atractivo buscar oportunidades laborales y de desarrollo profesional en el gigante asiático.[15]

Muchos jóvenes taiwaneses deciden estudiar en el extranjero, siendo Estados Unidos su destino preferido, seguido de Japón, Corea del Sur y Canadá. Sin embargo, la RP China ha buscado atraer estudiantes taiwaneses para que se formen en sus universidades como parte de su política sobre una sola China.[16] En consecuencia, las autoridades taiwaneses han estado trabajando en legislaciones encaminadas a retener a sus cerebros evitando asimismo que emigren a la RP China donde podrían revelar secretos industriales en especial en el sector de los semiconductores donde la isla de Formosa es líder mundial.[17]

El sistema de salud de Taiwán

En general existen principalmente cuatro sistemas de salud en el mundo, a saber:

  • El mutualista o bismarckiano, basado en cotizaciones como fuente principal de financiamiento, que se basa en las aportaciones obligatorias del trabajador y de la empresa en la que labora para su solvencia. Este sistema prevalece actualmente en Alemania y también en Austria, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo y Japón.[18] Al modelo bismarckiano también se le conoce como modelo de los seguros sociales.[19]
  • El modelo Beveridge. Este sistema nació en 1942, en plena segunda guerra mundial de la mano de Lord William Beveridge, en el cual el Estado se hace cargo del financiamiento del sistema de salud unificando el sistema de seguridad social bajo su égida, a través de impuestos. Este modelo también se aplica en Francia -donde Pierre Laroque encabezó los esfuerzos para brindar protección social a la población, de manera que en 1946 se creó el sistema nacional de seguridad social-,[20] Suecia, Dinamarca, España e Italia, entre otros.
  • El liberal, cuyo principal representante es Estados Unidos. Conforme a sus premisas, la salud es un bien de consumo donde son las libres fuerzas del mercado las que distribuyen los recursos sanitarios a la sociedad. El Estado no tiene la responsabilidad de promover la salud y su participación es marginal, dirigiendo su atención sobre todo a grupos desfavorecidos o carentes de recursos. El usuario paga directamente al proveedor o bien, lo hace a través de compañías privadas de seguros. Si bien el modelo favorece la competitividad entre los proveedores y da libertad a la sociedad de elegir al de su preferencia, cubre de manera imperfecta el aprovisionamiento de servicios de salud, dejando fuera numerosos padecimientos y también a diversos sectores de la población, incluso a aquellos que cuentan con un seguro privado.
  • El socialista, del que subsisten ya muy pocos ejemplos, siendo Corea del Norte y sobre todo Cuba, sus máximos exponentes. En este modelo el financiamiento corre por cuenta del Estado e incluye a la totalidad de la población. Por lo tanto, tiene cobertura universal y gratuita. Las ventajas son evidentes: se apuesta por la medicina preventiva y la educación y alfabetización sanitarias para elevar la salud de la población. Con todo es un sistema rígido y burocrático.[21]

Hasta antes de 1995, el sistema de salud de Taiwán contaba con 10 esquemas públicos de seguro médico, cada uno de los cuales cubría a un determinado sector de la población como, por ejemplo, empleados del gobierno, agricultores, personas de bajos ingresos, etcétera. Estos programas solamente amparaban al 59 por ciento de la población por lo que cuatro de cada 10 personas no tenían acceso a servicios de salud. Esta es la razón por la que las autoridades propusieron desde 1986 cambiar a un modelo nacional y universal de seguro médico. Para ello se analizó a diversos sistemas de salud en el mundo y se buscó el consejo del economista Uwe Reinhardt, quien recomendó que el sistema se basara en tres principios: equidad tanto en el acceso como en los beneficios; control efectivo e igualitario de costos; y simplicidad administrativa para que las personas entendieran el funcionamiento del sistema.[22]

El sistema de salud de Taiwán creado en 1995 y reformado en 2011 se basa en el sistema mutualista o bismarckiano. Se le denomina National Health Insurance (NHI) y cubre al 99 por ciento de la población y en él participan el 93 por ciento de los proveedores de servicios médicos. Los beneficiarios se ven cubiertos por gastos de hospitalización, atención ambulatoria, diálisis renales, cuidados dentales, embarazos, acceso a la medicina tradicional china y a medicamentos. Las primas son pagadas por el gobierno, los empleadores y los trabajadores. Estas primas toman como referente el salario mensual conforme a una escala definida. Las personas de escasos recursos reciben subvenciones. Ello ha llevado a que “para controlar ingresos y gastos, el modelo adopt[e] un sistema de pago que establece límites máximos en los costos de atención médica afrontados por el gobierno. Con este mecanismo, los gastos médicos en este rubro sólo representaron el 6. 4 del PIB en 2017, por debajo de la media de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)…”[23]

