Economía moral

Veamos ahora lo que he encontrado en las elecciones para diputados federales (DF) en 2021 y su comparación con 2018. En el eje horizontal de la gráfica he ordenado las EF desde la que tiene mayor porcentaje de PE (Chiapas) hasta la que menos tiene (Nuevo León). Por ello la línea va descendiendo de izquierda a derecha (desde 73.5% hasta 16.7%). Se incluyen también los porcentajes de votos por AMLO en 2018 y por la 4T para diputados federales (coalición Juntos Hacemos Historia, JHH, y partidos que la integran). Si hubiese sido una elección 100% clasista las líneas de porcentaje serían paralelas a la de PE, pero como se aprecia, tanto en 2018 (votos para presidente) como en 2021 (votos para diputados federales), las líneas de porcentaje de votos por AMLO-4T son altamente fluctuantes y hay valores muy altos tanto en EF con alta, media y baja PE. En Quintana Roo y Nayarit, con niveles de PE de alrededor de 32%, inferiores en 6 puntos a la media nacional (38.5%), los votos por AMLO fueron de dos tercios, muy por arriba de la media nacional de 53%; incluso EF de baja PE como Sinaloa, BC y BCS (25, 24 y 21% de PE) tuvieron votos de ente 63 y 65% por AMLO, por arriba de Veracruz y Puebla (54 y 57%) que son el 4° y 5° lugar nacionales con mayor PE. Algo similar ocurrió en 2021, cuando vemos que las EF en los lugares 31, 29, 28 y 26 en PE votaron entre 49 y 53% por la 4T para diputados federales, muy por arriba de la media nacional de 43%, mientras Guerrero, Puebla y Veracruz (con muy alta PE) votaron sólo en 47, 48 y 43% por la 4T, cerca del promedio nacional. Morelos, que está arriba de la media nacional en PE (44%), votó por la 4T por debajo de la media nacional (41%). En la gráfica he añadido las tendencias lineales de la votación que tienen una ligera pendiente hacia abajo pero con una R² porcentaje de la variación en la votación por la 4T explicada por la PE) de sólo 19.6% en 2021 y de 13.6% en 2018, lo que hace que la hipótesis que plantee para 2018, el carácter no clasista del voto por la 4T, se sostenga en 2021, hipótesis que tendrá que probarse con resultados más desagregados, a nivel municipal. Los resultados en el área metropolitana de la CDMX (AMCX), donde en la votación por alcaldes y presidentes municipales el oriente (de alta pobreza) quedó en manos de la 4T y el poniente (de baja pobreza) lo ganó la oposición, ha dejado en la opinión pública la idea que los pobres votan por la 4T y los no pobres en contra. El análisis de hoy muestra que, a nivel nacional esto no ocurrió. Si en las EF con alta pobreza no necesariamente se votó más por la 4T, debemos analizar en primer lugar si hubo una participación electoral diferencial entre pobres y no pobres. Al hacer una gráfica que asocia PE con participación electoral (PAE) por EF en 2021 he encontrado una leve asociación: mayor PAE en las EF menos pobres: la línea de tendencia tiene una R² de 0.3. El promedio de PAE de las 13 EF con PE mayor a la media nacional, fue de 56.7%, mientras la de las 19 EF con PE menor que el nivel nacional fue de 50.2%. En su libro Lo que el voto se llevó: la descomposición del pacto posrevolucionario en México, Willibald Sonnleitner analiza el cambio a lo largo del tiempo de la asociación entre el Índice de Desarrollo Humano (IDH), que es un indicador inverso de la pobreza, y la PAE; muestra que de 1994 a 2000 prevaleció una alta asociación positiva (en las EF con mayor IDH la PAE fue mayor), lo cual empezó a cambiar y llegó en 2015 a una asociación negativa como la que he observado en 2021 usando PE en vez de IDH.
La Jornada