Por Simon Levy
La experiencia del Tren Maya es bajarte en sus diferentes estaciones y experimentar los productos turísticos que se van a ir preparando a lo largo del tiempo y a futuro: desde nuevos hoteles, excursiones, ecoturismo e infinidad de experiencias gastronómicas.
Por eso ya se están construyendo nuevos hoteles, restaurantes y muchos prestadores de servicios de ecoturismo tanto público como privados.
El tren no es para que llegues rápido sino para que te quedes más tiempo en las zonas y tengas una experiencia inmersa por toda la región.
No es llegar más rápido sino conocer más lejos y con mas detenimiento.
El Tren Maya es un proyecto multimodal que como tal jamás será rentable económicamente como sistema ferroviario, pero es un ancla que detonará la inversión privada y la inversión pública y desarrollará de una manera exponencial la industria turística, inmobiliaria y gastronómica del sureste de 
.
Su objetivo no es competir contra los trenes bala de Europa o 
, sino conectar regiones aisladas bajo un concepto turístico que creará cadenas productivas turísticas locales, nuevos proveedores pero sobre todo, un boom inmobiliario en toda la región. Lo irán viendo a lo largo de los años por venir.
El negocio o el proyecto no es el tren, sino todo lo que está alrededor de él.
Este mensaje no es para justificar financieramente sus sobrecostos.
El siguiente objetivo es que más de 15 millones de turistas que se concentran en Cancún puedan viajar a lo largo de toda la región creando una derrama económica regional, lo cual sucederá en cuanto la oferta turística exista.
De entrada ya disparó 15 % las ventas de agencias, hoteles y restaurantes locales de toda la península.
Este proyecto no debe ser juzgado por que tan rápido viajas sino que tan bien se integrará la región y el gasto per capita por turista crecerá dejando una derrama económica mayor.
Por ahí empieza el análisis de este proyecto que es el primer integrador regional turístico en toda la historia de .
Los demás temas son de otros análisis.