Cabe destacar igualmente que el sistema de salud de Taiwán se ampara en el uso de nuevas tecnologías e inteligencia artificial para mejorar la atención y la eficiencia en beneficio de los usuarios. Por ejemplo, se tienen almacenadas en la nube historias clínicas de pacientes con información de hasta 24 años, de manera que se puede acceder a información sobre estudios, radiografías, muestras, tomografías, etcétera, que permiten una mejor valoración y conocimiento sobre la salud del paciente.[24] Así, en menos de 24 horas un paciente puede ser canalizado a dos especialistas y el segundo puede acceder a las instrucciones y valoraciones del primero. Asimismo, existe un chat para que las personas puedan ser asistidas ante cualquier urgencia médica. Ello posibilita que quienes tienen problemas de movilidad reciban ayuda o bien se desincentiven desplazamientos innecesarios y con ello se puede evitar la saturación de los nosocomios.[25] Existe un sistema de salud privado integrado por hospitales y clínicas privados. La calidad de atención es buena, los médicos y el personal de enfermería suelen hablar inglés -algo que es menos frecuente en los hospitales públicos.[26]

En 2018 el gasto en salud fue del 6. 6 por ciento del PIB. De esa cifra el 53 por ciento fue aportado por el NHI en tanto que el gasto de bolsillo fue del 33 por ciento del presupuesto en salud a nivel nacional. Entre las fortalezas del sistema de salud taiwanés se pueden destacar sus relativamente bajos costos de operación y su alta eficiencia. Asimismo, los servicios que provee el NHI son amplios y uniformes. La mayor parte de los servicios médicos requeridos están cubiertos, en tanto los pacientes pueden elegir opciones médicas y proveeduría. Los tiempos de espera para acceder a los servicios de salud son relativamente cortos y la opinión de la población arroja un amplio reconocimiento al sistema.[27]

Gráfico 6

Hacia 2019 Taiwán tenía 22 992 instituciones para la proveeduría de cuidados médicos. De ellas, 480 son hospitales en tanto 22 512 son clínicas, la mayoría de los cuales son contratistas del NHI. El 83 por ciento de los hospitales y el 93 por ciento de las clínicas de salud son privados.[28]

Gráfico 7

El sistema de salud Medi-Cloud del NHI de Taiwán

 

Como se observa en el gráfico 7, Taiwán cuenta con avances significativos en la digitalización de los servicios médicos. El sistema funciona con una tarjeta inteligente similar en tamaño a una tarjeta de crédito, misma que es expedida a cada usuario del sistema de salud. Esta tarjeta permite un registro escrupuloso de la historia clínica del usuario. Cada vez que una persona requiere el acceso a los servicios de salud presenta la tarjeta, la que le permite al proveedor de servicio debitar el monto del servicio a las autoridades correspondientes. El registro médico es electrónico en su totalidad. Cada proveedor de servicios de salud debe informar, en un máximo de 24 horas, sobre la visita de cada paciente y el servicio otorgado lo que permite el rastreo del individuo y del servicio o tratamiento recibido prácticamente en tiempo real. A través de este sistema las autoridades de salud pueden dar un seguimiento puntual al uso de los servicios y también posibilita la identificación de los usuarios que hacen un uso recurrente o hasta indiscriminado del mismo. Esta enorme base de datos también permite a las autoridades conocer más sobre las tendencias epidemiológicas de la población.[29]

Cómo se puede observar en el gráfico 8, las 10 principales causas de defunción en Taiwán son encabezadas por el cáncer, el cual es responsable de casi una tercera parte de las muertes registradas en 2019. Le siguen las enfermedades del corazón con 11. 3 por ciento; la neumonía con 8. 7 por ciento y la diabetes con 5. 7 por ciento. Cabe destacar que cuando se contrastan las principales causas de defunción en Taiwán con las de Estados Unidos como se observa en el gráfico 6, destaca la ausencia en el territorio asiático, del consumo de estupefacientes, mismo que en la Unión Americana es la segunda causa de los decesos en aquella nación. Ello obedece a que en Taiwán el castigo por tráfico y consumo de estupefacientes puede ir desde varios años de cárcel hasta la pena de muerte, amén de que hay un seguimiento más escrupuloso de la salud y las posibles adicciones de los pacientes en la ínsula china.

