El senador Dante Delgado, antiguo aliado del presidente Andrés Manuel López Obrador, aseguró que la oposición conformada por PAN, PRI y PRD jamás pondrá freno a los afanes autoritarios del presidente, ya que es una alianza que baila al ritmo que AMLO les toca y “por la que los mexicanos conscientes no van a votar” ya que representa un pasado de corrupción.
Luego de haberse negado a formar parte de la coalición Va por México, conformada por dichos partidos, el también fundador de Movimiento Ciudadano y ex gobernador de Veracruz divulgó este 28 de febrero una “carta” al presidente, consistente en un hilo de tuits en la que vapulea a los tres principales partidos de oposición por su lejanía con los ciudadanos, su torpeza política y su incapacidad para hacer un efectivo contrapeso al poder de López Obrador.
Debido a que la coalición Va por México está construida “por los partidos que la gente alejó del poder”, en los hechos, esta alianza “baila de cachetito” con AMLO, mientras éste les marca el paso, ironiza.
Es “una oposición construida por los partidos que la gente alejó del poder. Una oposición por la que los mexicanos conscientes no van votar. Una oposición con la que pretendes seguir siendo amo y señor del Congreso”. Los miembros de estos partidos rebaten al presidente en sus discursos, pero, al tiempo, también le entregan sus votos en lugar de “demostrar con hechos que son una oposición responsable. No lo son”.
“La Coalición Va por México es la oposición que querías y necesitabas”, afirma. Es el BOA que AMLO anunció y denunció y ello le conviene, dijo, porque es una oposición aturdida, que no sabe conectar con los ciudadanos.
“Empresarios indignados y dirigentes nacionales desubicados, decidieron reeditar el Pacto por México, se les ocurrió que la mejor forma de hacerte frente era unir a los partidos que representan corrupción, abuso de poder e impunidad”, critica. No saben comportarse a la altura del momento que vivimos ya que no entienden el poder que viene de abajo hacia arriba, “el que se gana con esfuerzo y trabajo propio”.
En abierto reproche a la torpeza política de los tres partidos de la coalición, Delgado se dirigió al presidente para que el mensaje llegue a los opositores:
“Los provocas permanentemente para que sigan aturdidos: liberales contra conservadores, buenos contra malos, honestos contra corruptos, amigo del pueblo bueno contra la mafia del poder” y “veo como los induces a cometer constantes y penosos errores, lo logras porque conoces a la perfección las viejas formas del sistema”. Lo deplorable es que los partidos caen en el juego, fortaleciendo al presidente, ya que en el presente México tiene la generación de dirigentes “más torpes y mediocres de la historia”.
“Lo que has hecho es construir, con las formas tradicionales de operación política, las condiciones que necesitabas para secuestrar al Congreso, capturar al Poder Judicial y restituir la presidencia imperial” agrega.
“No advierten que tu objetivo es contrastarlos con un gobierno que, aunque inoperante, es cercano a la gente. Por esa razón no procuras acuerdos, insistes en diferenciarte de ellos, es tu timbre de orgullo, te sientes honrado y procuras cercanía con un pueblo que rechazó la forma en que ellos gobernaron los últimos 18 años”.
Y, agrega, AMLO gana todas las partidas, no para el bien de México, “sino con ánimo de desquite y disfrute del abuso de poder”.
Dice que las acciones provocadoras del presidente, como acusar censura de parte del INE, pelearse con la Auditoría Superior de la Federación, amenazar al Inai y dar abierto apoyo a Félix Salgado Macedonio son parte de una estrategia para provocar a la sociedad civil y desconcentrar a los dirigentes de los partidos.
Lo trágico, dice, es que lo que acabó pasando fue que el “BOA (Bloque Opositor Amplio) que anunciaste y denunciaste con oportunidad” es una realidad.
Pero es un bloque que solo le hace el juego al presidente: “los veo bailar de cachetito, la diferencia es que tú marcas el paso en semejante dislate”.
Y afirma que en el pasado fueron el PAN y el PRI los que aprobaron diversas reformas que ahora permiten al presidente coartar la libertad de ellos, que ahora son opositores, y además, “controlar el Poder Judicial”.
“Con profunda ingenuidad, PAN y PRI aprobaron las reformas que te permiten coartar la libertad de quienes disientan contigo o se opongan a tus intereses y, además, controlar al Poder Judicial.
