lunes, diciembre 2, 2024

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Colectivos feministas marcharon y enviaron un mensaje contundente a la presidenta, Claudia Sheinbaum «No hemos llegado todas». 

“Queremos decirle al Estado mexicano y sus instituciones que no vamos a dejar de tomar las calles, porque estamos agraviadas», afirman durante la conmemoración del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres en CDMX

Para conmemorar el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, colectivos feministas marcharon en la Ciudad de México y enviaron un mensaje contundente a la presidenta, Claudia Sheinbaum: «No hemos llegado todas».  

En la Glorieta de las Mujeres que Luchan se dieron cita miles de mujeres vestidas de verde y morado que comenzaron a caminar, a las 16:00 horas, rumbo a la plancha de Zócalo capitalino, para exigir fin a la violencia contra las mujeres, en todas sus formas. 

Durante el pronunciamiento de la movilización, sobre un templete montado frente a Palacio Nacional, las inconformes exigieron la despenalización del aborto en México y recordaron que hace dos semanas se frenó en el Congreso local la discusión para despenalizarlo completamente en la Ciudad de México.   

Fotos: Montserrat López

De manera clara y firme señalaron: «No llegamos todas, llegaron las de siempre, queremos decirle al Estado mexicano y sus instituciones que no vamos a dejar de tomar las calles, porque estamos agraviadas».  

Además, recordaron las cifras de violencia contra la mujer en el país: «En México la cuenta de feminicidios al día ha venido aumentando sin reducirse, actualmente hay alrededor de 12 feminicidios diarios, a los que se suman también los transfeminicidios. El 12% de las muertes violentas durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador fueron mujeres y solo el 5% fueron reconocidos como feminicidios».  

En ese momento, remarcaron la urgencia de que todas las muertes violentas de mujeres en México sean investigadas como feminicidio.   

“Nos sentimos más vulneradas” 

La marcha fue encabezada por Lidia Florencio Guerrero, madre de Diana Velásquez Florencio, víctima de feminicidio, el 2 de julio de 2017, en Chimalhuacán.  

A siete años, Florencio Guerrero continúa exigiendo justicia, pues aunque hay un hombre sentenciado, en el crimen hubo más victimarios involucrados.  

Mientras cargaba una pancarta con la fotografía de Diana Velásquez Florencio, confesó en entrevista que no tiene ningún tipo de expectativas sobre el «gobierno feminista» que encabeza Sheinbaum Pardo: «Desgraciadamente, vemos que este Gobierno, que lo encabezan mujeres, en lugar de beneficiarnos a nosotras, familias de víctimas de violencia que impera en el país, al contrario, nos sentimos más vulneradas».  

La madre compartió que no se tomó ni la molestia de consultar las palabras que ofreció la mandataria en el marco del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres: «Pierdo mi tiempo, ahorita, estamos viendo los monumentos todos bardeados, allá en el Zócalo el Palacio Nacional está bardeado, eso quiere decir que no quiere tener un diálogo».  

Sandra de la Rosa también caminaba sosteniendo un estandarte, este tenía la fotografía de Azul de la Rosa, quien el pasado 3 de marzo fue asesinada por su esposo Yair «N».  

Marchó para exigir a la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) que le dé seguimiento al caso: «A pesar de las pruebas que se tienen, ellos lo quieren catalogar como un suicidio y no como un feminicidio».  

De la Rosa calificó como «casi nula» la atención que ofrece el organismo encabezado por Ulises Lara: «Nosotros esperamos que hicieran más, pero la verdad es que en estos ocho meses lo único que han hecho es decirnos que fue un suicidio».  

Al escucharla, las mujeres que la acompañaron comenzaron a gritar la consigna, «¡no fue suicidio, fue feminicidio!». Después, Sandra de la Rosa reconoció esperar que existan avances en el caso durante la administración de la jefa de Gobierno, Clara Brugada, que se asume como feminista. 

La marcha continuó su camino por la avenida Paseo de la Reforma, los colectivos izaban banderas de Palestina en honor a las mujeres que, denunciaron, han sido víctimas de violencia durante el genocidio impulsado por el Gobierno del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.  

También levantaron bordados y carteles con las consignas: «¡Ni una más, ni una más, ni una asesinada más!», «Estado, corrupto, por tu culpa estoy de luto» y «¡Somos malas, podemos ser peores!».  

Pasaron frente a los tapiales que colocó el Gobierno de la CDMX frente a Bellas Artes, Catedral y Palacio Nacional. Llevaban antifaces, pañuelos, glitter, alas de mariposas. Iban con sus hijos e hijas, con madres y padres.   

“No somos infiltradas” 

En esta edición se notó la presencia de colectivos feministas simpatizantes con Morena, como la Red de Jacarandas y las trabajadoras de Pilares. Aunque ellas también enunciaron: «No no, no, no somos infiltradas, somos las familias y estamos indignadas» y «No somos una, no somos tres, pinche Gobierno, cuéntanos bien».  

La marcha fue acompañada de grupos de diálogo y convivencia formados por integrantes de diferentes dependencias capitalinas, así como integrantes de Amnistía Internacional, del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM) y de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM).  

El bloque negro no se hizo presente hasta que la movilización llegó a la calle 5 de Febrero, ahí comenzaron a golpear las cortinas de los locales cerrados.  

Pocas calles antes de llegar al Zócalo, las mujeres fueron recibidas por una chelista que interpretó la canción Bella Ciao, de Manu Pilas.  

Por fin, debajo de la bandera de México, tomaron unos minutos para hacer un pase de lista a las mujeres que fueron víctimas de desaparición o feminicidio: «Martita Téllez, Siania Estefanía Figueroa Becerril, Diana Guerrero, Abigaíl Guerrero Mondragón, Jessica Guzmán, Ingrid Escamilla, Leslie Rivera Osorio, Mariana Lima Buendía, Diana Velásquez Florencio, Melanie, Fátima Cecilia, Fernanda Sánchez Velarde, ¡Presentes ahora y siempre!».  

Las asistentes comenzaron a retirarse del centro alrededor de las 18:30 horas. En las calles aledañas, el personal de limpia esperaba para comenzar a levantar la basura que dejó atrás la marcha por el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres 

Proceso

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