TAIPEI, TAIWAN – 2021/05/21: Military personnel sprays disinfectants while residents are waiting to get tested for COVID-19 in Wanhua.
Taiwan confirmed 315 new cases of COVID-19 after the authorities raised the COVID-19 alert to Level 3 nationwide. (Photo by Walid Berrazeg/SOPA Images/LightRocket via Getty Images)

A la par de lo anterior se ha buscado incrementar las penalizaciones para quienes utilizan estupefacientes que favorezcan el abuso sexual. En Taiwán en la actualidad se clasifica a las drogas legales dentro de cuatro categorías, a saber:

  • Clase 1: Heroína, morfina, opio, cocaína;
  • Clase 2: Metanfetaminas, marihuana (Cannabis), MDMA, lisérgicos (por ejemplo, LSD);
  • Clase 3: Triazolam (Halcion), flunitrazepam (Rohypnol) o drogas que se usan para causar inconciencia y pudieran empleadas con el propósito de abusar de las personas, ketamina; y
  • Clase 4: Alprazolam (Xanax), diazepam (Valium), 5-MeO-DIPT.[30]

En lo tocante al suicidio, este era la 11ª causa de muerte en el país en 2017. En ese año, 3 871 personas se quitaron la vida, lo que representó un incremento respecto a 2015 y 2016 años en que se produjeron 3 675 y 3 765 defunciones por esa causa. Un grupo especialmente de alto riesgo es el de las personas mayores de 65 años. La forma elegida es el ahorcamiento.[31]

Uno de los desafíos más importantes que enfrenta el sector salud en Taiwán es la escasez de médicos y de personal de enfermería. En Taiwán hay 2. 4 médicos y 6. 1 personas en el ramo de la enfermería por cada 1 000 habitantes. Los médicos del país suelen quejarse del exceso de trabajo y los bajos salarios lo que los ha llevado a trabajar en clínicas o a buscar empleos fuera del país. Desde el 1 de septiembre de 2019 con motivo de una legislación denominada Acta de estándares laborales se limitó el número de horas de trabajo para el personal médico. En lo que hace al personal de enfermería las extenuantes jornadas de trabajo, los bajos salarios y las malas condiciones laborales son quejas recurrentes. El problema de escasez de personal médico y de enfermería está relacionado con el funcionamiento del NHI, puesto que los proveedores buscan reducir sus costos de operación, pero esto lo han hecho a costa de la sobre explotación de los trabajadores de la salud.[32]

Otro desafío es la sobreutilización del sistema de salud, dado que hay pocas restricciones para acceder al sistema médico y ello lleva a que los usuarios en algunos casos abusen del mismo. Relacionado con ello es que hay pacientes que buscan tratamientos para padecimientos leves lo que sobre satura al sistema e incrementa las presiones sobre el personal médico y de enfermería. La falta de financiamiento y los límites tributarios han impedido que los pacientes puedan acceder a medicamentos innovadores. Los costos del envejecimiento demográfico y la recurrencia de enfermedades crónico-degenerativas no transmisibles se perfilan como uno de los mayores retos para el NHI y su sustentabilidad. El tema de los servicios de salud es sensible para la población por lo que las reformas al mismo darán pie al debate.[33] La pandemia del SARSCoV2, agente causal del COVID-19 y su impacto en el país es un elemento adicional que incrementará las presiones para que el sistema responda de mejor manera en términos de salud pública. Actualmente se está trabajando en reformas al sector y se espera que esos cambios operen en el transcurso de la siguiente década.

Las relaciones entre Taiwán y la Organización Mundial de la Salud

La Organización Mundial de la Salud (OMS) nació el 7 de abril de 1948 como el principal organismo sanitario del Sistema de Naciones Unidas. Con sede en Ginebra, Suiza, a la fecha cuenta con 194 miembros. China participó en la Conferencia Sanitaria Internacional de 1946 responsable de redactar la constitución del nuevo organismos internacional, el cual reemplazaría a la Oficina de Higiene Pública Internacional, nacida en 1907.

En la Conferencia de San Francisco de 1945, en la que los aliados acordaron el nacimiento de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se llegó al consenso por parte de Estados Unidos y el Reino Unido de excluir los temas de salud. Entonces, el representante de China, el Doctor Szeming Sze, el Doctor De Paula Souza, de la representación brasileña y el Doctor Karl Evang de la representación noruega impulsaron el nacimiento de un organismo internacional especializado en salud.

Así, en la primera Asamblea Mundial de la Salud que se llevó a cabo el 22 de julio de 1946 se adoptó la constitución de la OMS por los 51 miembros de la ONU y otras 10 naciones y su entrada en vigor se produjo el 7 de abril de 1948 cuando se concretó el número de ratificaciones requeridas con la concurrencia de 26 países. El 7 de abril es reconocido cada año como el día mundial de la salud en reconocimiento a este hecho.

