QUIERO HUAYAS, NO MAMONCILLOS
Por el El Chilam Balam
Se venden huayas, dice el letrero colocado sobre una mesa a la puerta de un domicilio particular.
¡Huayas!, exclama el viajero que sabe de huayas y frena bruscamente para comprar huayas, pero ¡oh, sorpresa!, aquello no era huayas, sino mamoncillos….
Hoy día en las ciudades yucatecas es huaya todo lo que se parece a la huaya. Pero no es así, al menos más allá en el sur, en el límite con Quintana Roo. Ahí, las huayas son huayas y los mamoncillos son mamoncillos. ¡Que no te den mamoncillos por huayas!
En Mérida, las huayas y los mamoncillos han llegado a ser una sola fruta: huayas. Es más, los mamoncillos son las huayas.
Las notas periodísticas hablan de huayas, frutas exóticas, sin saber con exactitud de qué hablan.
La voz huaya proviene de la voz maya wayam (en el sur) y de wayúum (en el oriente). En el sur, en Oxkutzcab, hay una población que hace honor a wayam: se llama Xo’owayam.
Las huayas locales (Melicoccus oliviformis) son una fruta de cáscara delicada, de un verde oscuro y de piel delgada y delicada.
Es un fruto que solo se le encuentra en la Península de Yucatán. No lo hay en Centroamérica, pero sí en Colombia y Venezuela.
Según el Cicy, esta planta sigue siendo esencialmente silvestre y no ha sido domesticado completamente. Añade que en la Península su consumo se remonta a más de 3 mil años de antigüedad, por lo que se sugiere que su centro de domesticación son estas tierras.
El mamoncillo es un fruto parecido a la huaya, pero es muy diferente de forma y sabor. El mamoncillo es una fruta de carne agria, más grande, más tosca, menos estética, pero con más tiempo de vida por lo que es idóneo para la comercialización.
En realidad, en la ciudad el mamoncillo ha pasado a ser huaya….
La huaya original es redonda, de verde más oscuro; el mamoncillo (Melicoccus bijugatus o huaya cubana, según Cicy) es de un verde más claro y de una cáscara más gruesa.
Al morderla, se constatará que la huaya es más dulce, la semilla más redonda; la huaya es más ovalada, la carne más clara y su jugo más ácido.
La huaya maya difícilmente se presta a hacer atados, porque los frutos se desprenden con facilidad, y es común verlas en montones, no en ramitos.
Para el conocedor, las huayas son huayas y los mamoncillos son mamoncillos.
El conocedor sabe y no le darán mamoncilla por huaya.
En este vínculo puede leerse más sobre los usos y las posibilidades comerciales de la «huaya india».
https://www.cicy.mx/…/2019-10-24-Jimenez-Andueza-Potter…