Pero no son los únicos ingenuos, según afirma. En el mismo juego han caído empresarios e intelectuales.
“Qué decir de los intelectuales, analistas y dirigentes empresariales que, ofendidos y desesperados, sin experiencia política electoral y aturdidos por la avalancha de acciones, normas y acuerdos que utilizas para aislarlos, marginarlos, acosarlos e intimidarlos desde el poder presidencial, consideran a la coalición un vehículo para hacerte frente y ser contrapeso. Tú y yo sabemos que no hay nada más alejado de la realidad”.
“Frente a este atentado a la democracia y a la división de poderes, los empresarios, desesperados y ofendidos, y los dirigentes de partido, ofuscados y desconcentrados, no logran entenderte, ni estudiarte, ni analizarte, ni valorarte como el ser político que eres. Los tienes totalmente desorientados”.
Ninguno de ellos entiende que la “única alternativa para detener tu obsesión autoritaria es la reivindicación ciudadana”.
Así, criticó que los tres partidos que en diversos momentos de la historia política fueron rechazados por la ciudadanía sigan sin acercarse a ella. “Sólo los ciudadanos pueden ser el antídoto contra Morena”.
Y según se ve, dijo, nadie lo entiende. Ni siquiera los analistas e intelectuales.
Luego, como cercano aliado que fue de AMLO, Dante Delgado pica el orgullo del presidente recordándole sus dos fracasos en conquistar la presidencia: 2006 y 2012. Le señala con toda claridad que ambos fracasos fueron enteramente su culpa.
“En 2006 perdiste, entre otras cosas, por no asistir al debate, por no darle su lugar al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, por no dialogar con los empresarios, por enfrentar a los medios de comunicación, por el penoso ‘cállate chachalaca’ que le dedicaste al personaje que ahora representas, por hacer caso solo a tus encuestas, porque no le tuviste confianza a la estructura electoral de tu coalición y porque tu estructura paralela falló”.
Y sigue:
“En el 2012 no ganaste porque seguiste tomando decisiones equivocadas, entre otras, la de reincorporar al grupo que hizo mal su trabajo en el proceso anterior, incluido un famoso asesor sudamericano que te exhibió pidiendo millones. Nuevamente decidiste abrazar la cerrazón y cometiste los mismos desvaríos”.
Así, desmintió abiertamente al morenista, que ha dicho que en 2006 le fue arrebatada la elección por fraude orquestado por el PAN y el INE, y en 2012 por la compra de votos por parte de PRI.
Después, afirma que si triunfó en 2018 fue porque corrigió algunos de esos errores.
“Para la campaña de 2018 no te quedaba de otra: o cambiabas el sentido de la estrategia o no serías presidente. Rectificaste el tono del discurso y ganaste la confianza de empresarios gracias a la intervención de Alfonso Romo, estableciste un vínculo con los medios de comunicación y otros poderes fácticos. Escuchaste, acordaste y por eso, ahora eres presidente”.
Y se reivindica como autor de la idea del plantón en Reforma, propuesta que luego fue llevada al extremo por AMLO.
“Después de haber caminado juntos durante tanto tiempo, sería absurdo de mi parte no reconocerte virtudes, pero aún más olvidar tus excesos. ¿Recuerdas cuando, después del fraude electoral del 2006, te propuse el plantón de Reforma y decidiste modificar la estrategia y extenderlo hasta el Zócalo bajo la consigna “voto por voto, casilla por casilla”?”.
Cabe señalar que esta estrategia, si bien tuvo un eco poderoso entre la base perredista, partido al que pertenecía AMLO en ese entonces, tuvo como reacción ganarle el abierto rechazo de la clase media y los empresarios.
Dante Delgado le recuerda: “En aquel entonces te dije que el paso siguiente era prepararnos para la elección presidencial de 2012 y que teníamos que comenzar por enlistar diez errores cometidos en campaña. “¿Fueron tantos?”, preguntaste. Te respondí que fueron muchos más, pero que bastaba con que reconocieras diez. Tu incapacidad para aceptar errores y rectificarlos es uno de tus mayores defectos.
Y finaliza:
“Deseo que concluyas tu encargo como todos los presidentes anteriores, pero no me quedaré callado mientras sigas comportándote como ellos y, en algunos casos, peor que ellos.