En 1949, cuando se produjo el triunfo de la revolución comunista y la creación de la República Popular China, el gobierno de Chian Kai-shek se replegó a Taiwán manteniendo el reconocimiento internacional de la mayor parte de las naciones occidentales. Ello permitió a Taiwán retener el asiento como miembro permanente en el Consejo de Seguridad asignado a China desde el nacimiento de la ONU, pese a las protestas de la URSS. Asimismo, mantuvo la membresía en organismos internacionales como la OMS, surgida antes de los hechos reseñados. Con todo, hacia los años 70 se iniciaron acercamientos entre la RP China y Occidente que llevaron a su incorporación a la ONU mediante la resolución 2758 del 25 de octubre de 1971 de la Asamblea General. La resolución, denominada Restitución de los legítimos derechos de la República Popular China en las Naciones Unidas contó con 76 votos a favor, 35 en contra, 17 abstenciones y 3 ausencias, logrando así más de las tres cuartas partes de los votos del parlamento mundial requeridos para hacerla efectiva. Cabe destacar que México votó a favor -se recuerdan las gestiones del Presidente Luis Echeverría, quien incluso realizó una histórica visita al gigante asiático, reuniéndose con el líder Mao-Tse-tung. También apoyaron la resolución Francia, Reino Unido y la URSS. Israel dio su plácet a la resolución. En contra votaron Estados Unidos, además de Japón, y varios países latinoamericanos, entre ellos Brasil, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua, Paraguay, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. Argentina se abstuvo. En contra votaron la República de China naturalmente, más las islas Maldivas y Omán.

La reinserción de

Gráfico 9

 La reinserción de la RP China a la ONU y a los organismos del Sistema de Naciones Unidas llevó a que la comunidad internacional acelerara el reconocimiento diplomático del país como se observa en el gráfico 9. Ello, ciertamente, operó en contra de Taiwán que ahora retiene un reconocimiento formal a nivel internacional muy reducido.

La OMS inauguró una representación ante la RP China en Beijing en 1981. Taiwán quedó fuera de esa y las demás instituciones del Sistema de Naciones Unidas tras los hechos referidos. Desde 1991, la República de China ha solicitado su reincorporación al organismo sanitario mundial sin éxito, puesto que ello depende de la distensión entre Taipei y Beijing. Taiwán ha propuesto varias modalidades para lograr una representación en la OMS, incluyendo la de observador como la que tiene Palestina. Empero, tanto la ONU como la comunidad internacional apoyan la política de “una sola China” y, por lo mismo, no ha podido acceder a las múltiples solicitudes de parte de Taipei.

Como se explicaba, entre 2008 y 2016 se desarrolló una política de distención entre la RP China y Taiwán, gobernado en ese entonces por el partido del Kuomitang. Gracias a ese acercamiento, Taiwán fue invitado como observador a la Asamblea Mundial de la Salud bajo la rúbrica de “China Taipei.” Ese estatus debía ser renovado anualmente, siempre con el visto bueno de Beijing además de que Taiwán era excluido de los encuentros más importantes en el seno de la OMS. Las cosas cambiaron cuando Tsai-Ing-wen del partido progresista democrático (DPP) fue electa en 2016. Beijing condena al DPP, nacido en 1986 y que es un partido que mantiene una postura pro derechos humanos y la defensa de la identidad taiwanesa. Postula que Taiwán es un país independiente bajo el nombre de República de China y rechaza la política de “una sola China.” Su rival, el Kuomitang o partido nacionalista, también apoya la soberanía e independencia de Taiwán. Sin embargo, tiene una postura más moderada según la cual es factible usar la política de “una sola China” para entablar un diálogo con Beijing. Tanto el DPP como el Kuomitang son los dos partidos políticos más importantes en la República de China. Así, el período de distensión más reciente entre ambas partes y que posibilitó que Taiwán fuera observador en la OMS coincidió con la victoria del Kuomitang en los comicios presidenciales. Hoy gobierna el DPP, mismo que buscó posicionar al país durante la pandemia del SARSCoV2 como un líder no sólo en la crisis sanitaria internacional, poniendo en tela de juicio los desatinos de la OMS y la falta de información de parte de la RP China, sino también trabajando con una diplomacia en salud global centrada en el aprovisionamiento de insumos médicos al mundo. El DPP esperaría, con estas acciones, allanar el camino para que la comunidad internacional apoyara eventualmente su ingreso al organismo sanitario internacional más importante del mundo a manera de agradecimiento.

Taiwán y el coronavirus

En el momento de escribir estas líneas,[34] Taiwán tiene 15 906 casos confirmados y 827 defunciones. El primer caso de una persona con SARSCoV2 fue confirmado el 21 de enero de 2020. Se trató de una mujer de 50 años que impartía clases en Wuhan. No hay que perder de vista la cercanía geográfica de Taiwán con la RP China, ello sin contar con que 850 mil ciudadanos taiwaneses residen en el gigante asiático en tanto otros 404 mil laboran en aquel país. En 2019, 2. 71 millones de chinos visitaron Taiwán. Era de esperar entonces que la crisis epidemiológica provocada por el SARSCoV2 fuera de enormes proporciones en la isla de Formosa.[35]

Sin embargo hay un hecho de singular relevancia para la crisis epidemiológica actual: las lecciones aprendidas con motivo de la epidemia provocada por el SARSCoV de 2002-2003.[36] En aquella oportunidad, entre el 14 de marzo y el 30 de julio de 2003 se reportaron en Taiwán 668 casos probables de personas infectadas, de las que 181 fallecieron. Se supo que las personas que fallecieron tenían una edad promedio de 61. 8 años (sexo masculino) y de 57. 6 años (sexo femenino). Las defunciones fueron mayores entre hombres.[37]

En 2003, las pugnas entre el gobierno central encabezado por el DPP -recién llegado al poder tras una larga lucha contra el partido del Kuomitang que gobernó al país por 55 años- y el popular alcalde de Taipei, Ma Ying-jeou -perteneciente al Kuomitang– fueron la nota ante el severo brote en abril de SARSCoV en el Hospital Municipal Hoping del centro de la capital. Las autoridades nacionales y de la capital se reunieron para dilucidar cómo enfrentar la enfermedad y el alcalde de Taipei convenció a sus contrapartes de cuarentenizar a todo el personal médico y a los pacientes en el citado hospital, para evitar la propagación de la enfermedad a otras partes. Así, el gobierno municipal delegó las medidas anti-epidémicas al hospital sin contar con protocolos ni proveer información acerca de cómo lidiar con la crisis. La falta de equipo de bioseguridad para el personal médico, incluyendo mascarillas de plástico y cubrebocas llevó a que se generar pánico generalizado en el lugar. A menudo se documentaban intentos del personal de salud tratando de escapar del nosocomio e incluso un paciente se suicidó. La OMS no envió personal médico al hospital por considerar que Taiwán es una provincia de la RP China y que correspondía a esta atender el problema. Fue Estados Unidos quien acudió en auxilio del hospital, al enviar personal de los Centro para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) pero no pudo evitarse que 150 personas se infectaran en el hospital y que, de ellas, 24 fallecieran. Las acusaciones y descalificaciones mutuas entre la alcaldía de Taipei y el gobierno central fueron la nota a lo largo de la crisis epidemiológica en el país en 2003 y arrojan importantes lecciones sobre la respuesta a situaciones pandémicas, por ejemplo, como se vio en Estados Unidos con las descalificaciones mutuas entre el entonces gobernador de Nueva York Cuomo y el Presidente Donald Trump en 2020; o como ocurre ahora entre el gobierno de la Ciudad de México y la Secretaría de Salud federal que no se ponen de acuerdo en torno al semáforo epidemiológico vigente.[38]

Por eso cuando el SARSCoV2 irrumpió en la escena taiwanesa, el gobierno encabezado hoy, como pasó en 2003, por el DPP a cargo ahora Tsai-Ing-wen no hizo caso ni de la OMS ni de las autoridades de la RP China acerca de que no había evidencias suficientes para afirmar que el nuevo coronavirus se transmitía de persona a persona. El 31 de diciembre, Taiwán se puso en contacto con la OMS para pedirle más información sobre el brote reportado en Wuhan, sin recibir respuesta. Ello no desanimó al gobierno de Tsai-Ing-wen que despachó dos médicos a Wuhan a efecto de que recaudaran toda la información relevante que fuera posible. A su regreso, los médicos convencieron al DPP de que la enfermedad se transmitía de persona a persona y a partir del 15 de enero de 2020 se estableció la revisión y monitoreo de pasajeros que llegaban a Taiwán procedentes de Wuhan para identificar casos probables de SARSCoV2. El gobierno colocó escáneres de temperatura en los aeropuertos del país para ese fin. La segunda medida adoptada por Taipei fue prohibir el ingreso de visitantes procedentes de la RP China. Esta medida la adoptó el 26 de enero, pese a que la OMS había invitado a los países a no poner en marcha esa medida. La tercera medida fue ignorar los dichos de la OMS de que no era necesario portar cubrebocas como medida de prevención de contagios y empezó a trabajar en varias líneas de producción de mascarillas, de manera que pudiera tener suficientes para todos sus habitantes.[39]

Adicionalmente, el 27 de enero, el NHI y la Agencia Nacional de Inmigración trabajaron de manera coordinada para integrar una base de datos con las historias de viajes de los pasados 14 días de los pasajeros que ingresaban al país. Se empleó la tarjeta de identificación del NHI en el caso de los ciudadanos taiwaneses y con  los extranjeros se usó la tarjeta de entrada a efecto de dar seguimiento a pasajeros de alto riesgo que hayan estado en las zonas de contagio. El 30 de enero, esta base de datos se amplió para incluir a ciudadanos de la RP China, Hong Kong y Macao. El 14 de febrero se introdujo el sistema de cuarentena de ingreso para que los viajeros pudieran proporcionar información escaneando desde su teléfono móvil un código QR que los remitía a un formulario de declaración de salud. Este sistema, implantado en tan solo 72 horas permitía a las autoridades de inmigración procesar el ingreso de los viajeros de manera más expedita en el caso de aquellos con bajo riesgo de contagio. Cuatro días después el gobierno anunció que todos los hospitales, clínicas y farmacias tendrían acceso a las historias clínicas de los pacientes. También las autoridades sanitarias daban conferencias de prensa diariamente y el Vicepresidente Chien-Jen Chen, connotado epidemiólogo, proporcionaba información al público desde la oficina de la Presidenta, distribuyéndola en internet. Así se pudo combatir la desinformación.[40]

Ello llevó a que Taiwán tuviera una exitosa contención de la enfermedad en gran parte de 2020 y hasta abril de 2021, ganando el reconocimiento y la admiración de la comunidad internacional.[41] El año pasado el país tuvo 250 días sin reportar un solo caso de contagio local. Lamentablemente las cosas cambiaron. En mayo del presente año, en un hotel usado para que los viajeros y las tripulaciones acataran la cuarentena, se produjeron contactos entre pilotos de China Air con la población local dentro del lugar ignorando los protocolos de seguridad, lo que llevó a un explosivo crecimiento de casos en distintas partes de Taiwán.[42]

La propagación de la enfermedad ya en una nueva ola y con las temidas variantes tomó a las autoridades y a la población desprevenidos. Los hospitales no tenían infraestructura ni capacidad para atender a los pacientes aquejados por el SARSCoV2. Había sido tan eficiente el gobierno para contener la enfermedad, que todos asumieron que no había urgencia en vacunarse y que lo peor de la pandemia ya había pasado. Vale la pena mencionar que la tasa de inmunización en Taiwán es de las más bajas: apenas el 3 por ciento de la población ha recibido el esquema completo de vacunación contra el SARSCoV2.[43] Así, a principios de junio, Japón destinó parte de sus vacunas a Taiwán, temiendo que una crisis sanitaria en la isla de Formosa pudiera impactar negativamente en la producción de semiconductores que son indispensables para los nipones.[44] El gobierno estadunidense, por su parte, dispuso el envío de 2. 5 millones de dosis de Moderna a Taiwán por razones similares. Las tensiones existentes entre Beijing y Taipei han llevado a que el gobierno taiwanés resista la presión de adquirir vacunas contra el SARSCoV2 de manufactura china.[45]

Con todo, las autoridades taiwaneses parecen reaccionar bien a las críticas y saben que pueden aprender de los errores. El sistema de monitoreo de la población instaurado desde enero de 2020, se encuentra activo y permite dar seguimiento a casos sospechosos. Asimismo, el gobierno de Tsai-Ing-wen sabe que la salud es un tema sensible para la población y dispuso la compra de un embarque importante de vacunas de Pfizer BioNtech con intermediación de una empresa de la China continental, haciendo eco de presiones sociales en ese sentido. Otro hecho a destacar es que los medios de información han actuado de manera muy responsable enfatizando la importancia de que las personas porten el cubrebocas y acaten la distancia física. También la diplomacia del cubrebocas ha dado sus frutos para Taipei: en el arranque de la pandemia el país envió equipo de protección e instrumental médico a diversas naciones del mundo que ahora, a cambio, le proveen de vacunas.[46]

Con todo, la pretensión de Taiwán de reincorporarse a la OMS, al menos como observador, se antoja ambiciosa y poco probable en las condiciones actuales. Hubo una ventana de oportunidad que sucumbió ante la fatiga del confinamiento y en la medida en que Taiwán ha venido recibiendo vacunas de parte de Japón, Estados Unidos, República Checa y otras naciones, en cierta forma está recibiendo la retribución por haber apoyado previamente a esas naciones. Ello apuntaría a que Taiwán pueda tener cada vez más flujos de vacunas no-chinas a su territorio, lo que la población aplaudirá. Queda pendiente, sin embargo, la distensión con Beijing.


[1] Klaus Schwab (2019), World Competitiveness Report 2019, Geneva, World Economic Forum, p. xiii, disponible en http://www3.weforum.org/docs/WEF_TheGlobalCompetitivenessReport2019.pdf

[2] The Heritage Foundation (2020), 2020 Index of Economic Freedom, Washington D. C. The Heritage Foundation, disponible en https://www.heritage.org/index/country/Taiwan

[3] Transparency International (2019), Corruption perception Index 2017, Berlin, Transparency International, disponible en https://www.transparency.org/en/cpi/2020/index/twn

[4] Institute for Economics and Peace (2020), Global Peace Index 2020. Measuring Peace in a Complex World, Sydney, Institute for Economics and Peace, disponible en http://visionofhumanity.org/indexes/global-peace-index/

[5] Jonathan Manthorpe (2005), Forbidden Nation: A History of Taiwan, London, Palgrave Macmillan.

[6] Shirley A. Kan (October 10, 2014), China/Taiwan: Evolution of the “One China” Policy—Key Statements from Washington, Beijing, and Taipei, Washington D. C., Congressional Research Services, disponible en https://fas.org/sgp/crs/row/RL30341.pdf

[7] Ann Kent (1999), China, the United Nations and Human Rights. The Limits of Compliance, Philadelphia, University of Pennsylvania Press, p. 2

[8] CNN (23/12/2008), “China sends goodwill pandas to Taiwan”, disponible en https://edition.cnn.com/2008/WORLD/asiapcf/12/23/china.taiwan/index.html

[9] Mark Leon Goldberg (May 18, 2020), “What is the Controversy Over Taiwan at the World Health Organization?”, en UN Dispatch, disponible en https://www.undispatch.com/why-cant-taiwan-join-the-world-health-organization/

[10] Swissinfo (27 mayo 2021), “Población de Taiwán envejece ante caída de la natalidad”, disponible en https://www.swissinfo.ch/spa/poblaci%C3%B3n-de-taiw%C3%A1n-envejece-ante-ca%C3%ADda-de-la-natalidad/46653924

[11] Ibid.

[12] Keoni Everington (2021/04/19), “Taiwan has lowest birth rate in the world: CIA”, en Taiwan News, disponible en https://www.taiwannews.com.tw/en/news/4180941

[13] IWGIA (25 de mayo de 2020), El mundo indígena 2020: Taiwán, disponible en https://www.iwgia.org/es/taiwan/3734-mi-2020-taiwan.html

[14] Timothy S. Rich (January 16, 2019), “How Taiwanese Think About Inmigration”, en The Diplomat, disponible en https://thediplomat.com/2019/01/how-taiwanese-think-about-immigration/

[15] Jessica Ho (s/f), “Taiwan’s brain drain has caused peoples turning heads to China”, en Berkeley MDP, disponible en https://mdp.berkeley.edu/taiwans-brain-drain-has-caused-people-turning-heads-to-china/

[16] Callan Quinn (August 13, 2019), “Taiwanese aware of rising ‘brain drain’ risk”, en The Pie News, disponible en https://thepienews.com/news/taiwan-talent-brain-drain/

[17] Elles Haweling (6th May 2021), “Taiwan to plug tech brain drain with new law”, en Verdict, disponible en https://www.verdict.co.uk/taiwan-secures-tech-china-wages-economic-warfare/

[18] MAPFRE (2018), Sistemas de salud: un análisis global. Comparación internacional de sistemas sanitarios seleccionados, Madrid, Fundación MAPFRE, pp. 12-23, disponible en https://www.fundacionmapfre.org/documentacion/publico/i18n/catalogo_imagenes/grupo.do?path=1097443

[19] I. Vera (24 de septiembre 2018), “Bismarck vs Beveridge: el cara a cara de los sistemas de salud en la Unión Europea”, en Planta Doce, disponible en https://www.plantadoce.com/entorno/bismarck-vs-beveridge-el-cara-a-cara-de-los-sistemas-sanitarios-en-la-union-europea.html

[20] Organización Internacional del Trabajo (1 de diciembre 2009), De Bismarck a Beveridge: seguridad social para todos, Ginebra, OIT, disponible en https://www.ilo.org/global/publications/world-of-work-magazine/articles/ilo-in-history/WCMS_122242/lang–es/index.htm

[21] Universidad Autónoma de Madrid (2011), Introducción a los sistemas sanitarios. El sistema sanitario español, Madrid, Universidad Autónoma de Madrid-Unidad de Medicina de Familia y Atención Primaria-Facultad de Medicina, disponible en https://formacion.uam.es/pluginfile.php/122653/mod_resource/content/1/Tema_7.pdf

[22] Roosa Tikkanen, Robin Osborn, Elias Mossialos, Ana Djordjevic, y George A. Wharton (June 5, 2020), International Healthcare System Profiles. Taiwan, The Commonwealth Fund, disponible en https://www.commonwealthfund.org/international-health-policy-center/countries/taiwan

[23] William Oliva (2 de mayo d 2019), “Así es el novedoso sistema de salud social de Taiwán”, en Prensa Libre, disponible en https://www.prensalibre.com/internacional/asi-es-el-novedoso-sistema-de-salud-social-de-taiwan/

[24] Ibid.

[25] Finanzas (26/02/2019), “El sistema de salud de Taiwán, uno de los mejor conectados del mundo”, disponible en https://www.finanzas.com/coyuntura/el-sistema-de-salud-de-taiwan-uno-de-los-mejor-conectados-del-mundo_14000606_102.html

[26] MSH International (s/f), Descubra cómo funciona el sistema de Taiwán, disponible en https://www.msh-intl.com/es/europa/particulares/guia-de-taiwan.html

[27] PWC (July 2020), A guide to Taiwan’s Health Industries, disponible en https://www.pwc.tw/en/publications/assets/taiwan-health-industries.pdf

[28] PWC, Op. cit., p. 9.

[29] PWC, Op. cit., p. 12.

[30] Noticias de Taiwán (20/10/2017), “Taiwán impondrá penas más severas por posesión de drogas”, disponible en https://noticias.nat.gov.tw/news.php?unit=101&post=123512#:~:text=En%20la%20actualidad%2C%20la%20posesi%C3%B3n,a%2033%20mil%20d%C3%B3lares%20estadounidenses.

[31] Embajada de la República de China (Taiwán) en Guatemala (2018-09-11), Casos de suicidios aumentan por tercer año consecutivo en Taiwán, disponible en https://www.taiwanembassy.org/gt_es/post/14339.html

[32] PWC, Op. cit., p. 11.

[33] PWC, Op. cit., p. 2.

[34] 20 de Agosto de 2021.

[35] C. Jason Wang, Chun Y. Ng, y Robert H. Brook (March 2, 2020), “Response to COVID-19 in Taiwan. Big Data Analytics, New Technology, and Proactive Testing”, en JAMA Network, disponible en https://jamanetwork.com/journals/jama/fullarticle/2762689

[36] Kow-Tong Chen, Shiing-Jer Twu, Hsiao-Ling Chang, Yi-Chun Wu, Chu-Tzu Chen, Ting-Hsiang Lin, Sonja J Olsen, Scott F Dowell, e Ih-Jen Su (March 2005), “SARS in Taiwan: an overview and lessons learned”, en International Journal of Infectious Diseases, no. 9, vol. 2, pp. 77-85, disponible en https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7110635/

[37] Ibid.

[38] Wayne Soon (27 January 2021), “From SARS to COVID-19: Rethinking Global Health Lessons from Taiwan”, en East Asian Science, Technology and Society: An International Journal, Volume 14, 2020, no. 4, disponible en https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1215/18752160-8771307

[39] Ibid.

[40] C. Jason Wang, Chun Y. Ng, y Robert H. Brook, Ibid.

[41] Wayne Soon, Ibid.

[42] William yang (5/18/2021), “Is Taiwan’s Success Story in jeopardy?”, en DW, disponible en https://www.msn.com/en-us/news/world/is-taiwans-covid-success-story-in-jeopardy/ar-BB1gRMtS

[43] Josh Holder (August 19, 2021), “Tracking Coronavirus Vaccinations Around the World”, en The New York Times, disponible en https://www.nytimes.com/interactive/2021/world/covid-vaccinations-tracker.html

[44] Michael Penn (11 Jun 2021), “The politics of Japan’s Taiwan Vaccine Donation”, en AlJazeera, disponible en https://www.aljazeera.com/news/2021/6/11/japan-injects-vaccine-diplomacy-into-the-taiwan-straits

[45] Mario Parker (19 de junio de 2021), “Taiwan Receives 2.5 Million Vaccine Doses Under Biden Pledge”, en Bloomberg, disponible en https://www.bloomberg.com/news/articles/2021-06-19/u-s-sends-taiwan-2-5-million-vaccine-doses-under-biden-pledge

[46] Wayne Soon (July 29, 2021), “Why Taiwan is Beating COVD-19 – Again?”, en The Diplomat, disponible en https://thediplomat.com/2021/07/why-taiwan-is-beating-covid-19-again/

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